La copa menstrual, ¿una rareza? — COMPARACIÓN COPA CON OTRAS SOLUCIONES

Marie Mélinon
Yendo al grano
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7 min readOct 23, 2020
Tampones

¿Por qué quisieron probar la copa menstrual?

Entre las 39 mujeres que contestaron a la encuesta, resaltan dos casos principales:

  1. Por razones medioambientales y económicas: usar la copa genera menos residuos que usar compresas y tampones de uso único. Consiste en una compra de una producto que dura varios años en vez de una compra mensual de varios productos desechables para el mismo mes. Por lo tanto, utilizar menos productos resulta también en un ahorro económico, de tiempo (comprando) y de espacio (guardar los productos en casa y llevarlas consigo durante la regla). Estas dos razones son interdependientes cualquiera que sea la prioridad de la usuaria.
    La mayoría de las usuarias que priorizaban las razones medioambientales y económicas notaron una mejora respecto a la higiene y a la comodidad tras usar la copa.
  2. Por razones higiénicas, médicas y de comodidad: muchas soluciones convencionales (tanto compresas como tampones) llevan químicos blanqueantes. Estos químicos tienen varios efectos negativos, por ejemplo, pueden provocar irritaciones o alergias como lo explican Berta, Diana y Laure). La comodidad parece ser otra prioridad relacionada a la salud. Usar la copa es evitar las sensaciones de llevar pañales como nos dice muy graciosamente Laure. Es más confortable. Una vez bien colocada, no se siente.
    Las usuarias que priorizaban las razones higiénicas, médicas y de comodidad reconocieron las ventajas medioambientales y económicas del uso de la copa.

Y luego otras razones notables por probar la copa:

  1. Irene, Silvia, Anais, Louise, Laure, Eveline y Al3x escucharon buenas recomendaciones de partes de sus amigas cercanas y/o familia y quisieron dar el paso y probarla.
  2. Por su parte, Karolina también dio importancia a la experiencia de sus amigas. Sabiendo que la compra de la copa era un coste mayor que un paquete de compresas o tampones, y que no tenía garantía de que le fuera bien la copa, explicó que tardó un año antes de dar el paso a probar la copa hasta que sus amigas la testearan y compartieran sus experiencias con ella.
  3. Es muy práctica. Al tener solo un producto reutilizable que ya una lleva puesto como explica Silvia. No hace falta pensar en llevar suficiente consigo o comprar a tiempo para la próxima regla.
  4. Sandra nos dice que quiso probar la copa por razones profesionales. Algunas profesiones no dejan tiempo para cambiarse a menudo y gracias a la capacidad de la copa, no hace falta vaciarla tan a menudo como tendrían que cambiar de compresas o tampones. Cat también agradece la capacidad mayor de la copa, que le permite aguantar su flujo importante.
  5. Laure también comparte que le parece que su cuerpo le pedía un cambio a nivel de producto menstrual (no soportaba más las compresas).

Antes de probar la copa menstrual, ¿qué soluciones usaban? Y, ¿estaban contentas?

La mayoría de las mujeres entrevistadas usaban una combinación de tampones, compresas, salvaslips antes de probar la copa. Algunas usaban exclusivamente tampones, entonces estaban muy acostumbradas a tener un objeto dentro de la vagina y la copa no fue nada nuevo en este aspecto.

Se ve que algunas ya estaban en un proceso de experimentación con los productos menstruales. Por ejemplo, Sara dice que ya había decidido dejar las compresas convencionales y había empezado a usar las compresas de algodón ecológico. Carmen había probado compresas de tela sin éxito por encontrar engorroso el proceso de tener que lavarlas a menudo. A cambio, a Eveline le iban bien las compresas de tela de algodón. En cuanto a Al3x, había descartado el uso de tampones por los riesgos que podían representar (el síndrome del shock tóxico y la presencia de químicos) y había decidido usar compresas de un solo uso de algodón ecológico.

De las mujeres entrevistadas, la mitad estaba contenta con los productos menstruales que usaban antes y la otra mitad, no. A la mitad que estaba contenta, fueron el precio, el saber que generaban residuos, el querer encontrar una solución más saludable que les llevaron a la copa. Mientras a la otra mitad, una combinación de precio, salud (miedo al efecto de los blanqueantes, al síndrome del shock tóxico), molestia física, olor, baja absorción cuestionaron estas mujeres que quisieron probar la solución de la copa.

Instrucciones de uso: ¿es necesaria la ayuda de un profesional, talleres o tutoriales?

De las 39 mujeres entrevistadas, solo 6 encontraron fáciles la inserción y la extracción. Todas las demás necesitaron al menos 2 ciclos para sentirse más cómodas.

De forma general, estas mujeres buscaron información en varios lugares para obtener ayuda. Esas son las fuentes de información en el orden de más a menos:

  • instrucciones entregadas con la copa (48,1%)
  • artículos, vídeos y otros comentarios en Internet (24,1%)
  • consejos de las amigas o familiares (20,4%)
  • farmacéuticos y dependientes de tiendas (5,6%)
  • ginecólogos (1,8%)

53,8% de las mujeres entrevistadas admiten que sería importante conseguir más ayuda para domar el uso de la copa menstrual. Algunas de ellas mencionan, en particular, que hubieran agradecido la ayuda de su ginecólogo o de talleres con modelos de talla real, por ejemplo.

¿Qué consiguieron con el uso de la copa?

Una gran mayoría de las mujeres entrevistadas consideran que usar la copa ha sido una mejora como producto menstrual. Se sienten más confortables (que con otras soluciones) incluso en situaciones como durante un entrenamiento deportivo o durante la noche. Se sienten más seguras porque hay menos riesgo de manchar debido a la capacidad de la copa y en algunos casos les permitió dejar de utilizar una solución complementaria (es decir, no necesitan utilizar un salvaslip y un tampón) o aguantar hasta 12 horas. También se sienten más cómodas y piensan que es una protección más higiénica porque hay menos olores. Valoran el aspecto práctico de la copa tanto a nivel de poder llevársela siempre consigo, como por el hecho de no tener que comprar nuevas cada mes. Un dato que me parece muy importante y más todavía para las jóvenes: se sienten empoderadas por ganar un mejor conocimiento de su propio cuerpo. Y, reconocen que es más económico y ecológico, que a mí me parecen las mejoras principales de cara al cambio a la copa.

De las que consideran que usar la copa no ha sido una mejora, una menciona que la razón principal es porque a pesar de llevar la copa tiene pérdidas y tiene que usar una protección adicional (como un salvaslip o una braga menstrual).

Me parece importante resaltar también que unos 70% de las mujeres que contestaron a la encuesta opinan que probar la copa ha cambiado su opinión, a mejor (66%) o a peor (15%). Por lo tanto, probar la copa parece ser fundamental para poder entender si conviene o no la copa a nuestro cuerpo y a nuestras necesidades.

¿Están contentas con la copa? ¿La recomiendan?

Como lo podemos intuir por los comentarios en el párrafo anterior, casi el 85% de las mujeres entrevistadas están contentas con la copa y muchas de ellas resaltan que incluso la copa superó sus expectativas. Lógicamente, es interesante ver que el 77% de las mujeres sondeadas siguen usando la copa.
Asimismo, más de 92% de las mujeres participantes recomiendan usar (o al menos probar) la copa, algunas admiten incluso que se convirtieron en “comerciales” elogiando los beneficios de esta solución.

Tres cuartos de las respondientes la recomiendan a todas las mujeres, al menos para probar. La recomiendan en particular en caso de flujo abundante y las que están acostumbradas a usar tampones. Insisten que es importante difundir la información a las mujeres a su alrededor.

A cambio, no la recomiendan a las personas que tienen problemas médicos específicos (flora vaginal débil o problema con el suelo pélvico en los partos). Algunas cuestionan el uso de la copa si sería apto para adolescentes jóvenes y otras al revés lo recomiendan a las más jóvenes para poder aprender a conocer su cuerpo en este proceso. Una mujer comenta que al retirar la copa, se movió su DIU (Dispositivo Intrauterino) por la succión creada y tuvo que ir al ginecólogo para recolocarlo. Consta de que es un incidente muy escaso y que siempre hay que quitar el vacío de aire (con el dedo) antes de retirar la copa para minimizar el riesgo (aquí un artículo muy interesante de Cyclo sobre la compatibilidad entre la copa y el DIU).

¿Algunas anécdotas?

  • Aunque con poca experiencia con la copa, resulta que la copa puede ser una preciosa aliada en pleno Masai Mara cuando no se encuentran baños (sin hablar del estado de limpieza) o rincón para cambiarse fácilmente. (Cinzia)
  • La sangre menstrual una vez volcada en la taza del inodoro puede volverse obra de arte. (Rita)
  • Cuidado con el donde o el como guardas la copa sucia, porque un ladrón la podría confundir con un monedero. Sí, sí, ¡eso pasó de verdad! (a la amiga de Laia)
  • A veces, la extracción necesita cerrar el chiringuito unos momentos para poder enfocar (Sandra) o necesita a la pareja para ayudar a tranquilizarnos (Diana).
  • Puede ser una excusa para hablar de menstruación y sensibilizar a personas de otros países sobre las soluciones alternativas que existen. (Esther)
  • También puede servir para sensibilizar a niños (cuanta más sensibilización, más comprensión y menos miedo y mitos) y luego llevar nombres divertidos, cómo Copa Pistón (en referencia a la peli Cars)! (Cristina)
  • Si no quieres acabar en lo que puede parecer a una escena de crimen, hay que tener cuidado en que no se escape la copa en el suelo. (Louise)
  • Contraer el esfínter del ano puede provocar la contracción de los músculos vaginales y que se salga la copa. (Laure)
  • Momentos inolvidables en pareja: cuando hay que explicar a la pareja que la ollita sólo sirve para la esterilización de la copa. ¡Toda una conversación inédita! (Silvia)

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Marie Mélinon
Yendo al grano

Environmentally conscious, aiming for low-waste and low-impact way of life. Traveler, hiker, yogi, eager city cyclist.