A veces hay que bajarse de la montaña rusa 🎢
Publicar mi libro AmoreZ fue una montaña rusa de acciones y emociones: la expectativa, la responsabilidad, las dudas, el síndrome del impostor, las mil y una tareas que conlleva una publicación independiente… Sin duda fue uno de los proyectos más desafiantes que he vivido, y también uno de los más gratificantes, porque la sensación de ver mi libro terminado y siendo leído por otras personas me llenó (y aún lo hace) de una inmensa alegría.
El primer objetivo fue lanzar el ebook en portugués, luego en español; muy pronto vinieron las versiones físicas, añadiendo otra capa de complejidad al asunto. Cuando por fin terminé la impresión y lo único que quedaba del proyecto libro era su difusión, respiré hondo, aliviada. ¡Necesitaba un poco de descanso después de años trabajando en esta obra! Pero el descanso no duró mucho, porque junto a la carga de trabajo iba la adrenalina de perseguir un objetivo tan grande.
Pronto empecé a sentir un picor, una molestia; algo que me hizo preguntarme: “¿Y ahora? ¿Cuál es el siguiente paso?”. Me sentí incómoda, intimidada. ¿Sería yo la autora de un solo libro? ¿No debería estar ya pensando en el siguiente?
En lugar de disfrutar del presente, de ver que mi libro existía en el mundo real y de la respuesta positiva de la gente sobre él, empecé a preocuparme por el futuro, sintiéndome un fraude por no tener ya un próximo libro en camino.
Entré en un loop de angustia buscando mi próxima gran idea, presionándome y reprendiéndome por no ser tan creativa o productiva como me gustaría. Sólo me di cuenta de lo tóxica que estaba siendo para mí misma cuando mi pareja me dijo: “No tenes que escribir otro libro. Podes escribir otro cuando tengas ganas, lo que puede ser dentro de una semana o diez años. Pero no tenes que hacer nada que no sientas”.
Su comentario me recordó cómo la idea de crear AmoreZ surgió de forma tan espontánea, tan natural. Un día simplemente pensé “¿y si reúno mis escritos sobre el amor en un libro?” y me gustó tanto que no me lo pensé dos veces, me lancé. AmoreZ fue especial para mí porque realmente era el libro que quería escribir, por su contenido y por lo que representa, no porque necesitara publicar un libro sí o sí.
Tiene sentido pensar que el siguiente debería nacer de la misma manera, ¿no?
Sólo a partir de esa conclusión pude relajarme de verdad y dejar de lado la necesidad de definir el libro número 2. Me centré en hacer las cosas que me gustan y que llenan mi proceso de escritura de emoción. Seguí difundiendo AmoreZ, escribiendo aquí en Medium, aferrándome a la idea de que, cuando llegara el momento, la idea del siguiente libro surgiría de un profundo deseo de compartir algo con el mundo.
¡Y así fue y aquí estamos!
Desde que empecé a mirar mi proceso creativo con más cuidado y menos cobranza, han florecido muchas ideas nuevas. Recordé que escribir, para mí, siempre ha sido sobre compartir y conectar, conmigo misma y con los demás. No se trata de publicar libros, sino de contar historias. ¡Y estoy muy emocionada de decir que tengo un montón de historias que contar!
Incluso actualmente estoy desarrollando una nueva colección de cuentos, crónicas y poemas que probablemente llegará al mundo en formato de libro 😀 Fue una idea que surgió suavemente y se alimentó de este deseo de compartir mis historias con el mundo. Paso a paso, fue ganando fuerza, tomando forma y emocionándome en el camino. Todavía no sé cuándo (y si) se convertirá realmente en libro o en algo totalmente distinto. Pero, por ahora, es el comienzo de un proyecto que me apasiona, y por eso quiero continuarlo.
Mi objetivo con este texto, además de contarles esta noticia, era también mostrar lo importante que es permitirnos vivir las cosas con calma. Disfrutar de nuestras conquistas en lugar de estar siempre buscando la siguiente aventura. Dejarse llevar, confiar que con tranquilidad podemos crear cosas nuevas e interesantes. Hacer lo que nos apasiona porque nos apasiona en primer lugar. Sólo entonces podremos disfrutar realmente del proceso y generar cosas realmente inspiradoras.
