Cuando no escribir se vuelve fácil

Regiane Folter
Yo, Regie
Published in
4 min readApr 10, 2024

--

Escribir me resulta fácil. No es que sea excelente en eso. Cometo errores, me confundo con los tiempos verbales, las tildes, los plurales. A veces leo algo que he escrito y no encuentro cohesión ni coherencia, sólo un montón de pensamientos locos y aleatorios.

En resumen, no soy la voz de mi generación. Pero lo que escribo sale sin mayores complicaciones. Es especialmente fácil ponerse a escribir. Siempre tengo algo de lo que hablar. Llevo varias ideas para futuros textos en la agenda, en el móvil o en cualquier trozo de papel perdido. Cuando me siento y pienso “ahora es el momento”, en pocos minutos puedo definir un tema y empezar a vomitar palabras sobre el papel.

Lo que viene después es más complicado: editar el texto, investigar los puntos que necesito aclarar, hacer los ajustes necesarios para finalizar y publicar (o no) lo que he escrito requiere más esfuerzo y concentración. Aun así, todo el proceso de escribir sigue siendo una de las actividades que me resultan más fáciles. Creo que me siento así porque realmente disfruto escribiendo y cada oportunidad de hacerlo es un regalo.

Curiosamente, no escribir también puede ser fácil.

Un día no escribo porque estaba demasiado ocupada en el trabajo. Dos días no escribo porque tenía muchos compromisos y nada de tiempo. Tres días, me dio pereza y no pasó. Cuatro días, se me complicó con un curso que estoy haciendo. Cinco días, estoy tan cansada que no puedo hacerlo. Y así ya se fue casi toda la semana… El fin de semana necesito recuperar energías, ¿no? ¡Empezaré de nuevo el lunes!

Hace poco estuve casi tres semanas sin escribir. El trabajo, un viaje y las diversas exigencias de la vida adulta (no crezcan, niñes) llenaron mi agenda sin piedad. No había tiempo para sentarme a escribir mis tonterías. No había tiempo, o no era el momento adecuado, o simplemente no tenía ganas. Y eso era fácil.

Aparte de un poco de culpa, no tuve otros efectos secundarios. No me sentí mal ni menos creativa en mis otros proyectos. No me dolía, no me molestaba. De repente, me di cuenta de que podía seguir con mi vida sin escribir nunca más y que podía arreglármela. Y eso me asusta. ¿Quién soy si no escribo? Siempre he querido ser muchas cosas, pero escritora es una de ellas; ¿y si ya no lo soy?

¿Y si abandono Medium? ¿Y si nunca vuelvo a escribir un libro?

Pánico. Siempre he asociado gran parte de mi personalidad al acto de escribir. Siempre he considerado la escritura como una herramienta de supervivencia, mi terapia, mi manera de digerir las dificultades y seguir adelante. Sigo disfrutando de los beneficios de la escritura en mi vida. Pero la realidad es que también he encontrado otras formas de canalizar lo que siento y hacer frente a mis altibajos. Escribir tiene competencia, ¡quién lo iba a decir!

¿Es eso madurar? ¿Abandonar los sueños locos por enfoques más prácticos y concretos? Si es así, lo reitero: niñes, por su bien, no maduren. No pierdan la inocencia, esa capacidad de visualizar maravillas por todas partes. Esa magia de creer que todo es posible, por más loco que sea. ¿Por qué no?

Quizás sea la niña interior que vive dentro de mí, pero sé que hoy sigo queriendo escribir. Quizá no todos los días, pero en muchos de ellos sí. Así que hago el esfuerzo consciente de sentarme con mi cuaderno o compu a escribir. Me levanto más temprano, programo mi tiempo, doy prioridad a este momento mío y escribo. No voy a renunciar a algo que me gusta sin luchar un poco más.

No sé lo que voy a hacer mañana y no quiero juzgar a la Regiane del futuro y las decisiones que tomará. Si un día otras cosas reclaman más mi atención o si simplemente escribir ya no es tan divertido, entenderé que lo deje. Quizá sufra un poco, pero por fin comprenderé las razones que me llevaron a tomar esta decisión, porque podré darme cuenta de que soy las cosas que pienso y los pensamientos locos que tengo, independientemente de si escribo sobre ellos o no.

Al fin y al cabo, soy más de lo que hago. Soy lo que me impulsa a hacer lo que hago. Soy la energía que me alimenta y me empuja a perseguir mis objetivos. Soy los sentimientos que me mueven, que me elevan y que a veces me abruman. Soy lo que llevo dentro, los valores que dictan mis acciones y que nadie puede ver.

Soy lo que sólo yo sé que soy.

Mientras tenga sentido, escribir será una de esas cosas que llevo adelante con amor y dedicación. Si un día deja de tener sentido o se convierte en otra cosa, sabré dejarlo ir. Cada día me doy cuenta de que es muy difícil ignorar mi verdad y actuar de forma diferente a lo que creo.

Todo lo demás es fácil, fácil.

--

--

Regiane Folter
Yo, Regie

Escrevi "AmoreZ", "Mulheres que não eram somente vítimas", e outras histórias aqui 💜 Compre meus livros: https://www.regianefolter.com/livros