Descanso
Tan necesario como el movimiento que energiza
Descanso cuando no hago nada útil. O, mejor dicho, útil es. Sirve para quitar ese peso de los hombros, ese desgaste de los huesos. Así que reformulo: descanso cuando hago algo que no requiere prisa. Cuando veo mis series, leo un buen libro, juego a los Sims, cosas así.
Descanso cuando duermo la siesta de los domingos después de comer. O cualquier noche en la que pueda dormir al menos las 6 horas completas, sin revolcarme en la cama, sin ser abducida por el celular y su pantallita brillante, sin despertarme por las pesadillas. Casi nunca recuerdo lo que he soñado, pero la sensación de desesperación siempre permanece.
Descanso cuando hablo de todo y de nada con alguien especial. Con algunas personas puedo tener grandes conversaciones sobre cualquier cosa, desde la última receta que he probado hasta el significado del universo, y siempre siento el mismo entusiasmo. Descanso con nuestras conversaciones y la energía que intercambiamos.
Descanso cuando no exijo lo imposible, cuando renuncio a completar la to-do list, cuando encuentro satisfacción en simplemente ser. Descanso cuando elijo reirme frente a mis miedos y errores. A veces se me escapa una lágrima mientras me río, pero no pasa nada. Para eso está el mejor emoji jamás inventado.
Descanso cuando siento el viento del mar y respiro profundamente. El aire frío llena los pulmones y trae vigor a cuerpo y alma. Descanso sentada en la cálida arena en un día soleado, o cuando camino por ella, con los auriculares bien puestos y determinación en cada paso.
Descanso cuando escribo sobre lo que me aprieta el pecho. Dejo que las emociones surjan con las palabras que añado, borro, edito. Escribo y me filtro, me abandono en un texto y así encuentro el alivio necesario para poner en orden mi mente y mi núcleo. Porque escribo mejor que hablo, así que desde muy chica aprendí a utilizar esta herramienta para expresar lo que se me pasa por la cabeza.
De todos modos, tengo varias opciones a la hora de descansar.
Sin embargo, como siempre he sido intensidad, a veces no es tan sencillo. Así que necesito hacer un esfuerzo para descansar, para recordar que la vida no es sólo poner un pie delante del otro, no es una carrera sin fin. Por eso tomo notas en mi agenda, pongo recordatorios en el celu y hago brainstormings como éste, para recordar lo que me hace sentir bien, lo que me aporta serenidad y es tan necesario como el movimiento. Todo tiene su precio: si me dejo llevar por un hacer desenfrenado, las cosas terminan mal. El agotamiento me convierte en alguien que no soy, cansada, impaciente, ácida, egoísta. No quiero ser así.
Voy a descansar, a relajarme, a pedir un masaje, a comer algo rico, a ver una película, a dormir mientras la miro. Suéltalo. Deja que la tranquilidad fluya, que la batería se recargue.
Mañana podré volver a correr. Hoy, sólo voy a descansar.
Versión en portugués:
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