¿Desde dónde me lees? 🗺️
Escribiendo y leyendo sobre los lugares que nos transforman
Decime, ¿desde dónde me lees?
He estado reflexionando sobre el tema de los lugares, todo gracias al curso “Todo Es Escrible”, de Aniko Villalba. Conocí a esta autora/ilustradora española en Instagram y pronto ya estaba consumiendo todo su contenido. Una genia.
En el curso ella da consejos sobre cómo inspirarse en elementos de nuestra vida cotidiana para escribir, además de técnicas de escritura y buenas referencias. Ha sido interesante. Voy por la semana 3, y el tema central de este módulo son los espacios que habitamos. Aniko habla mucho de viajes, ya que fue nómada digital durante mucho tiempo y ha estado en tantos países que hasta pierdo la cuenta! En Substack puedes saber más sobre sus andanzas en las cartas virtuales que publica aquí.
Pero volvamos al curso. Hasta ahora, el tema de la semana 3 es el que más me ha rendido! Ya he escrito 5 textos con los ejercicios de Aniko y un sexto está en proceso. Las reflexiones que ella propone giran en torno a que realmente nos detengamos y observemos los lugares donde estamos o donde hemos estado. Los ejercicios hablan de salir a la calle, caminar sin prisas, sentarse en un banco de la plaza y simplemente mirar. Sentir. Absorber el lugar en el que nos encontramos y que a menudo, con las prisas de la vida cotidiana, pasa totalmente desapercibido.
¿Qué colores vemos? ¿Qué olores percibimos? ¿Qué texturas podemos tocar? ¿Qué sonidos vienen hacía nosotras? ¿Me siento a gusto? ¿Qué sentimientos afloran? ¿Qué me gusta del paisaje? ¿Qué no me gusta?
Con estas preguntas en mente, empecé explorando mi propia casa. Luego pasé un rato en mi balcón, estudiando la calle en la que vivimos. Luego salí a buscar más información sobre mi barrio. Me pregunté qué me hace vivir aquí, lejos de mi país. Reviví las decisiones que me hicieron elegir Montevideo como mi hogar.
También viajé a otros lugares a través de fotografías y recuerdos. Fue como volver a destinos que alguna vez fueron mis hogares, por poco o mucho tiempo. Todo en este módulo del curso me llevó a identificar las cosas que aprendí en cada lugar al que fui y cómo me cambió estar allí. Fue un viaje interior, ¡con derecho a retroceder en el tiempo y recordar algunos de los momentos más importantes de mi vida!
Porque sí, cada uno de los lugares en los que he estado ha tenido un impacto en mí. Gracias a mis andanzas tomé grandes decisiones. Corté relaciones, superé miedos, me gradué, cambié de carrera, gané amigos, cambié sueños, me enamoré. Me entregué de cuerpo y alma a lo que estaba viviendo. Me transformé.
¿Tú también sentís que tus pasos te han transformado? ¿Que los lugares que formaron parte de tu camino influyeron en tus elecciones?
¿Es posible que mientras lees este texto, desde la compu en el cómodo sillón de tu casa o quizás desde la pantalla del celu mientras viajas en bus, también te hayas dado cuenta de las cosas que te han ido moldeando gracias a los lugares en los que has estado?
En los últimos días me encontré con esta frase y todo cobró sentido:
“Me reconoces tú, aire, lleno de los lugares que una vez fueron míos?”, Rainer Maria Rilke.
He sido de tantos lugares, así como ellos fueron míos. Y en este dar y recibir, nos mezclamos. Por eso siento que llevo dentro restos de estos destinos. Algunos, marcas profundas. Otros, cicatrices casi imperceptibles. Pero que están aquí, que forman parte de esta loca mezcla que soy yo, ah, están.
Parece que el universo nos envía los mensajes que necesitamos oír, cuando más los necesitamos.
Espero que este texto sea uno de ellos para vos 🙂
