Estoy, pero no estoy
Estoy aquí, pero extraño por cuando ya no esté
Pienso en el adiós, en la muerte, en las mil y una razones que podrían alejarme de lo que amo y conozco, y sufro. Pero nada de eso ha pasado, sigo aquí, sigo cerca de los que me importan. Sin embargo, mi mente masoquista insiste en volver a los escenarios en los que no estoy. Me imagino lejos, sin poder compartir afectos e ideas, sin poder tocar ni hablar, y sufro. Incluso lloro de angustia. Mientras abrazo a mi amor, él se ríe nerviosamente, sin comprender. “Pero estamos aquí, está todo bien”. Excepto que sé que estoy, pero no. Cuerpo presente, mente volando.
Los trucos que juega la ansiedad son muy crueles.