Nuestros lugares en el mundo

Sobre hogares diversos y vivir extrañando constantemente

Regiane Folter
Yo, Regie

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Você pode ler esse texto em português aqui.

Mis dos lugares en el mundo son dos países: Brasil y Uruguay. Puedo hacer zoom en el mapa hasta llegar a dos ciudades, Caraguatatuba y Montevideo. Una es la ciudad donde nací, donde crecí, donde creé mis primeros recuerdos, donde aprendí a andar en bicicleta, donde pronuncié mis primeras palabras en inglés, donde tuve mi primera vez, donde aprendí lo que era el duelo, donde hice mis primeras amigas, donde aún vive la mujer más importante de mi vida, donde soñé con la persona que quería llegar a ser, donde empecé a dibujar los caminos que necesitaba para llegar allá.

La otra es la ciudad donde me hice adulta, donde me enamoré, donde construí una existencia al lado de mi pareja, donde aprendí (de verdad) a conducir, donde aprendí (de verdad) a hablar español, donde trabajé en mi primer libro, donde mi escritura dejó de ser un hobby para convertirse en un proyecto, donde hice más amigas para toda la vida, donde viví el día más feliz de mi vida, donde viví el duelo un par de veces más, donde di pasos más sólidos hacia mis sueños, donde descubrí nuevas razones para soñar.

Tal vez, si quisiera ser aún más específica, podría enumerar los barrios y lugares dentro de cada una de estas ciudades. Y cada uno tendría su historia particular.

Pero, para empezar, creo que es una buena respuesta. Montevideo y Caraguá. Pedacitos de Brasil y Uruguay. Mis hogares.

Las dos ciudades tienen varias cosas en común. Son ciudades costeras, donde se respira el aire más suave de una ciudad junto al agua. Están al lado del mar, el calçadão en Caraguá, la rambla en Montevideo. La naturaleza está más presente en ellos, el tráfico es mucho más llevadero, ir de un punto a otro es simple. No son grandes ciudades, tan diferentes de la inmensidad que es São Paulo, otra ciudad que suele estar en mi ruta.

Dos super vistas para llamar de mías

Por supuesto, también hay muchas diferencias entre ellas. Montevideo sigue siendo una capital y, sin duda, es más grande que Caraguá en muchos aspectos. El agua que baña la ciudad uruguaya es más dulce que salada, mientras que en la costa norte de São Paulo es todo lo contrario. Aquí las voces hablan español, allá hablan portugués.

Aquí tengo siempre cerca la voz de mi marido, de las amigas que forman la familia uruguaya que hemos creado, los parientes argentinos que siempre nos visitan, las personas que forman parte de mi vida cotidiana: la compañera de trabajo, el vecino y su perro, el muchacho que me atiende en la panadería.

Allá, las voces que me hablan desde lejos, en llamadas de Skype o audios de Whatsapp, son voces que me acompañan desde que nací. Mi familia, los que me criaron, los que hicieron de mí lo que soy, hablan desde allí y yo escucho desde aquí, con cierto delay, con mucha nostalgia.

Diferentes personas y diferentes voces, de diferentes lugares.

Cuando estoy aquí, extraño el ruidoso y cálido portugués de mi familia. Quiero oír los chusmeríos de mis amigas, los cuentos de los parientes, los suaves “te amo” que sólo mamá sabe decir. Voces que fueron tan importantes para solidificar mi pasado y que ahora acompañan con orgullo mi presente.

Pero cuando voy de visita y me sumerjo en la lengua que es mi núcleo, empiezo a echar de menos el sonido que quedó atrás. Extraño el español rioplatense, ese español que me enseñó a hablar castellano, con sus erres arrastradas, tan directo y estable, y que está presente en las conversaciones con el hombre que amo, las mujeres que admiro, las personas que se han convertido en parte fundamental de mi presente y que no me imagino lejos en mi futuro.

Estar en un lado u otro significa echar de menos el lugar que tuve que dejar. Creo que eso es lo que pasa cuando tienes el corazón dividido en pedacitos.

Hoy, 13 de setiembre, acabo de llegar a Brasil y estoy animadísima para realizar todos los planes que hice y dar todos los abrazos que tanto esperé. Sé que pronto extrañaré mi casa uruguaya y el hogar que he construido allá. Pero eso es parte de la belleza y del privilegio de poder tener hogares en tantos lugares.

¿Cuáles son los suyos?

Otra lectura sobre ese tema:

🏠 Do you feel at home in Argentina?
¿Te sientes como en casa en Argentina?, me preguntó mi profe de inglés en la primera clase que tuvimos desde diferentes continentes. Me hubiese gustado decir que sí y enredarme menos respondiendo en otro idioma, pero la respuesta es más larga; y hasta en español me cuesta responder.

Agosto fue sobre:

💻 Hacer un curso sobre cómo ser escritora y lidiar con las redes sociales de la agencia com.tato. Actualmente están publicitando un nuevo curso con este tema de Casa Inventada, ¡recomiendo pegarle una miradita!

🩸 Descubrir un nuevo podcast de true crime yanqui: Rebuttal. Conocí a esta querida en tiktok y también me está encantando el contenido del podcast.

👩‍👧 Maratonear de la serie Maid en Netflix. Son pocos episodios con una historia cerradita que te hace reír y llorar. Habla de violencia doméstica, familia, superación, maternidad… Excelente.

📕 Terminar “La Idiota”, un libro que aún no sé si me gustó o no. Escribí sobre él en la última news.

🌅 Planear mil y un paseos por Río -¡viajo para allá el 21/09! Si tienen algún tip, dejen en los comentarios :)

🥧 Probando esta receta super fácil y deliciosa de tarta de calabaza y cebolla. ¡Por fin hice una de las recetas que siempre guardo para mirar después #orgullosa jaja!

Este texto es una traducción de mi newsletter “Histórias que abraçam”.

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Regiane Folter
Yo, Regie

Escritora brasileira vivendo no Uruguai 🌎 Escrevendo em português e espanhol 🖋️ Compre meus livros: https://www.regianefolter.com/livros