No al microondas
Como bien saben, los microondas son muy fáciles de usar; además te ahorra tiempo y energía. El electrodoméstico es una forma de radiación electromagnética generada por fricción en las moléculas provocando cambios en la estructura química de los alimentos y creando nuevos compuestos llamados radio líticos; cambian la polaridad de positivo a negativo en cada uno de los ciclos, es decir, millones de veces por segundo.
Los efectos de esta violenta fricción y sus efectos atérmicos son los responsables de muchas deformaciones y degradaciones de células y moléculas de los alimentos que se calientan en el horno de microondas dañando o destruyendo los aminoácidos, volviéndolos sustancias tóxicas para el organismo.
El calentar o utilizar mucho el horno de microondas puede generar gran cantidad de toxinas cancerígenas para el organismo que se liberan cuando se calienta la comida. Una pérdida de entre el 60 y el 90% de la energía y disminución de valor proteico. Los microondas reducen los niveles de vitamina B 12 lo cual son importantes para la formación de las células y los glóbulos rojos.
Algunos contenedores al calentarse liberan sustancias químicas (BPA) debido a la lixiviación del plástico, moléculas que deforman los alimentos. Así como también destruye casi por completo los flavonoides, que son antiinflamatorios y se dice que ayudan a prevenir el cáncer. Se debe tener precaución con los recipientes que no son aptos para microondas. Si debes usar este electrodoméstico para calentar, preferible que sea en un plato de vidrio o losa.
El utilizar el microondas conlleva riesgos; sin embargo, sabemos que es muy difícil dejar de utilizar el microondas de la noche a la mañana. Nuestra recomendación es simplemente saber utilizarlo inteligentemente. ¿Cómo? Utilizando recipientes aptos (no de plástico), no superar tiempos de cocción y obviamente evitarlo cada vez que puedas.
