Cuando los humanos dejan de ser recursos

La diferencia entre mano de obra y talento.

Carlos Hernández
4 min readSep 8, 2016

Madrid, a 8 de Septiembre de 2016

Hoy, nada más levantarme (y como todos los días) he consultado las notificaciones del móvil y, entre otras muchas, una decía: “Felicita a Francisco Santos por su nuevo empleo”. Francisco Santos, o Paco, para los amigos, trabajaba en una consultora, donde yo estuve de becario. Estábamos en el mismo proyecto, y muchos días había que estar hasta las nueve y media o diez de la noche aunque tu horario acabase a las seis. Y, cómo no, a final de mes, en la nómina, no había mención a estas horas extra. Motivador, ¿verdad?

Pero claro, “esto funciona así: hoy te quedas más tarde, pero dan buenas valoraciones, asciendes y cobras más”. Paco cobraba al año 15.000 euros brutos. Menos de 900 al mes. Yo era becario así que… jeje. Paco y yo (y el resto de nuestros compañeros) éramos mano de obra.

Paco Santos es uno de los programadores más apasionados que he conocido (era profesor, y se reinventó con un grado superior), y dentro de la empresa estuvo dando formación a geólogos, ingenieros de minas o biólogos que no sabían programar, pero que sólo por tener una carrera de Ciencias, empezaban cobrando al año 17.500€, 200€ más al mes que Paco. Porque las carreras de letras no valen si eres programador, aunque los lenguajes de programación sean, formalmente, lenguajes. La titulitis de este país, y en especial la de algunas empresas, es una asesina del talento.

¿Que tiene Paco de especial? Paco era el último del equipo que quedaba en esa empresa, en menos de un año. Éramos un equipazo que sacó adelante un proyecto mal planificado, sin documentación y no especialmente motivador. Teníamos (y tenemos) talento.

Me sorprende un poco que los siete que estábamos en el proyecto hemos acabado en startups.

Leí en algún lado que las consultoras se quejan de “no poder retener el talento”, y de “invertir mucho dinero en formación de trabajadores que en menos de un año acaban en otra empresa”. Y es que las consultoras no buscan talento, sino mano de obra. Y es eso (entre otras muchas cosas) lo que aleja el talento.

Un programador que quiere cobrar 10 euros la hora se está subiendo a la parra”. Trabajando allí oí eso más de una vez. Ellos cobran al cliente 30€/h de desarrollo y pagan a sus programadores 6€/h (sin contar las horas que no salen en nómina). Amigos programadores, os la están colando. Y lo que es peor, están matando vuestro talento.

Hace unas horas estaba apañando la maquetación de un proyecto web hecho por una consultora. El código daba pena. Y no culpo al pobre becario al que le dieron un PDF titulado “curso de html y css”, y un mes para maquetar eso. Porque estoy seguro de que puso empeño, y lo hizo lo mejor que supo. Culpo a la empresa que, en vez de buscar talento, buscó mano de obra: cualquiera dispuesto a aprender sobre la marcha a resolver este problema específico por cuatro duros mal contados. Y les culpo doblemente por esto, porque cuando el talento ve este tipo de trabajos, se cerciora de que no quiere trabajar ahí. Lógico.

Hablaba con mi abuela, que prefiero ser feliz y hacer algo que disfruto aunque gane menos dinero, que ganar mucho más haciendo algo que no me motiva. Y es que si no trabajo motivado no doy lo mejor de mi. Ella no lo entendía: “el trabajo es trabajo. Para disfrutar están los días libres”.

Lo siento, pero yo no quiero ser mano de obra. No quiero ser un “recurso humano” más de ninguna empresa. Quiero aportar valor. Con lo que hago, con cómo lo hago y con los motivos por los que lo hago. Quizá, yo sea un soñador, que cree en esa utopía de trabajar en algo que te apasiona, pero me da igual: no soy mano de obra.

Y tú, ¿eres mano de obra o tienes talento? ¿Tengo talento yo? Como escritor, digo. ¡Cuéntame en los comentarios! ¿Te ha gustado? ¡Dale al corazón para recomendarlo! ¿Quieres leer más? Seguro que este post te gusta

Disclaimer: No, mi buen amigo Paco Santos realmente no se llama así. No, no voy a dar nombres de las empresas o proyectos que menciono. Por respetar la privacidad, y porque creo que cada cual tiene su criterio para decidir qué está bien y qué no.

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Carlos Hernández

Programador. Proyecto de muchas cosas. No me hagas mucho caso. @CodingCarlos