Todavía, Mejorando — The Little Wins

Juan Aguilera
3 min readAug 25, 2022

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Mi texto anterior (Poco a Poco, Mejorando) lo comencé a escribir en el hospital, en una noche de insomnio, en un punto en el que ya había asumido una nueva realidad con brazos abiertos: cada día es un poco mejor que el anterior, y se mantiene. Ahora estoy en casa, es de noche y no puedo dormir, así que va el siguiente.

Evidentemente, me hubiera encantado que nada de esto hubiera sucedido (como les comenté, el veintidós venía pintando muy bien). Como era inevitable, hubo algunos momentos de what-ifs: que si hubiera salido 30 segundos antes/después, que si hubiera errado en el impecable cálculo del timing del semáforo, que si hubiera estado yendo más lento (o más rápido). Pero muy racionalmente, acostado con ambas piernas vendadas, entrando en una cirugía de la cual no sabía si me tocaba regresar con las dos, y en esa breve claridad entre la risita de la anestesia y el hoyo negro pre-quirúrgico hizo click: ya fue.

Ya fue, y a enfrentar lo que se venga. Plantar esto en la cabeza desde el día uno, sin tener idea de lo que se acercaba, y mantenerlo independientemente de lo que llegase ha sido la clave para mantener esta realidad de cada día mejor. Y así, poco a poco, se van acumulando pequeñas victorias. Acciones antes rutinarias o ‘normales’ en el día a día ahora se convierten en logros. Lunes, logré mear parado. Martes, pude bajar los escalones de la casa (aunque no subirlos). Miércoles, pude hacer 10 push-ups seguidos. Jueves, logré bañarme de pie. Viernes, llegué a 90° de flexión en la rodilla izquierda (saliendo del hospital lograba 30°). Sábado, pude subir escalones (aunque no todos). Domingo, nuevo récord de 20 pull-ups seguidos…

Y así, cada día y semana se van acumulando victorias, acciones previamente cotidianas que físicamente eran imposibles para mí después del accidente, y que mientras regresan, poco a poco van trayendo un sabor de normalidad de vuelta a la vida. Después de dos meses con apoyo de enfermeros 24/7 en casa, y tercamente logrando cada vez más cosas por mi cuenta, ya me pude despedir de Iván y Salvador, quienes fueron apoyo indispensable para los inicios de mi recuperación en casa, pero en los últimos días estoy seguro se aburrían de solo traer vasos de agua. Con los little-wins, poco a poco les fui ‘robando la chamba’, ya logrando ir solo al baño, duchándome de pie, bajando y SUBIENDO escalones (… Miércoles siguiente: logré subir la escalera completa).

Al momento que escribo esto, han pasado tres meses desde el accidente. Tres meses que se han sentido como seis, pero con avances realmente increíbles. Avances completamente atribuibles a un cóctel de constantes, retadoras y dolorosas fisioterapias, infinita paciencia, alimentación balanceada rica en proteína, una cama nueva, un kindle, subscripciones a todas las plataformas de streaming, y el apoyo continuo de familia y amigos, siempre presentes, GRACIAS.

Es impresionante ver hacia atrás y apreciar todo lo que se ha logrado, pero al mismo tiempo, te das cuenta de la magnitud del camino que falta por recorrer, y asusta. Asusta ver tanto avance, y entender que es solo el comienzo. La primera gran meta se siente cada vez más cerca: caminar. Está más cerca, pero con incertidumbre y cirugías potenciales de por medio. A lo lejos, se empiezan a asomar más metas ambiciosas (y por supuesto, logrables). Primero caminar, después correr, volver a la montaña con la bici, a la playa con la tabla, a saltar en conciertos y bailar en la arena.

Saludos cordiales,

JD

PD: Este texto lo escribí hace 3 meses, pero quedó guardado un tiempo. Ayer, se cumplieron 6 meses del accidente, y comencé a escribir más. Hay muchos nuevos avances, y más nuevos aprendizajes. No hay deadline pero espero dejarlo reposar mucho menos que 3 meses, así que stay tuned

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Juan Aguilera

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