Cuando Internet Desaparezca

Andrei Vazhnov
26 min readMar 16, 2015

La Red de Todo y el Futuro de la Economia Conectada

Por Andrei Vazhnov

“Las tecnologías más importantes son las que desaparecen.” — Mark Weiser, 1991

“Diría simplemente que Internet va a desaparecer.” — Eric Schmidt, 2015

El índice Promedio Industrial Dow Jones conocido como el Dow Jones o simplemente el Dow es uno de los índices de bolsa más antiguos en el mundo. Durante más de un siglo ha estado midiendo el desempeño de las acciones de las 30 empresas más grandes de los EEUU y, gracias a su larga historia, es tal vez el índice de mercado más famoso. Hoy solo una empresa se encuentra en Dow Jones que también estaba en 1896, cuando el índice se publicó por primera vez. Es la única empresa que logró mantenerse entre las líderes mundiales por más de 100 años, adaptándose a todas las dramáticas revoluciones tecnológicas que nos trajo el siglo XX mientras que la mayoría de sus competidores no sólo no están más en Dow Jones sino dejaron de existir hace décadas.

Esta empresa es General Electric. Originalmente fundada por Thomas Edison en 1892 como empresa de lámparas eléctricas hoy en día de nuevo se encuentra en el medio de una transformación histórica. GE está apostando su futuro a una tendencia tecnológica que la empresa llama la Internet Industrial, la idea de que con la miniaturización y la caída de precios de los componentes electrónicos ahora podemos agregar comportamiento inteligente y conexión a Internet a todas las máquinas industriales desde turbinas eolicas hasta camiones y trenes.

Este mismo fenómeno también es el motor subyacente detrás de los términos como ciudades inteligentes, internet of things, wearables, la red de todo y muchas otras tendencias digitales que están cambiando nuestra vida. En el fondo todas estas olas de transformación comparten el mismo origen — los precios de la computación y la conectividad se están volviendo tan bajos que ahora podemos agregar el comportamiento inteligente y una conexión inalámbrica a todas las cosas que nos rodean: a los autos, a los relojes, a los teléfonos, a los robots voladores que llamamos drones. Y cuando agregamos sensores, un CPU y una conexión inalámbrica a un nuevo objeto, este objeto de repente existe no solo en el mundo físico sino también tiene un avatar en la red. Las cosas que nos rodean desde las maquinas industriales hasta los autos y relojes ya no son simplemente productos sino que se vuelven un nuevo punto de conexión entre el mundo físico y el mundo digital. Todo se vuelve hardware y la increíble flexibilidad de software ya no es más sólo para las computadoras sino para todas las cosas en nuestro alrededor.

Es un cambio en la naturaleza de los productos cuya magnitud es difícil de comprender en completo y las empresas de tecnología están compitiendo una con otra con pronósticos que a veces parecen exagerados. Ericsson promete 50 mil millones de dispositivos conectados a la red en el año 2020, más de 7 para cada persona en el mundo; General Electric predice que la Internet Industrial va a sumar 15 trillones de dólares al PBI mundial en los próximos 20 años, un importe igual al entero PBI actual de los EEUU; John Chambers, el CEO de Cisco Systems recientemente dijo que la Red de Todo es una oportunidad de más de 19 trillones de dólares para las empresas de tecnología.

Si bien estas empresas tienen un incentivo propio para su optimismo y las predicciones de tendencias nunca son ciertas, es fácil de ver las razones para su entusiasmo. Estamos viendo una gran convergencia entre el mundo informático y el mundo industrial, una fusión de las dos grandes revoluciones donde casi cada máquina, cada auto, cada reloj y cada electrodoméstico puede beneficiarse de las habilidades inteligentes para darnos productos más conectados, maquinas más confiables y una manera mucho más eficiente de usar los recursos de nuestro planeta. La próxima década ofrecerá oportunidades increíbles a los empresarios y emprendedores a medida que los enormes sectores de logística, transporte, agricultura y manufactura empiecen a transformar su base industrial agregando comportamiento inteligente y conectado a todos sus sistemas y procesos productivos. Como veremos más adelante, esta convergencia también potencia el desarrollo de la economía compartida y puede llegar a cambiar incluso nuestro concepto de propiedad y lo que valoramos en términos de estatus social.

Muchos críticos dicen que estas predicciones no son realistas y en parte son nada más que “humo” vendido por las empresas. Además, los desafíos técnicos asociados con Internet of Things son enormes. Sin embargo, la popularidad de servicios como Uber y Tinder y el potencial de los dispositivos conectados como el reloj de Apple para revolucionar los ámbitos de salud y cuidado de personas mayores nos dan un presagio de los profundos impactos sobre la economía, la cultura y nuestra relación con la tecnología que puede causar la disponibilidad de sensores conectados e indican que el momento bisagra está llegando hoy.

Índice del artículo (continua abajo)Computación Ubicua ¿Qué es IoT? Las Cinco Caras de IoTInternet Industrial Domótica y Cosas Inteligentes WearablesLa Red de Todo y La Sociedad de Alquiler

¿Por qué, por ejemplo, Uber y Tinder aparecieron en la segunda década del nuevo siglo y no en 2005 o 1995? El mundo estaba lleno de gente buscando taxis o parejas en aquel entonces al igual que hoy; así que si no existían, seguramente no es por falta de demanda. En ambos casos, la pregunta tiene la misma respuesta: la dramática caída de los precios de los chips de la geo localización y la disponibilidad casi universal de internet inalámbrica que llegó sólo en los últimos años.

Uber y otras aplicaciones parecidas funcionan gracias al chip de GPS, un componente que comunica con un conjunto de satélites en órbita alrededor del planeta. Estos satélites usan el método de triangulación para ubicar el chip que puede indicar la ubicación del pasajero, auto o la pareja potencial. Los chips GPS costaban varios miles de dólares en los años 80s, bajaron de precio hasta USD 500 en 1997, mientras que hoy salen tan solo 2–3 USD. Ahora cada auto y cada teléfono puede tener un GPS sin afectar mucho su precio, algo que hace tan solo 10–15 años no era posible.

Lo mismo pasa con todo tipo de componentes electrónicos. Un chip de 2,000 transistores que costaba 1000 USD in 1970, en 1990 bajó a 1 USD y hoy en día cuesta menos de 2 centavos. En un solo fin de semana largo en 2014 Apple vendió más poder computacional en sus teléfonos que el equivalente al poder computacional del mundo entero en 1995.

¿Qué puede ser más aburrido que hablar de los precios históricos de los CPUs y chips GPS? ¿A quién le importa? La verdad es que nos importa a todos. Cuando un CPU, un chip GPS, una cámara de fotos, un modem de conexión inalámbrica cuesten menos que una taza de café, la manera de que percibimos la red y nuestras computadoras va a cambiar. Empezarán a desaparecer.

En una conferencia reciente, al presidente de Google Eric Schmidt le preguntaron sobre el futuro de Internet. Schmidt contestó,

“Diría simplemente que Internet va a desaparecer. Va a haber tantos direcciones IP, tantos dispositivos, cosas que tienes puesto encima, cosas con las cuales estás interactuando que ya ni siquiera vas a sentirlo. La red simplemente será parte de tu presencia todo el tiempo. Imagínate que entras a una habitación… y estás simplemente interactuando con todas las cosas que están ahí.”

Schmidt se refiere a un futuro quizás no tan lejano cuando todas las cosas en tu casa desde termostato hasta las luces y cortinas están conectadas a la red, permitiéndote controlarlos ya sea desde tu teléfono móvil o simplemente con la voz o con gestos. Los analistas de tecnología están divididos acerca de qué tan rápido toda esta tecnología va a llegar a nuestros hogares, pero nuestra relación con internet ya está cambiando de la manera que dice Schmidt. Cuando aprietas un botón en la app de Uber para llamar a un taxi, ya no estás pensando, “Voy a usar la web en mi computadora o smartphone para buscar un taxi.” Cuando aprietas ese botón, las palabras “internet” y “web” ya no cruzan tu mente. Es un ejemplo temprano donde internet ya desapareció. Quedó un botón mágico que trae un taxi a donde estés.

La Computación Ubicua

Este concepto de internet y computadoras invisibles no es reciente. En el año 1988 Mark Weiser de laboratorios PARC originó el término computación ubicua (ubiquitos computing). Weiser imaginaba computadoras y sensores embebidos invisiblemente en todo nuestro alrededor ayudándonos con nuestra vida cotidiana. Las lámparas que automáticamente se ajustan a la luz ambiental para dar una iluminación necesaria, los despertadores que preparan café fresco antes de despertarte, las ventanas que sutilmente te dicen el pronóstico que podes ver desde un rincón de tu mirada, los pines que te identifican a la habitación y ajustan la temperatura y el volumen de música a tu gusto. Y no solo imaginaba, muchos de estos inventos que todavía nos resultan futurísticos en 2015 tenían prototipos experimentales en su laboratorio en los fines de los años 80s. Acerca de la visión de la tecnología que estaba tratando de construir, dijo lo siguiente en su artículo “La Computadora del Siglo 21”

“Las tecnologías más importantes son las que desaparecen. Son las que se entrelazan con el tejido de nuestra vida cotidiana hasta que ya no son distinguibles de ella.”

¿Cómo podemos lograr todo esto? Simple. Poner centenares de pequeñas computadoras y sensores conectados a la red en absolutamente todo: interruptores, ventanas, heladeras, televisores, termostatos, zapatos, ropa. En los días de Weiser esto parecía una locura y aún hoy parece algo extravagante, sin embargo las transformaciones parecidas ya han sucedido en nuestras vidas. Tenemos varias tecnologías invisibles, un buen ejemplo es la electricidad.

Cuando los primeros motores eléctricos se empezaron a usar en el siglo XIX, reemplazaron los motores a vapor que animaban a las maquinas industriales en las fábricas. Un motor eléctrico enorme estaba conectado a un sistema de cintas y engranajes que distribuían la fuerza a donde fuera necesario y daban movimiento a docenas de máquinas distintas.

Hoy en día los motores eléctricos se volvieron tan baratos, pequeños y eficientes que ninguno de nosotros ni siquiera puede contar cuantos tiene en su vida. Hay uno en la aspiradora, otro en el secador del pelo, los motorcitos que muevan las batidoras y licuadoras y los que giran el plato que ponemos en microondas… además el auto promedio tiene más de 20 motores — el que arranca el auto, él que limpia el parabrisas, él que sube y baja las ventanillas, varios motores en el acondicionador del aire y muchos más. Los motores eléctricos se entrelazaron tanto en nuestra vida que ya hace años que desaparecieron por completo. Nadie piensa, “Voy a activar un motor para subir la ventanilla o para secarme el pelo”, simplemente subís la ventanilla o secas el pelo. Weiser decía que es inevitable que lo mismo va a pasar con las computadoras, que algún día las computadoras iban a desaparecer de nuestras vidas dejándonos con un mundo donde todas las cosas alrededor nuestro son inteligentes y conectadas.

¿Qué es Internet of Things?

Pasó un cuarto de siglo desde que Weiser publicó su visión y aquel algún día está llegando hoy. En 2015, los productos estrellas del show más importante de electrodomésticos, el Consumer Electronics Show en Las Vegas, fueron productos inteligentes conectados a la red. Había una maceta inteligente que sabe exactamente lo que necesitan sus plantas que tiene sensores para medir humedad y temperatura del suelo y es controlable desde el celular. Había una batería para las alarmas de incendio que siente cuando se está agotando y te manda un mensaje de notificación. Un productor Japonés presentó un anillo que te permite controlar las cosas inteligentes en tu casa a través de gestos que haces con la mano. Casi cada electrodoméstico en el show desde los clásicos como los televisores hasta los futurísticos como el anillo tenían adentro pequeñas computadoras conectadas a la red.

Si bien la visión de las cosas inteligentes está avanzando rápido, el nombre Computación Ubicua que usaba Mark Weiser quedó en el milenio anterior. En 1999, Kevin Ashton, el cual en aquel entonces trabajaba en Procter & Gamble como gerente de marketing usó el termino Internet of Things (La Internet de las Cosas) para explicar el concepto todavía novedoso y complejo a los ejecutivos de la empresa. Su idea era poner un microchip capaz de comunicar por radio a todos los lápices labiales que vendía P&G. De esta manera, explicaba Ashton, cada lápiz podría decirte exactamente dónde está inalámbricamente y así Procter & Gamble podría controlar los movimientos de su inventario de una manera mucha más fácil y precisa. El término resultó mucho más pegajoso ya que inmediatamente te daba la foto mental de las cosas conectándose a Internet sin la intervención humana y es el nombre más usado hoy en día. Sin embargo, antes de despedirnos para siempre del término Computación Ubicua, este concepto tiene un par de lecciones importantes para mostrar de qué se trata Internet of Things.

Como explica el profesor de estrategia de Harvard Michael Porter, el término Internet of Things a veces nos da un modelo mental equivocado,

“La diferencia fundamental que brindan los productos conectados e inteligentes no es internet sino el cambio en la naturaleza de la “cosa”. Son las nuevas habilidades de los objetos y la data que ellos generan que son los factores principales de la nueva era.”

De hecho, la mayoría de las “cosas” inteligentes de Internet of Things nunca conectan directamente a Internet sino que se conectan por protocolos locales como Bluetooth, NFC y RFID a tu celular, a un router de casa inteligente (smart home), al sistema de pagos, o a un sistema de control industrial que lee los datos de los sensores embebidos en una turbina. Muchas veces estas conexiones y datos se quedan adentro de las redes internas de las empresas u hogares.

Además, enfocándonos demasiado en la parte de “internet” de la definición podemos perder de vista las tecnologías transformadoras como quadricopter drones o autos autónomos. Es algo que no encaja en el concepto del IOT si lo pensamos de una manera estrecha que sugieren sus siglas pero es una manifestación de las mismas fuerzas de sensores, procesamiento y conectividad barata. Por ejemplo, los primeros quadcopteros fueron creados en los años 1920s pero resultaron imposiblemente difíciles de manejar para un piloto humano. La razón por la que la esta tecnología está creciendo ahora es porque hoy podemos controlar sus cuatro motores de una manera automática y precisa usando procesadores y sensores baratos en cada drone para darle estabilidad del vuelo. Y por supuesto los drones se vuelven mucho más útiles cuando, con la conectividad barata, los podemos controlar de forma remota desde nuestros iPhones e iPads usando protocolos estándares como Bluetooh.

En este sentido es muy útil tener presente que cuando hablamos de Internet of Things muchas veces en realidad estamos hablando de la Computación Ubicua, de poder agregar las habilidades que antes sólo tenían las computadoras a todas las cosas que nos rodean y no sólo en casa sino también en las plantas industriales, en los edificios, en las calles y en agricultura. En la Internet de las Cosas, las “cosas” no son siempre cosas y conectan a las redes que no son siempre la Internet. Mejor pensar el nombre IOT como metáfora de que nuestros objetos se vuelven inteligentes, aprenden a sentir el mundo alrededor de ellos y adquieren la capacidad de comunicar entre sí, con otros sistemas en Internet y con nosotros.

Por otra parte, desde el lado más técnico podemos entender IOT usando dos perspectivas complementarias: la perspectiva del objeto y la perspectiva del sistema: Cada objeto inteligente por lo general va a tener tres aspectos que los hacen “inteligentes”. Estos tres aspectos son: Sensores, Procesamiento y Conexión. A su vez, cada sistema de IOT va a unir varios objetos inteligentes mediante una red y va a construir aplicaciones de software que usan datos emitidos por esos objetos.

Por ejemplo, una farmacia puede usar frascos inteligentes que usan sensores en la tapa del frasco para detectar cada vez que un paciente toma una píldora y luego transmitir a la farmacia el horario exacto y la dosis. La farmacia puede usar los datos de los miles de frascos de sus clientes para desarrollar aplicaciones que mandan alertas a los pacientes que se olvidaron de tomar la dosis indicada o crear las herramientas de gestión del inventario que automáticamente notifican al almacén de la farmacia que preparen un nuevo frasco cuando el actual está agotando.

Las Cinco Caras de Internet of Things

Cuando alguien escucha el termino Internet of Things por primera vez es normalmente en el contexto de los productos específicos para la casa como macetas o baterías inteligentes o de la tecnología personal como pulseras o relojes que miden tus pasos recorridos. Internet of Things es todas estas cosas pero también es mucho más y uno de los desafíos principales de explicar IOT es que es un concepto tan general que los arboles de los ejemplos concretos muchas veces no te dejan ver el bosque del panorama total.

Además, hay muchos términos relacionados o solapados con IOT y es algo que a veces agrega a la confusión. ¿El termostato inteligente es domótica o IOT? ¿Poner sensores en el suelo para medir humedad y temperatura del entorno de las plantas sería IOT o agricultura de precisión? ¿Y en qué sentido el suelo es una “cosa”?

Cuando alguien escucha el termino Internet of Things por primera vez es normalmente en el contexto de los productos específicos para la casa como macetas o baterías inteligentes o de la tecnología personal como pulseras o relojes que miden tus pasos recorridos. Internet of Things es todas estas cosas pero también es mucho más y uno de los desafíos principales de explicar IOT es que es un concepto tan general que los arboles de los ejemplos concretos muchas veces no te dejan ver el bosque del panorama total.

Además, hay muchos términos relacionados o solapados con IOT y es algo que a veces agrega a la confusión. ¿El termostato inteligente es domótica o IOT? ¿Poner sensores en el suelo para medir humedad y temperatura del entorno de las plantas sería IOT o agricultura de precisión? ¿Y en qué sentido el suelo es una “cosa”?

Teniendo en cuenta estas observaciones, podemos nombrar los cinco ámbitos que hoy en día son los principales actores emergentes de las tecnologías IOT: Internet Industrial, Ciudades Inteligentes, Domótica, Wearables y Agricultura. A medida que IOT entre nuestras vidas, esta lista seguramente se va a expandir. Veamos tres de estos ámbitos en más detalle.

La Internet Industrial

En el verano de 2014, falló una junta de sellado en una plataforma petrolera en las aguas frente a las costas de Escocia causando al menos USD 7,500,000 de daño por la inactividad de la plataforma durante el arreglo.

En realidad, la junta casi falló y hubiera fallado seguro si no fuera por una alerta del servicio de IOT de General Electric que estaba monitoreando el equipamiento de la plataforma usando centenares de sensores instalados en toda la maquinaria. El centro de monitoreo de GE detectó desviaciones imprevistas en la presión dentro de uno de los componentes e inmediatamente avisó a su cliente, la empresa petrolera, de que había una anomalía que merecía atención en cuanto antes. Cuando el cliente reemplazó la parte defectuosa, se confirmó que la falla era inminente.

Esto es el comienzo de una época nueva en el mundo de las máquinas y plantas donde en vez de contar los accidentes que sucedieron y las pérdidas causadas, podremos contar los accidentes que fueron prevenidos gracias al poder de la anticipación que nos da la IOT Industrial. Hoy en día, los servicios de IOT de GE tienen activos industriales con el valor total de 1 trillón USD (millón de millones) bajo su monitoreo, usando casi 10 millones de sensores que envían alrededor de 50 millones de datos distintos cada día. Es un océano de datos que los algoritmos de GE analizan continuamente para detectar las anomalías que pueden predecir fallas en motores, turbinas, juntas de sellado y muchos otros componentes críticos de funcionamiento del mundo industrial.

El mundo industrial es realmente enorme. Se estima que tan solo contando las cosas que giran en las máquinas y en el transporte, hay alrededor de 3 millones de componentes rotatorios claves: ruedas de locomotoras y autos, hélices de helicópteros y aviones, ventiladores de plantas y edificios, turbinas de generadores eléctricos y muchos más. Una falla en cualquier de estos componentes es un accidente con consecuencias y perdidas enormes. Con la IOT industrial estamos empezando de transformar el mantenimiento de la infraestructura que sostiene nuestras vidas de la modalidad retrospectiva a la modalidad anticipativa.

En este nuevo mundo, en vez de arreglar la maquina después de que falle y frene la cadena de producción causando millones de dólares de pérdidas, la maquina misma va a detectar el problema antes de que pase y te va a avisar con antelación qué parte hay que reemplazar y por qué. Es más, la maquina automáticamente llamaría a su fabricante para pedir un repuesto correcto. Asimismo, el sistema de monitoreo va a notificar a un técnico adecuado para hacer el arreglo y el técnico vendría no sólo con el repuesto necesario sino también habiendo leído un resumen de lo que pasó. Será un mundo donde los repuestos se instalan antes de que se rompan, los técnicos saben exactamente que hacer antes de llegar y la inactividad causada por las fallas y esperas imprevistas va a ser casi un recuerdo.

Este cambio tiene consecuencias enormes para las empresas que fabrican las maquinas industriales. Las maquinas van a dejar de ser productos y se volverán servicios. En vez de comprar un motor, el cliente va a comprar un servicio de ventilación, generación, o propulsión. Y el fabricante va a tener los datos en tiempo real de los miles o millones de sus creaciones girando, generando energía o moviendo cosas alrededor del mundo. Con estos datos, las empresas podrán no sólo mantener sus máquinas sin accidentes y perdidas debido a la inactividad sino también podrán usar los datos para diseñar la próxima versión de la maquina con el beneficio de saber toda la historia exacta de cómo le fue a la versión anterior. Es el sueño del ingeniero.

La Internet Industrial no sólo cambiará como creamos, mantenemos y vendemos los productos de infraestructura sino también la naturaleza de las industrias. La necesidad de agregar comportamiento inteligente y conectado a todas las máquinas y procesos productivos va a generar nuevas dinámicas competitivas y va a exigir que las empresas industriales desarrollen conocimiento en ámbitos como software y Big Data que tradicionalmente no fueron sus fortalezas. GE estima que en el año 2025, las tecnologías de Internet Industrial van a estar usadas en la producción de aproximadamente la mitad del PBI mundial. Estamos apenas en el comienzo de esta histórica transformación.

Domótica y Cosas Inteligentes

Tal vez uno de los ejemplos tempranos de IOT es del paraguas inteligente. Como veremos, no es necesariamente el producto que más necesitas en tu vida, pero es un buen ejemplo para explicar lo que IOT podría hacer algún día para las cosas cotidianas en tu casa. Este ejemplo también puede mostrar muchos de los desafíos importantes que IOT tiene que superar en los próximos años para poder generar interés de los consumidores que hoy en día son bastante indiferentes.

El paraguas inteligente es un paraguas común pero conectado a internet y equipado con una luz en su punta. Chequea automáticamente un sitio web del pronóstico de tiempo para ver si va a llover hoy o si ya está lloviendo. Cuando el paraguas detecta la lluvia pronosticada o actual, prende la luz en su punta que sigue parpadeando de una manera sutil mientras que no está en uso. De esta forma, el paraguas te avisa que sería una buena idea agarrarlo cuando estás saliendo de casa. La luz se apaga automáticamente mientras que lo estás usando y también queda apagada mientras que no haya lluvia o la inminente posibilidad de la misma.

Por un lado, es una linda idea. Si todos los paraguas pudieran tener esta habilidad útil sin aumentar su costo o la complejidad del uso sería un buen avance en la historia de los paraguas. Sin embargo, si bien hay varios prototipos funcionando, la infraestructura actual está muy lejos de posibilitar el desarrollo de un producto realmente usable por un consumidor.

El problema principal es la conectividad. Si usted en algún momento tuvo que configurar su router de Wi-Fi o resolver problemas de la conexión a internet en su computadora, probablemente sabe que los problemas de la conectividad pueden ser fastidiosos. Estos problemas se vuelven aún mucho más complejos en el caso de los dispositivos que no tienen pantallas, botones o teclados. La solución de muchos dispositivos nuevos de IOT es que al menos inicialmente tienes que configurarlos desde tu celular, quizás con un app especial que te permite gestionar tu paraguas inteligente.

Aun si la idea de tener que configurar su paraguas no lo asusta, existe también el problema de tener que recargar las baterías. No sirve mucho el paraguas que te ayuda de no olvidarlo en los días lluviosos si te introduce el nuevo problema de acordarte de la recarga. Y lamentablemente con la tecnología actual, cualquier dispositivo conectado a la red de forma continua no tendría batería que dura mucho.

Por último, el costo de toda esta tecnología aumenta de una manera sustancial el precio de un objeto como paraguas. Hoy en día saldría por lo menos 100 USD, con lo cual sería un paraguas bastante lujoso.

Uno, dos o los tres de estos problemas (conectividad, reemplazo de baterías y costo elevado) afectan casi a cualquier producto de domótica. Además, la visión de casa inteligente y conectada donde tu lavarropas habla con la empresa de electricidad para ver cuando la tarifa es más económica tiene otro problema: todavía no hay estándares comunes para que todos estos dispositivos y servicios puedan hablar uno a otro y esto es un desafío tecnico enorme.

La revista de tecnología Gizmodo bromeaba en un artículo que una avalancha de dispositivos inteligentes nuevos se está convirtiendo en una avalancha de organizaciones nuevas que están tratando de organizar este babel de dispositivos hablando lenguajes inalámbricos incluido Wi-Fi, Bluetooth, Zigbee, Zwave y Ant+ entre otros. Ya existen el AllSeen Alliance, el Industrial Internet Consortium (IIC) y la llegada más reciente de Open Internet Consortium (OIC) que agrupa Atmel, Dell, Broadcom, Intel, Samsung y Wind River.

Lo que sabemos de la historia de Internet hasta ahora es que la coordinación de estándares es un proceso muy largo y complejo. Pueden pasar varios años hasta que los jugadores principales del mundo IOT se ponen de acuerdo y varios años más hasta que estos estándares se implementen alrededor del mundo. Si bien la falta de estándares es algo que afecta la IOT Industrial también, en el contexto empresarial hay mucho más recursos para solucionar los problemas de conectividad e interoperabilidad de los dispositivos distintos que un consumidor promedio tiene a su disposición. Así que aunque la visión de la casa inteligente era una inspiración temprana de la visión de IOT y Computación Ubicua lo más probable que domótica va a quedar un mercado de nicho para entusiastas tecnológicos por varios años más. Seguramente en el futuro va a ser un mercado enorme pero los primeros ejemplos exitosos de IOT al nivel masivo van a estar en otros ámbitos como IOT Industrial, agricultura y wearables/salud.

Wearables

El inventor y profesor de la Universidad de Toronto Steve Mann ha tenido una computadora puesta en su cabeza continuamente por más de 34 años. Se conoce como el primer cyborg de la historia ya que las versiones más recientes de su dispositivo están físicamente conectadas a su craneo. Esta computadora (junto a las cámaras y otros componentes conectados a ella) mejora su visión, le permita navegar internet y muchas otras cosas que van cambiando con cada nuevo experimento. Reconocido como el padre de las tecnologías wearable, Mann se volvió algo notorio porque durante una visita a un McDonald’s en Paris en el verano de 2012 algunos empleados del restaurante trataron de sacarle su dispositivo a pesar de que les había mostrado una carta de su médico explicado que era parte de su cuerpo. La prensa bautizó este acontecimiento como la primera discriminación contra un cyborg.

En 1994, Mann originó el termino life-logging cuando por varios años transmitía en vivo por internet las imágenes que él veía frente a sus ojos con su cyberprotesis. Cualquier persona en el mundo podía compartir su vida en tiempo real desde una página web y el proyecto arrancó una moda de video life-logging que duró varios años durante las primeras etapas del desarrollo de internet.

Si bien life-logging alcanzó cierta popularidad con los entusiastas de la tecnología, la primera ola realmente masiva de llevar computadoras, sensores y cámaras puestos encima empezó con el movimiento denominado Quantified Self. El término fue originado en 2007 por los editores de la revista Wired para describir a una subcultura emergente de las personas que quieren mejorar su salud o entender mejor a sí mismas usando metodologías de seguimiento automático (self-tracking).

Una parte clave de Quantified Self es el uso de dispositivos electrónicos para coleccionar cualquier tipo de datos sobre tus hábitos o tu cuerpo, desde la cantidad de pasos que recorres por día hasta indicadores más complejos como presión, patrones de latidos, contenido de azúcar en la sangre y muchos otros. Los aficionados de Quantified Self usan las herramientas de software para analizar los datos y así obtener ideas para mejorar su desempeño deportivo, aumentar calidad del sueño, diagnosticar enfermedades, o disminuir el estrés.

En los años 80s cuando Steve Mann empezaba a experimentar con la tecnología wearable, su dispositivo tenía un tamaño de un casco enorme y costaba más de USD 10,000 incluido las partes del sistema en su ropa interior. En 1997, otro inventor, Thad Starner, diseñó una computadora wearable para hobbistas que salía USD 3,000. Con estos precios y tamaños no existía la posibilidad de un mercado masivo y tuvimos que esperar más de una década para que los avances tecnológicos puedan darnos las versiones prácticas de estos inventos. Finalmente la hora llegó. En los últimos tres años, el mercado empezó a desarrollar con alta velocidad y muchas empresas tanto establecidas como Nike o startups como FitBit y Jawbone crearon pulseras, broches y otros dispositivos que son realmente divertidos y útiles. Alrededor de 70 millones de unidades de productos de monitoreo electrónico relacionados con fitness y quantified self fueron vendidas en 2014.

A pesar del crecimiento rápido, la tecnología wearable todavía sigue siendo un producto de nicho para los entusiastas tecnológicos y los aficionados de QS pero en el largo plazo tiene la capacidad de transformar muchos ámbitos, sobre todo en medicina.

Varias empresas ya están desarrollando soluciones a partir del reloj inteligente de Apple para el cuidado de las personas mayores. El reloj tiene acelerómetro que puede detectar cualquier tipo de movimiento y los niveles de actividad física, el GPS que da tu ubicación y el monitor de la frecuencia cardiaca. Con una computadora potente de 1 GHz adentro del reloj y una conexión a internet, imagínense los miles de apps del cuidado de salud que van a existir dentro de poco tiempo. Por ejemplo, el reloj puede detectar una caída y chequear si la persona pudo levantarse sola. Si dentro de un periodo determinado de tiempo después de una caída no se detecta movimiento, el reloj puede notificar automáticamente a los parientes o médicos encargados de cuidar a la persona mayor que potencialmente tuvo un accidente e indicar su ubicación exacta para que la ayuda pueda llegar rápido.

Con la llegada de los relojes inteligentes, la tecnología wearable se volverá realmente masiva. El precio inicial del reloj de Apple es de 350 USD que no es accesible para la mayoría de las personas en el mundo, pero los precios siempre caen rápido. Los analistas de la consultora Gartner predicen que dentro de menos de dos años los precios de los relojes inteligentes serán menos de 30 USD a medida de que los productores Chinos se adueñan de esta nueva tecnología y la masifican para sus mercados internos. Esto puede inaugurar una nueva época de telemedicina donde nuestros signos vitales están continuamente monitoreados por algoritmos de Google, Apple y otras empresas tecnológicas. Siri u otro asistente virtual puede ser tu próximo médico.

La industria de salud sólo en EEUU representa alrededor de USD 3 trillones del PBI y sin embargo es una de las industrias que todavía cambió muy poco con la revolución informatica. Las tecnologias wearable van a accelerar la digitalizacion de medicina diagnostica de forma drámatica. Apple, Google, Microsoft y Samsung entre muchas otras empresas ya anunciaron iniciativas relacionadas con telemedicina. La batalla por conseguir un pedazo de este gigante mercado será intensa.

Los usos de IOT descritos arriba son tan solo el comienzo. Al igual que el ejemplo de la electricidad que ya vimos antes, el agregar comportamiento inteligente y conectividad a todos los objetos y aspectos de nuestra vida es claramente un fenómeno muy multifacético. Hoy en día no pensamos que Ford, Boeing, John Deere o Sony son “empresas de electricidad” aunque casi todos sus productos usan componentes eléctricos y dependen profundamente de ellos. Electricidad es una fuerza tan transversal que en la práctica no dice casi nada llamar a una compañía “empresa que usa electricidad” porque todas la usan. Sin embargo, todavía hablamos de empresas de internet o, en particular, empezamos a hablar de las empresas de IOT en lugar de hablar de valor especifico que genera la empresa. Esto probablemente va a cambiar a medida que la conectividad y computación se entrelacen en nuestras vidas en el siglo XXI de la misma que electricidad hizo en el siglo XX. Cuando internet termine de desaparecer, sólo vamos a referirnos al valor agregado que generan las empresas sobre la infraestructura de la red y procesamiento.

La Red de Todo y la Sociedad de Alquiler

¿Cómo va a ser el mundo cuando millones de cámaras, micrófonos, GPS, acelerómetros, giróscopos y otros sensores pequeños hayan cubierto la superficie de nuestro planeta? ¿Qué podrán hacer los emprendedores y los empresarios con el océano de datos que fluya desde estos puntos de medición hacia los gigantes bases de datos en la nube?

Podemos decir con certeza que este mundo nos sorprenderá con un sinfín de cambios rápidos e imprevistos. Podemos decir esto porque el mundo ya está cubierto no sólo con millones sino con miles de millones de sensores continuamente conectados a la red. Son los sensores embebidos en los smartphones de los 2 mil millones de personas que ya tienen uno y que pronto serán 4 mil millones.

Cuando los ingenieros de la NASA estaban lanzando a la órbita las docenas de los satélites que iban a ser el corazón del sistema GPS, estaban pensando principalmente en los usos relacionados con la navegación más segura y precisa de los barcos y aviones. Nunca hubieran imaginado aplicaciones como Tinder o Foursquare.

Asimismo, los taxistas nunca hubieran pensado que el dispositivo GPS que les ayuda a encontrar la ruta dentro de poco tiempo iba a traer un competidor que cambiaría los reglas de juego por completo. Despues de tan sólo 5 años, Uber opera en más de 50 paises y en varias ciudades del mundo ya hay más choferes de Uber que de los taxistas registrados. La empresa recién levantó una ronda de inversión que le da valor de USD 41 mil millones, por lejos el numero más grande en la historia de las startups tecnológicas.

Como vimos en el comienzo de este post, esto pasó por una razón concreta: porque agregamos sensores baratos de ubicación a todos los autos y todas las personas. De hecho, la app de taxis Uber es el comienzo de una revolución mucho más profunda.

BlackRock es el fondo de inversión más grande del mundo, con USD 4.59 trillones de activos financieros. Su CEO Larry Fink recién explicó el cambio así:

“Durante las generaciones pasadas, la gente joven alrededor del mundo se enfocaba en la adquisición de dos tipos de propiedad: una casa y un auto… Con la llegada de las tecnologías como Uber y Airbnb, estas decisiones financieras pueden empezar a cambiar. ¿Para qué vas a hacer esta inversión enorme, con todo el inconveniente de mantenimiento y estacionamiento y la responsabilidad legal asociada con ser dueño de un auto, cuando podes tener uno disponible apretando un botón en tu teléfono?

A medida que más y más gente use los servicios compartidos de transporte, los vehículos personales se volverán menos importantes tanto en términos financieros y como símbolos de estatus…

Piensen en la magnitud de este cambio — Uber fue fundado tan sólo hace cinco años. Es posible que cinco años más adelante, las tecnologías de autos compartidos van a reemplazar la propiedad de automóviles en gran escala. Esto tiene implicancias profundas para la economía global.”

Este fenómeno ya adquirió el nombre “la uberización de la economía” y tal como en 2007 los emprendedores querían ser el Facebook de XYZ, hoy en día la moda es tratar de ser el Uber de algún segmento de la economía que todavía no haya sido uberizado. A medida de que las cosas se conecten a la red, los objetos que solíamos poseer dejan de ser productos y se vuelven servicios. Lo mismo que ya pasó con los taxis está empezando a pasar con las maquinas industriales. Y al igual las personas jóvenes empiezan a querer el servicio de transporte en vez de un auto, las empresas están empezando a querer servicios de ventilación en vez de ser dueños de ventiladores. Cómo dice Larry Fink, “¿Para qué tener el inconveniente del mantenimiento?”

Y todo esto pasó porque agregamos al auto y al teléfono un sensor de ubicación barato conectado a la red. ¿Qué pasará cuando en vez de millones hay trillones de sensores y computadoras de todo tipo embebidos en cada máquina, cada prenda de vestir y cada auto? Lo que nos enseña el ejemplo de Uber es que por más que lo pensamos no lo podemos imaginar hasta que llegue. El inventor Nikola Tesla escribió en 1926:

“Cuando la tecnología inalámbrica esté perfectamente instalada, toda la tierra se convertirá en un cerebro enorme…todas las cosas siendo partículas de una unicidad rítmica y real.”

Es una linda metáfora acerca del futuro al que estamos yendo.

Andrei Vazhnov es autor del libro Impresión 3D: Cómo va a cambiar el mundo. Andrei tiene una Maestria en Politicas Publicas de Harvard University y un diploma en fisica de Novosibirsk University.

Twitter: @andreidigital Email: andrei@andreivazhnov.net

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