En el desierto de Egipto
Aeropuertos y ficción. Premonición sobre COVID-19.
Más allá de la anaranjada y cambiante duna, perdida entre los beduinos, donde los aires acondicionados demostraban su grandeza se habla de la singularidad de un antiguo aeropuerto.
En el ala norte la sombra no existía, y cuentan que al anochecer los solitarios aviones aterrizaban en modo automatico sin pilotos ni tripulantes. Luego de conquistar el cielo se alineaban, sin pudor, uno detrás de otro congestionando los hangares. Llegaban aproximadamente cada una hora sin identificación alguna y al cabo de unas semanas alcanzaron el desierto, empezaron a colonizarlo. En el ala sur la hilera de aviones continuaba donde se pierde la vista conquistando el horizonte. Aún no se puede precisar si los aviones dejaron de viajar o si rodean el planeta y concluyen en su antagónica ala norte.
Las pistas de aterrizaje y despegue se encontraban detrás de un par de medanos. Su acceso era mediante túneles debajo de la ardiente arena por medio de autobuses. Desde el edificio principal no se podían observar los aviones con su esfuerzo inicial de las turbinas para invadir el cielo, pero los turistas se entretenían en las franquicias de café y los “duty free shops” alimentando alguno de sus vicios y omitiendo las operaciones aeroportuarias.
Debido al incalculable número de aviones, la logística de las maletas se vio afectada y los pasajeros vivían en perpetua queja y pretensiones monetarias. El principal del aeropuerto propuso una solución infalible; cada 15 minutos se producía un cambio aleatorio de las puertas. En su mayoría, los pasajeros nunca llegaban a la puerta de embarque correcta a tiempo, perdían su vuelo por falta de agilidad y sin derecho a reclamo. Para los “afortunados” que la encontraron, una vez en el extranjero, se cuenta que estos emigrantes desearon volver, pero no hubo rastros de ellos, sus valijas o incluso los aviones.
Se cree que hay un valle que oculta maletas internacionales llenas de abalorios enterradas en la extensa arena que día a día muestra un escenario distinto de solitarios aviones perfectamente alineados.
Otro relato: Sorpresa en el camino (Argentina)
