Testimonio

Emiratos Arabes Unidos: Sharjah

Hephaistos
vocES en Español
2 min readApr 27, 2020

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Hacía unos meses que su pluma se había paralizado. O para abusar del eufemismo, en estos tiempos, sus quejosos dedos habían dejado de teclear. La motivación parecía un suplicio, su falta de creatividad no le permitia continuar o incluso comenzar de nuevo. En esta vida, ficticia quizás, todo aparenta ser un vaivén de emociones, el deseo permanecia intacto, aunque era innegable, sus manos estaban paralizadas. Hubiese sido injusto para el potencial lector, o -sin ser tan ambicioso- un amigo condescendiente, o -para que engañarnos- algún ser ilusorio en el mundo onírico de aquel muchacho, soportar otra anodina frase.

Le gustaba aprender y fantaseaba con la expansión del conocimiento, que no era mas que información sostenida con inocente fe. El hombre que haya transitado ese camino experimenta la neblina de lo no indagado y confirma que es exponencial a lo conocido. El camino a la verdad aún no ha concluido y a este paso aletargado el destino se debe apreciar en el infinito.

Un punto adimensional, el infinito, un origen difuso o una idea falaz que a tantos cautiva y enloquece, quizás, fue el desencadenante de que esto se haya vuelto ostensible. Si existiese la certeza de que el tiempo posee dicha característica, le habría robado un poco mas de su esencia y seguramente lo precedente estaría dotado de belleza. Sin embargo, en el inevitable desenlace, por infraccion de la tragedia exponencial esto no podría ser sino un desecho de papel cargado de ignorancia.

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