Las economías de Argentina, Brasil y Estados Unidos en el muy largo plazo

Daniel Schteingart
4 min readApr 14, 2017

En este post breve presentaremos algunos datos estilizados de las trayectorias económicas de largo plazo de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Nos basaremos en lo que se deriva del gráfico a continuación (la escala es logarítmica, de modo que la pendiente de la curva muestra la tasa de crecimiento del PBI per cápita). Veamos:

a) es innegable que durante el modelo agroexportador argentino hay crecimiento fuerte, aunque también es cierto que hay una tendencia hacia la desaceleración (por algo la pendiente se va volviendo cada vez más horizontal). La fase de mayor crecimiento es 1880–1889. Lógico: se expande la frontera productiva vía procesos como la “campaña del desierto” y se crece mucho, en un mundo (sobre todo, Inglaterra) que demanda mucho lo que producíamos. La frontera sigue expandiéndose (a tasas menores) en décadas siguientes y, ya en los ’20 está con ciertos límites. Por algo economistas de la propia elite como Alejandro Bunge señalaban las limitaciones del modelo agroexportador y sugerían diversificación hacia otros sectores (p. ej. industria), por vía del proteccionismo. El resto de la elite (y también partidos como el Partido Socialista) se opuso.

b) Argentina retoma el PBI per cápita de 1929 en 1944 recién. Entre 1945–1975 la tendencia de crecimiento (pendiente de la recta) es prácticamente la misma que la de 1891–1929 (poco más del 2% anual). El peronismo claramente no fue el inicio de nuestra “decadencia”. De haber crecido entre 1975–2015 como lo hicimos entre 1945–75 hoy tendríamos el PBI per cápita de países como Italia/España.

c) Aún más, entre 1964–74 (la llamada “edad de oro” de la industria argentina) aceleramos el crecimiento sensiblemente. De haber crecido entre 1975–2015 al modo de 1964–74, hoy tendríamos PBI per cápita igual o superior al de USA. 1964–74 tuvo una particularidad: no solo crecimos fuerte, sino que por primera y única vez en la historia argentina las exportaciones industriales crecieron más rápido (tres veces) que las importaciones industriales, minimizando las crónicas tendencias al déficit comercial en un contexto de crecimiento. Lógicamente, como partíamos de exportaciones industriales muy bajas, seguíamos siendo deficitarios, pero de haberse mantenido la tendencia en el tiempo podríamos haber eliminado el déficit comercial industrial (de hecho, en 1974 lo habíamos eliminado en varias ramas como automotriz, maquinaria agrícola, maquinaria de oficina, textil, calzado o muebles; seguíamos siendo deficitarios en químicos y siderurgia, debido a que todavía se estaban gestando las inversiones en estas ramas, que verían la luz a fines de los ’70 y principios de los ‘80). Quien quiera profundizar, puede ver esto, esto y, más detalladamente, este paper.

d) A diferencia del modelo agroexportador, en donde la tendencia de crecimiento parece ir desacelerándose, en la ISI (industrialización por sustitución de importaciones) vemos tendencia a la aceleración (64–74), lo cual podría ser indicador de cierto agotamiento del primero y de cierta vitalidad en el segundo.

e) Argentina se fue “recontra a pique” en el último cuarto del siglo XX. En 2002 tuvimos menos PBI per cápita que en 1974, con un cuadro distributivo infinitamente peor (el Gini de 1974 era 0,35, similar al que hoy tienen países como España/Italia, a 0,53 en 2002, similar a la media latinoamericana). ¿Razones? Varias, entre las que destacan el viraje drástico de modelo económico con el Plan Martínez de Hoz, más la crisis de la deuda de los ’80 y las reformas estructurales drásticas y poco graduales en los ‘90.

f) Para quienes creen que la intervención estatal es un cáncer para la actividad económica, que expliquen entonces la trayectoria brasileña entre 1930–1980, de fuerte dirigismo. La ISI brasileña fue mucho más dinámica que la argentina, en parte probablemente por disponer de un mercado interno mucho más grande que le permitió tener rendimientos crecientes a escala en mayor magnitud. Entre 1930–1980, Brasil es el país del mundo que más crece después de Japón, partiendo de una base muy baja lógicamente. El tránsito del desarrollismo a un entorno más market friendly desde los ’80 en adelante no tuvo buen resultado en materia económica. Sólo hay un crecimiento “interesante” entre 2004–2010 que, acompañado de fuerte mejoras distributivas, permitió bajar fuerte la pobreza. Aun así, la trayectoria brasileña desde los ’80 en adelante es bastante penosa. El caso mexicano es muy similar (dinamismo durante la ISI y crecimiento bajo desde los ’80s hasta ahora).

g) Estados Unidos crece parejito a lo largo del tiempo, salvo por el período 1929–1947. La crisis del ’30 genera estragos en la economía norteamericana, que luego se recupera rápidamente a partir de 1933 gracias al New Deal. En 1939–1945 hay un nuevo impulso al crecimiento gracias al keynesianismo militar (enorme aumento del gasto público para motorizar el complejo militar-estatal en el marco de la Segunda Guerra Mundial). Cuando termina la guerra, la desmovilización del aparato industrial-militar implica una recesión fuerte en 1946–47. Luego sigue creciendo bastante parejo, con una tendencia similar a la anterior a 1930.

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Daniel Schteingart

Social scientist specialized in economic development, poverty, inequality and industrial policy with a strong commitment to public policy and data analysis.