Diseño, Diseño Industrial y Gestión del Diseño.

Debora (didí) Malqui
25 min readMar 28, 2022

El siguiente escrito es la primer parte de dos secciones teoricas que elaboré para mi Tesina de graduación Universidad Nacional del Litoral - Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Santa Fe, de la Licenciatura en Diseño Industrial. Siendo el resultado de los más que significativos 8 años transitados transitados junto a docentes y compañeros, entre libros y prototipos.

En este escrito se verá lo siguiente:
A. Diseño
El Diseño y los diseños: Se reflexiona sobre el diseño como campo disciplinar, como proceso, como medio y como resultado.
2. Ciencia de lo artificial: Se exponen y comparan dos Procesos de Diseño conocidos.
3. El hombre diseña: Características, roles y origen del diseño.

B. Diseño Industrial
5. Niveles de significado: Función utilitaria y semiótica
6. Encuadre del diseño industrial: Dominio del diseñador
7. Gestión del diseño: Definición, practica y valor
8. Dimensión estratégica en la gestión del diseño: Diseñador estrategico, niveles del diseño y funciones.

Antes de pasar al escrito teórico en cuestión, me gustaría recalcar que este texto se expone junto con una segunda sección llamada “Diseñar un Modelo” y ambos conforman la base teórica que induce al desarrollo un Modelo nuevo, denonimado Modelo de Conocimiento Compartido (MCC), el cual propone consolidar al Diseñador Industrial en su rol de Facilitador en el Proceso de Cambio Estructural dentro del Contexto Organizacional.

Dentro del marco de mi Tesina de Graduación, el MCC desarrollado se canalizo al Dominio de la Competitividad de las Mieles en el Sistema Apícola de la Provincia de Santa Fe (Argentina), no obstante, es replicable a otros Productos y otros Contextos.

Este trabajo de Diseño que menciono se encuentra detallado en Intrumento para la Institucionalización Contextual de una Gestión Estratégica del Diseño. Quedan invidados a consultarla.

Dado que es un escrito largo y para dar lugar a la base teórica, comparto en primer lugar las reflexiones finales:

  • La actividad de diseñar consiste en explorar los futuros posibles para definir cursos de acción hacia aquellos preferibles, disrrumpiendo el Status Cuo y consolidando nuevas formas, nuevos ordenes.
  • El area de intervención del diseñador es la interfaz, el espacio donde se articula la interacción entre el cuerpo humano, la herramienta (artefacto objeto u otro artefacto comunicativo) y el objetivo de una acción, posibilitando la acción eficaz y eficiencia sociocultural de un producto.
  • Las competencias de los diseñadores industriales se han expandido. El origen de la disciplina del Diseñado Industrial poco tiene que ver con el referente actual, donde donde los resultados de diseño se ven diversificados, entre productos, sistemas, servicios, experiencias, y negocios.
  • El Diseño en una organización debe gestionarse dado que se consolida en diferentes niveles y funciones.

Ahora si, espero que disfruten la lectura, destinada a aquellos que no conocen nada, conocen poco o conocen mucho de diseño.

El Diseño y los diseños

El Diseño se puede entender desde diferentes perspectivas. En primer lugar debido a su aplicación práctica y las diversas disciplinas que lo integran, como diseño industrial, diseño gráfico, diseño de interior, diseño publicitario, diseño multimedia, diseño de moda, sino por el uso mismo de la terminología.

Jonh Heskett (2002) menciona que parte de la confusión sobre el concepto de diseño se debe a que ‘design’ funciona como verbo y como sustantivo, dando lugar a cuatro posibles usos gramaticalmente correctos. Lo explica utilizando la siguiente frase como argumento:

“El diseño consiste en diseñar un diseño para producir diseño”

En primer lugar se entiende el diseño en tanto campo disciplinar. Como en: El diseño es importante para la economía nacional.

En segundo lugar haciendo referencia a su propio proceso, a las actividades de planificación y concepción. Como en: Le encargaron que diseñe una nueva batidora.

El tercero indica un boceto, una propuesta, una idea. Como en: Presentaron el diseño al cliente para que diera su aprobación.

El cuarto es el resultado o producto de este proceso, como un libro ilustrado, un edificio, un plan o un objeto manufacturado. Como en: El nuevo escarabajo de volkswagen revive un diseño clásico.

Ciencia de lo artificial

No obstante su aplicación práctica y las diversas disciplinas, o sus usos gramaticalmente correctos, resulta importante señalar una consideración fundamental respecto del diseño. Se puede hablar de diseño solo si provoca y disrumpe el status quo.

Desde este enfoque, el diseño es una actividad innovadora y prospectiva. Se involucra tanto en lo que es, como en lo que desea que sea, explora los futuros posibles para definir cursos de acción hacia aquellos preferibles. Herbert A Simons (1969) se refiere al diseño como una ciencia artificial, declara que se encuentra en esa fina interfaz entre el medio interno (organización de fenómenos) y el medio externo (condiciones favorables), en la forma en que se origina la adaptación de un medio a otro en función de un fin.

Dentro de su teoría de racionalidad limitada, Simons argumenta que la única posible decisión que tiene el diseñador es aquella que es satisfactoria y no lo que se consideraría óptima, dado que somos seres limitados por diversos factores y no conocemos ni podremos conocer todas las variables de un problema. Por lo tanto, el diseño depende siempre de variables subjetivas, por más que se haga el intento de comprender en profundidad una problemática.

El diseñador entonces, debe posicionarse tanto en el contexto como en la disciplina, antes de consolidar un Statement, el cual marcará el camino y permitirá enfocar recursos durante el proceso.

En contraparte, Gui Bonsiepe explicó desde una perspectiva racionalista y menos subjetiva el proceso de diseño. Propuso una metodología proyectual para determinar un problema, y expone procedimientos específicos y técnicos para encontrar solución. A pesar que esta versión difundida del proceso de diseño resulta un poco rígida cuando se la compara con otras, como aquella que se verá a continuación, quisiera destacar la importancia que Bonsiepe le otorga a la búsqueda de información, y su posterior selección y jerarquización dentro de su metodología.

En comparación con el método de proyección de Bonsiepe, Design Thinking promueve el proceso de diseño como un sistema de espacios interactivos que posibilitan la innovación. Estos espacios presentan un orden, el esquema del Design Thinking es un modelo del proceso de diseño para otorgarle un orden significativo al diseño, aunque éste sea fundamentalmente un proceso de exploración (Tim brown, 2019).

El trabajo del diseñador desde este enfoque requiere de un manejo único de la incertidumbre, desde el sentido de tener presente que podés experimentar, se puede fallar, y así volver a intentar.

Desde mi punto de vista, el manejo de la incertidumbre también tiene que ver con que se atraviesan por etapas abrumadoras, y los momentos donde no contás aún con respuestas son transitados con angustia y en solitario, aún perteneciendo a un grupo. El proceso de exploración creativo y dinámico idealizado del diseño no existe.

​​Tim Brown, quien difundió por primera vez los conceptos de Humbert Simon en un artículo publicado en la revista Harvard Business Review en junio del 2008, estableció la ciencia de lo artificial desde el enfoque Person First, y a partir de allí se transformó la manera en la que se reconocen y desarrollan los productos, los procesos e incluso las estrategias de las organizaciones.

El hombre diseña

Jonh Heskett (2002) concluye que a pesar de no haber un acuerdo general sobre su significado y valor, existen ciertos puntos de referencia sobre el diseño, entre los que se encuentra ser una característica básica del ser humano y un determinante esencial de la calidad de vida.

Se puede decir mucho sobre calidad de vida. En el libro “Sapiens. De animales a dioses” Yuval Noah Harari (2011) replantea la historia de la humanidad y varios aspectos de los seres humanos considerando saberes de disciplinas tan diversas como la biología, la antropología, o la economía. Allí manifiesta que por muchos años los humanos no éramos muy diferentes a otros animales. Solo cazábamos, comíamos y dormíamos, y la relación con otros humanos era como la que hoy todavía tienen algunas especies.

Explica luego que hace 70 mil años el humano, gracias a la forma en que sus extremidades pueden agarrar cosas, un cerebro grande, particulares habilidades de aprendizaje, y una estructura social compleja, empezó a crear herramientas que otros animales nunca habían podido. Estas son las lajas, las agujas, punzones de hueso, piedras o huesos tallados, chopper, etc.

La pregunta que cabe entonces es si las herramientas mencionadas están o no diseñadas, a pesar de no existir disciplina como tal.

Para intentar dar respuesta a esta pregunta se puede decir en primer lugar que los hombres mejoraron su calidad de vida a partir de estas herramientas, y es más, sirvieron como garantía de supremacía, por lo que ya estamos muy cerca del concepto de diseño de Heskett.

Además, el mismo autor continúa y plantea que el diseño es la capacidad humana para dar formas sin precedentes en la naturaleza a nuestro entorno, para servir a nuestras necesidades y dar sentido a nuestra vida.

Según Papanek (2014) todos los hombres son diseñadores y es la base de toda actividad humana.

“…diseñar es también limpiar y reorganizar el cajón de un escritorio, sacar una muela cariada, preparar una tarta de manzana, escoger los puestos para un partido de béisbol callejero, educar a un hijo.”

Los humanos hemos diseñado y dotado de significado a prácticamente todo lo que nos rodea, y tal como lo conocemos hoy en occidente comienza en el medioevo.

Heredamos desde la rueda, relojes, imprenta, hasta el planeamiento de las ciudades, y las matemáticas. Junto con la abstracción y la habilidad única de creer en cosas que existen en nuestra mente, las personas formamos agrupaciones y colaboramos en la búsqueda del progreso y supervivencia (Harari, 2016). Desde este punto de vista el diseño está en la comprensión de las creencias, hábitos y deseos de las personas para que luego otros tomen forma.

Heskett (2002) propone describir la evolución del diseño como una superposición de tendencias con cierta interacción dinámica entre ellas, en la que cada estadio innovador cambia el papel, el significado y la función del que sobrevive, transformando la manera en la que se conciben y producen los productos y servicios.

Cuando se transforma la manera en que se conciben y producen los productos y servicios lo que se pone en manifiesto es la figura del diseñador, y por extensión su rol en la sociedad.

En relación al rol del diseñador Fletcher y Grose (2012) consideran como los autores antes mencionados que los diseñadores dan forma a nuestro mundo material e influyen en él. Afirman por otro lado que los diseñadores pueden encontrar más oportunidades de aplicar su oficio al bien público si se adentran en nuevos sectores de la economía, y utilizan sus ideas y experiencias de diseño con fines más amplios que los comerciales.

Si bien lo establecen en relación con la sustentabilidad, impulsan a comprender a un diseñador como comunicador-educador, como facilitador, como activista y como empresario.
- Comunicador-Educador ya que comunica una experiencia, considera a los ciudadanos como sujetos activos, miembros participativos de la sociedad y dueños de sus decisiones.

-Facilitador que trabaja en la generación de oportunidades laborales y manejo coherente de materiales y tecnologías, no para ser un miembro del sistema más sino para dejar un impacto positivo en la comunidad donde se mueve.

-Activista dado que su hacer se pone al servicio del bienestar de los ciudadanos y del medio ambiente, con alcance a la política y mecanismos que moldean la cultura de las sociedades.

-Empresario, de manera de cambiar los materiales y procesos por otros sustentables, a pesar de ser esto solo la punta del iceberg de un problema mucho más grande.

Diseño Industrial

“SE HA DE ADMITIR QUE EL DISEÑO INDUSTRIAL NO ES UNA ACTIVIDAD AUTÓNOMA”

TOMÁS MALDONADO

No obstante lo dicho hasta recién, no todos los hombres que intervienen desde lo artificial diseñan, y no todos aquellos que diseñan lo hacen responsablemente.

Victor Papanek en su libro “Diseñar para el mundo real” critica a los diseñadores industriales que aún ocupados por las cuestiones estéticas, malgastan recursos naturales y olvidan su responsabilidad social al hacer trabajos de mala calidad, nada duraderos e inseguros. Sin embargo, considera que justamente por su formación y capacitación, podrían y deberían intervenir de una manera más modesta, sensible y responsable por el trabajo que traen al mundo.

El mensaje de Mike Monteiro nos hace reflexionar con una perspectiva similar cuando dice:

El motor de combustión que está destruyendo la atmósfera de nuestro planeta y haciéndolo inhóspito rápidamente está funcionando exactamente como lo diseñamos. Las armas, que provocan tanta muerte, funcionan exactamente como están diseñadas para funcionar. Y cada vez que ‘mejoramos’ su diseño, mejoran su capacidad de matar. La configuración de privacidad de Facebook, que ha revelado a los adolescentes homosexuales ante sus padres conservadores, está funcionando exactamente como se diseñó (…) El mundo funciona exactamente como se diseñó. Y no está funcionando muy bien. Lo que significa que tenemos que diseñarlo mejor (ruined by design, 2019).

Mike Montero propone que los diseñadores industriales reunamos información pertinente e impongamos un nuevo orden, una nueva forma del mundo, más ética y activista.

Enzio Manizi en el capítulo 3 de su libro “Cuando todos diseñan” desarrolla de qué manera el diseño industrial si puede generar cambios sociales. Lo diferencia en primer lugar el diseño social, el cual se ocupa de dar respuestas a situaciones problemáticas como la pobreza, catástrofes y exclusión social provocadas debido a fallas del sistema, del mercado y del estado, y debido a esto sugiere que se necesita un cambio de perspectiva, y que se necesitan cambios en la forma en que una sociedad se construye, abarcando modelos económicos y formas sociales que lleven a la sostenibilidad, promoción de bienes comunes y regeneración del tejido social, de lo que se viene a encargar el diseño para la innovación social.

Expone que este tipo de diseño precisa de un proceso cooperativo para promover la innovación, y que el diseñador debe considerarse a sí mismos como parte de la comunidad con la que colabora. Por otro lado, es válida la actitud crítica, de manera de encontrar respuestas eficaces, atractivas, duraderas, y ante nada, replicables, con el objetivo de conseguir el cambio social.

Manzini describe a los diseñadores industriales como personas con iniciativas y gestoras de sus ideas. Manifiesta que son capaces de coordinar acciones de distintos actores sociales y construir valores e intereses en común. El diseñador para Manzini es una persona con habilidades creativas, críticas y dialógicas.

Creativas porque desencadenan iniciativas nuevas, visiones y propuestas para lograr la colaboración. Críticas porque alimentan los debates sociales, aportan a la creación de valores, y son promotores de su cultura y competencias técnicas. Y dialógicas porque coordinan a diferentes actores sociales y conectan iniciativas locales con otras de mayor escala para que se refuercen y se entretejan los problemas económicos, técnicos y culturales hacia estrategias y resultados por todos conocidos.

Manzini explica que urge utilizar las habilidades y capacidades específicas de los diseñadores para proponer una nueva orientación de los productos y la innovación de servicios, donde el diseñador asume cada vez más el papel de facilitador en el proceso de aprendizaje, y de apoyo de las habilidades del diseño. En otras palabras, su campo de acción se aleja cada vez más de la figura del diseñador tradicional en favor de la de un agente que trata de hacer que una serie de actividades orientadas sucedan y de asegurarse de que las personas interesadas participen en ellas, y lo hagan creativamente. Se convierte en un facilitador del proceso que actúa con herramientas de diseño por ejemplo generando ideas sobre posibles soluciones, visualizándolas, argumentándolas, planteándolas en amplios y diversos escenarios, presentándolas de un forma concisa, visual y potencialmente participativa.

Niveles de significado

En el libro “Diseño industrial en la historia” Aquiles Gay y Lidia Samar sitúan el origen del diseño industrial en el siglo XIX. Surge con la intención de hacerle contraste a los resultados del esquema productivo en serie de los productos maquinados expuestos por primera vez en La Gran Exposición de 1851.

El diseñador industrial buscó posicionarse como conciliador entre los aspectos técnicos que proporcionaban las nuevas tecnologías y la estética de los consumidores de productos, consolidando la trilogía forma-función-decoración, que rápidamente se sustituirá por forma-función, la cual se explica a continuación.

A finales del mismo siglo de la Gran Exposición se consolida un lema emblemático; “La forma le sigue a la función. Es la Ley” (Louis H. Sullivan, 1896). A partir de allí los resultados del diseño industrial estuvieron fuertemente marcados por la función utilitaria, práctica o técnica, como el manejo, ergonomía, estandarización, construcción.

El estudio y el desarrollo del diseño funcionalista -como se la conoce esta perspectiva- tuvo lugar sobre todo en las escuela alemana de Bauhaus, primera escuela de diseño, y tuvo su apogeo luego de la segunda guerra mundial, cuando la Escuela Superior de Ulm, continuación de la Bauhaus, creó las leyes del Gute Form (Buena Forma), estandartes casi incuestionables del diseño hasta mitad del siglo XX. Despojando de toda posible ornamentación mediante la creación de productos minimalistas, se convencieron que no había más que la función utilitaria de la cual ocuparse.

No obstante, Wend Fischer (1971) entendió que para Sullivan el término Función giraba también en torno a su dimensión semiótica cuando escribió que cada objeto posee una forma, un aspecto exterior, que nos indica su significado y que lo distingue de nosotros mismos y del resto de los objetos, oración que se encuentra en el mismo artículo de su frase de cabecera, solo que unos versos más adelante.

Si bien Gui Bonsiepe había declarado en 1963 que el mundo del objeto y el de los signos están estructurados de manera idéntica, quien propone analizar y estudiar como a un como texto a los símbolos presentes en los objetos es Charles Pierce (1909), para así entenderlos junto con las sociedades.

De aquí que es posible reflexionar sobre el rol del diseñador como sintetizador de las formas y funciones dentro de un mismo proceso, proceso que involucra en todos los casos a las emociones, modos de pensamiento y accionar de las personas.

Encuadre del diseño industrial

Gay y Samar (2011) declaran que la intervención de los primeros diseñadores industriales no se debieron sólo a las exigencias funcionales y estéticas de los productos, sino que se hizo extensivo al mismo sistema productivo vinculado a sus peticiones éticas, inmerso en las sociedades.

Dejan Sudjic (2011) reflexiona sobre el inicio del diseño industrial promoviendo el quehacer del diseñador íntimamente relacionado al proceso estratégico, intelectual de formulación y reformulación de ideas cuando manifiesta que:

“fue la fabricación en serie la que exigió la aparición de un individuo con un nuevo papel, al que se acabó llamando diseñador, un individuo que no era el productor físico de un objeto, del mismo modo que un arquitecto no es un albañil”

Haciendo una reflexión sobre todo lo mencionado es posible ahora mencionar que el Diseño Industrial no se resume a los objetos u herramientas diseñados.

Cuando Gui bonsiepe (1993) hace la crítica al discurso funcionalista donde el diseñador se encarga del container de la estructura técnica, también se desarrolla y explica mediante el diagrama Ontológico del Diseño que el dominio del diseñador industrial es la interfase.

Declara que la interfase no es un objeto, sino que se encuentra en algún punto dentro del espacio en el que se articula la interacción entre el cuerpo humano, la herramienta (artefacto objeto u otro artefacto comunicativo) y el objetivo de una acción, de esta manera los diseñadores estructuran los espacios de acción para los usuarios mediante sus intervenciones, posibilitando la acción eficaz y eficiencia sociocultural de un producto.

(Diagrama Ontológico del diseño, Gui Bonsiepe 1993, página 18)

Por otra parte, en el 2017 The World Design Organization, manifiesta en su versión ampliada del concepto de diseño industrial que:

“El diseño industrial es un proceso estratégico de resolución de problemas que impulsa la innovación, construye el éxito empresarial y conduce a una mejor calidad de vida a través de productos, sistemas, servicios y experiencias innovadoras. El diseño industrial cierra la brecha entre lo que es y lo que es posible. Es una profesión transdisciplinaria que aprovecha la creatividad para resolver problemas y co-crear soluciones con la intención de mejorar un producto, sistema, servicio, experiencia o negocio. En su esencia, el diseño industrial ofrece una manera más optimista de mirar el futuro al replantear los problemas como oportunidades. Vincula la innovación, la tecnología, la investigación, los negocios y los clientes para proporcionar un nuevo valor y una ventaja competitiva en las esferas económica, social y ambiental.”

Considerando la teoría lingüística de F. de Saussure (1916) nótese que el signo del sintagma nominal Diseño Industrial se ve resignificado, en tanto que se produjo un cambio entre el referente original, relacionado íntimamente a la objetos seriados, reaccionarios ante las contingencias de mercado y limitado a los recursos existentes, y el referente actual, donde los resultados de diseño industrial se ven diversificados, y se pretende provocar un futuro deseado interviniendo estratégicamente desde diversas áreas durante todo el proceso hacia su manifestación.

Por otro lado y tomando distancia de las industrias o fábricas de donde surgió la disciplina, el diseño industrial tiene presencia también en las empresas, las instituciones, las organizaciones, las provincias, los estados, llega hasta donde sea que lleguen los problemas. Charles Eames respondió de esta manera una entrevista en 1989:

¿Cuáles son las fronteras del diseño?, pregunta Madame Amic.
¿Cuáles son los límites de los problemas? Contesta Charles Aimes.

No obstante, lo que el diseñador industrial realmente puede ofrecer varía según el grado de inserción dentro del contexto, en función del recorrido del diseño en general dentro de la organización, de las responsabilidades y de los recursos con los que cuentan los diseñadores.

La Guía de Buenas Prácticas de Diseño donde se brindan herramientas para la gestión del diseño y desarrollo de productos, desarrollada por el Centro de Diseño Industrial del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (2012), avalado por el Ministerio de Industria de la Nación Argentina determina seis grados de incorporación posibles:

Grado 1: Un acercamiento intuitivo. Ligado a experiencias muy puntuales con el diseño. Muchas veces se trata de trabajos que fueron realizados por externos, no siempre profesionales.

Grado 2: La dimensión estética. Es el diseño entendido como estilo y tiene que ver con tomar al diseño como la estilización final del producto.

Grado 3: El proceso de diseño y desarrollo, consolidando acciones a lo largo del tiempo. Consiste en integrar diseño a su método de trabajo y sistematizar procesos.

Grado 4: El diseño es sinónimo de innovación. Considerar al diseño como facilitador de la innovación y un factor de peso en la toma de decisiones, en el marco de una estrategia decididamente innovadora.

Grado 5: La estrategia enfocada en el diseño: Aplicar el diseño en el producto, en la comunicación, y en la imagen corporativa de forma articulada y coherentemente, influenciada fuertemente por el pensamiento proyectual.

Grado 6: Filosofía de diseño. Integración plena del pensamiento de diseño en el accionar de la organización.

Gestión del diseño

Como se explicó, el trabajo de diseño actualmente requiere de colaboración e interdisciplinaridad. El concepto de Participación, también denominada Participacionismo como corriente, agrupa aquellos modos de trabajo colaborativo donde la gente involucrada en los procesos en cuestionamiento formen parte de la toma de decisiones, y tienen una larga historia en la arquitectura y el urbanismo (Rodrigo Martin-Iglesias, 2011)

Rodrigo Martin-Iglesias propone en “Hacia un nuevo paradigma de Diseño Colaborativo” cambiar el enfoque de la conciencia de la disciplina del diseño a una zona de negociación e intercambio (trading zone) entre científicos, técnicos, ingenieros y expertos, con el diseñador propiamente dicho. Martin-Iglesias cita como argumento a favor de la estrategia participativa la idea de sociedad prefigurativa de Margaret Mead, donde según ella nos encontramos como sociedad, donde las decisiones y aprendizaje puede fluir de los más jóvenes a los más viejos, como de los usuarios a los expertos.

Por su parte, Julier Guy (2015) explica que las competencias del diseño se han expandido, dado que en la actualidad abarca desde la planificación y modelado de interfaces digitales de videojuegos y páginas web, hasta el desarrollo de espacios de ocio y comercio a gran escala, o incluso la creación de la imagen pública de un país, y que por lo tanto, se requiere de la integración de todas las profesiones del diseño (arquitectura, diseño industrial, diseño gráficos, entre otros), y que estos trabajen verdaderamente en conjunto con los actores de otras disciplinas, para encontrar soluciones apropiadas a los desafíos actuales.

En este sentido, donde el quehacer del diseñador se da en relación a otros actores internos, incluso departamentos enteros, conduce a que se encuentre diseño prácticamente en todos lados dentro y en torno a las organizaciones con cultura de diseño.

Aunque en realidad Julier Guy (2015) considera la Cultura del Diseño como una disciplina en sí misma, centrada en las relaciones entre los productos de diseño, los diseñadores, el cruce con otras disciplinas, la producción, y el consumo, con cultura de diseño se refiere particularmente y más de una vez a una forma de ejercer.

“…Puede estar impregnando los sistemas de trabajo, conocimientos y relaciones de los diseñadores, o las acciones cotidianas de los usuarios de ese diseño; pero también puede desarrollarse más pública y ampliamente, dentro de sistemas de poder, estructuras y dinámicas económicas o relaciones sociales.”

Las organizaciones que cuentan con algo de cultura de diseño, y por extensión, innovación, son aquellas que se destacan de otras por ser pioneras, aquellas que avanzan, no hacen faltan pasos enormes y radicales, pero simplemente son proactivas y se logran distinguir de otras por el continuum de sentido que proponen, es decir, desde la identidad del producto que ofrecen y el cómo lo ofrecen, la misión, visión y estrategia. Aquí el diseñador industrial se enfoca en coordinar un sentido rentable. Desde esta perspectiva más avanzada, el diseño no tiene ni categorías ni etiquetas, es global y conquista territorios intangibles, todo aquello que envuelve, cualifica, diferencia y posiciona un producto avanzado. (Viladas Xenia,2010)

Entiendo que cuando Xenia Viladas dice territorios intangibles se refiere en parte a las experiencias y las interacciones. El problema de esto es la dificultad para medir económicamente su potencial o monetariamente sus beneficios, Burkhard Jacob (2010) dice que desafortunadamente, valores como la innovación, la calidad y los beneficios para los consumidores no se pueden medir en números.

No obstante, Jordi Montaña (2004) manifiesta que la rentabilidad del diseño se puede demostrar numéricamente encontrando métricas adecuadas y que mayores recursos en diseño aumentan considerablemente las probabilidades de éxito del producto, por ejemplo, cuando mayores recursos en la fase de conceptualización y definición evitan errores y cambios en las fases de producción y promoción.

En el capítulo 2 de su libro “La cultura del diseño” Julier Guy manifiesta que la industria del diseño ha seguido modelos de ejecución de otras disciplinas. Es importante considerar que esto le permitió al diseño pasar a ser comprendido conforme a un asset (activo), lo relaciona con el negocio en sí y no como un factor costo en el balance de una empresa.

Manuel Lecuona (2021) explica cómo Peter Zec y Burkhard Jacob (2010) creen que ya no es posible tener éxito a largo plazo sin diseño. Establacen que el valor del diseño se mueve entre identidad (continuidad del diseño) y diferenciación (fuerza del diseño).

Red Dot Network surge en el 2019, es una plataforma online para intercambio de información, conocimientos, puntos de vista y trabajo en red respectivos al diseño. Allí se sugiere utilizar parte de la fórmula que Zec y Jacob de la siguiente manera:

Valor del diseño = Ingresos de diseño x (Fuerza del diseño + Continuidad del diseño) + Activos de diseño

Comprender que el valor del diseño esta constituido por activos (como recursos), permite introducir el concepto de Gestión del Diseño, el cual se remonta al año 1960 y consistió en principio en asegurar la buena ejecución del proyecto y mantener buenas relaciones con el cliente, según explica Michael Farr (1966). Este concepto se pone en práctica y se define más claramente a partir del 2000.

La gestión del diseño consiste en manejar y coordinar todos los output de una organización. Tiene como objetivo coordinar todos los recursos de diseño creando una relación entre el diseño y las distintas áreas de una organización. Participa en la identificación de las necesidades de los consumidores, gestiona los recursos de diseño, y gestiona los procesos de diseño. (Montaña, 2001) El diseño aquí ya no es un proceso, es un conjunto de procesos, y como tal, puede y debe gestionarse.

El Design Management Institute (DMI) se define como la principal organización global que conecta, promueve y eleva el papel del diseño, la gestión del diseño y la innovación del diseño en los negocios, en la cultura y en la sociedad.

Los miembros de DMI se involucran activamente desde el design thinking en la gestión del diseño industrial, diseño gráfico, diseño de servicios, diseño ambiental, identidad de marca, diseño de moda, diseño de interfaces, diseño de interiores, diseño de experiencias, arquitectura e ingeniería. Trabajan para corporaciones, agencias de diseño, instituciones educativas y el gobierno.

En la actualidad entiende y promueve que la gestión del diseño abarca todos los procesos en curso, las decisiones comerciales y las estrategias innovativas, y crean productos, servicios, comunicaciones, entornos y marcas diseñados efectivamente que mejoran la calidad de vida de las personas y brindan éxito organizacional desde un triple resultado: factores económicos, sociales-culturales y medioambientales.

El alcance de la gestión del diseño abarca desde la coordinación táctica de las funciones de diseño corporativo y las agencias de diseño, incluidas las operaciones de diseño, el personal, los métodos y los procesos, hasta la promoción estratégica del diseño en toda la organización como un diferenciador clave e impulsor del éxito.

Dimensión estratégica en la gestión del diseño

El concepto de estrategia es antiguo pero recientemente se incorporó en las disciplinas de Economía, Tecnología y Diseño.
De acuerdo con Michael Porter (1985)

“la estrategia es la creación de una posición única y valiosa que comprende un conjunto distinto de actividades”.

La dimensión estratégica se encuentra en la problematización de un contexto, llevar un contexto a un escenario complejo, globalizado, mutante. La gestión estratégica del diseño coloca a la organización en la sociedad, y en este hacer, da forma a su estretegia, es una actitud (Leiro, 2006) que obliga a incorporar nuevas visiones, y por lo tanto nuevos conceptos.

La estrategia orienta a la organización en momentos que fueron impredecibles, por lo que es imprescindible reconocer y especificar los objetivos específicos y significativos del proyecto, concentrando los recursos y los atributos requeridos por la sociedad y el mercado, y las posibles tendencias económicas sociales y culturales.

Lawrence y Lorach (1967), quienes estudiaron a las organizaciones como sistemas abiertos y desarrollaron el modelo de la contingencia, consideran que toda estrategia competitiva supone siempre un doble esfuerzo, la realización de una serie de acciones hacia el exterior y la integración de todos los cambios hacia el interior.

El concepto de Innovación Abierta se le atribuye a Henry Chesbrough. Propone un paradigma organizacional para poder afrontar desafíos actuales. Exige la apertura de nuevas puertas de acceso para una mayor circulación del conocimiento, incentiva la participación, colaboración, sinergía, inteligencia colectiva, genera un ecosistema de Desarrollo.

Martin Silva Valen (2021) en el curso de Innovación Abierta brindado por el Ministerio de Desarrollo Productivo nacional habla de las fricciones que implica la colaboración en el diseño de productos, manifiesta que existen cajones corporativos, burocracias administrativas, y asimetrías entre entidades no facilita el flujo de información que se consideraría óptima.

La Fundación Prodintec, centro tecnológico especializado en el diseño y la producción industriales, analiza algunas “etiquetas estratégicas” y declara:

  • La asociación de dos actores no configura una fusión estratégica, sino una suma de recursos materiales e inmateriales, una operación cuantitativa. Hablamos de una alianza estratégica sólo si la unión se realiza con el fin de crear nuevos objetivos comunes para reemplazar los existentes, o si aparece la complementariedad necesaria para acceder a nuevos productos, tecnologías o mercados. Es decir, si se trata de un crecimiento cualitativo.
  • Un diseño no es estratégico sólo en función de su éxito en el mercado. Debe anticipar un nuevo modelo de conexiones, de interlocutores, de comportamientos y de información. Es necesario que proponga valores y que anticipe necesidades, deseos y comportamientos de la gente.
  • La Gestión Estratégica del Diseño implica necesariamente una gestión interactiva con todos los factores del proyecto, tanto para ampliar su ámbito de información como para participar de las decisiones de producto. Un sumatorio de gestiones no configura una gestión estratégica si dichas acciones no integran un mismo sistema de decisiones y de seguimiento del proyecto.

Por otro lado, Brigitte Borja De Mozota (2010) resume la posición del gestor del diseño estratégico, o director de diseño como lo nombra la autora, y los diferentes 3 niveles y 8 funciones en que el diseñador gestor participa en la jerarquización y decisión en la organización.

  • ESTRATEGIA
    - Diseño Operativo: Definir la política de diseño dentro de las políticas de comunicación y productos. Definir una política de marcas y la función que el diseño desempeña en la marca.
    - Diseño Funcional: Coordinar la estraégia de diseño con los departamentos de mercadotecnia, innovación y comunicación. Introducir una estrategia de diseño en la implementación de la estrategia de negocio.
    - Diseño Estratégico: Definir una estrategia de negocio que incorpore metas de diseño. Definir una estrategia de diseño. Asegurarse de que
    la estrategia de diseño reagrupe productos, comunicación, espacio
    e información.

• PLANIFICACIÓN
- Diseño Operativo: Elaborar informes de diseño.
- Diseño Funcional: Definir procedimientos/ programas. Definir estándares de desempeño del diseño. Definir las relaciones entre el diseño y la calidad total.
-Diseño Estratégico: Programar proyectos de diseño. Emprender pruebas
de diseño. Definir estándares de diseño: normas estructuras y de

• ESTRUCTURA
- Diseño Operativo: Seleccionar diseñadores. Definir equipos y gente que se relacione con los diseñadores. Nombrar un «campeón de diseño».
- Diseño Funcional: Definir la función, espacio de trabajo y las tareas del director de diseño en la estructura de la empresa. Crear un modelo matricial para la innovación y los proyectos. Implementar un servicio de diseño interno.
- Diseño Estratégico: Representar el diseño a nivel de la alta dirección. Crear una forma de pensar que favorece el diseño.

• FINANZAS
- Diseño Operativo: Administrar presupuestos para proyectos de diseño. Calcular los costos de diseño.
- Diseño Funcional: Hacer una lista de proveedores y de diseñadores colaboradores. Asegurarse de que el presupuesto esté programado.
- Diseño Estratégico: Definir los reglamentos de la gestión del diseño. Asegurarse de que haya un presupuesto para implementar la estrategia de diseño.

• RECURSOS HUMANOS
- Diseño Operativo: Definir competencias de diseño.
- Diseño Funcional: Crear la comprensión del diseño entre los socios de la empresa.
- Diseño Estratégico: Crear un clima favorable para el diseño. Influir en el reclutamiento y en la gestión de carreras de diseño.

• INFORMACIÓN
- Diseño Operativo: Desarrollar entre los diseñadores una comprensión de las metas de la compañía. Preparar la documentación y control del proyecto.
- Diseño Funcional: Preparar los planes de mercadotecnia, diseño y producción. Diseminar los conocimientos de diseño en la compañía.
- Diseño Estratégico: Comunicar la misión del diseño en la compañía. Implementar la observación de diseño.

• COMUNICACIÓN
- Diseño Operativo: Relaciones con las escuelas de diseño. Crear una gráfica.
- Diseño Funcional: Manejar las relaciones entre gráficas y organigramas.
- Diseño Estratégico: Crear concursos de diseño. Comunicar conceptos de producto.

  • I+D
    - Diseño Operativo: Apoyar tranferencias de tecnología.
    - Diseño Funcional: Manejar relaciones con proveedores. Política de calidad.
    - Diseño Estratégico: Relación entre la observación de diseño y la observación tecnológica.

BIBLOGRAFÍA

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Debora (didí) Malqui

Driving Business Success through Experience Design & User Safety Enthusiast | Product & UX/UI Designer