Felipe Mayorga García / 6 de enero de 2019 / Olympus SZ-14

El precio de la vejez

Se estima que una de cada cinco personas mayores de 65 años pasa las navidades lejos de sus familiares o en completa soledad

Felipe Mayorga García
3 min readJan 7, 2019

La navidad es una época que representa para la mayoría de las personas el calor del hogar y la compañía de los más queridos. Sin embargo, esto no es así para todo el mundo. Un alto porcentaje de los ancianos en España se ven obligados a pasar las fiestas navideñas lejos de los suyos, en residencias o en muchos casos sin ningún tipo de compañía. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la soledad es una de las principales causas del deterioro de la salud en personas mayores.

Tal como lo indican los últimos informes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), los hogares residenciales para la tercera edad son uno de los principales servicios disponibles para atender las necesidades de las personas en edad avanzada y mitigar las dificultades que afronta esta parte de la población. Aunque la mayor parte de estos centros son de titularidad pública (71%), la Villa de Altea Les Boqueres es uno de los más de 3000 hogares privados habilitados en territorio nacional con este fin, donde un 54% de las plazas son ocupadas por mujeres y un 46% por hombres.

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Carmen Gutiérrez, de 87 años, lleva 3 años luchando con una demencia senil y 2 años en el centro. Desde que fue internada no sabe nada de sus hijos.
Como cada mañana, Áurea Gómez sale a tomar el sol y charlar con su amiga Ana María. Ella, a pesar de estar lejos de sus seres queridos, dice sentirse contenta en este lugar donde asegura son una gran familia.
Ignacio González padece Alzheimer y lleva 8 años en el hogar. Su esposa Rebeca, a diferencia de otros casos, asiste casi a diario para pasar el día junto a él.
Áurea y Rebeca se encuentran con frecuencia en la terraza. Charlan, se aconsejan y comentan lo sucedido en la semana.
Manuel y Francisco se reúnen cada vez que tienen la oportunidad en la entrada del albergue para debatir sobre fútbol y política.
Todos los días, los ancianos que se alojan en el lugar reciben clases de memoria, terapias en la piscina y gozan de tiempo libre donde aprovechan para ver juntos la televisión o tomar la siesta en compañía.
Los residentes también tienen la posibilidad de bajar a la cafetería para recibir a los visitantes o jugar a las cartas.
Aurora Pérez se encarga de hacer las camas y todas las labores de limpieza para dejar las habitaciones de la residencia en las mejores condiciones.
Lo mayores pueden recibir visitas desde las 9 de la mañana hasta las 10 de la noche. Además, se les da permiso de salida siempre que lo soliciten, ya sea en compañía del personal del lugar o junto a familiares y/o amigos.

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