Evaluación educativa

Gentilmente
3 min readNov 13, 2017

--

Mi interés por la evaluación escolar proviene de mis notas escolares, nada para destacar, un poco de mediocridad por aquí y otro poco por allá. Los modelos de éxito nunca fueron alcanzados, nunca un 10, si , en cambio obtuve varios avisos en el boletín sobre mi conducta poco ortodoxa, etiqueta de “pibe problema” que me acompañarían hasta el presente.

Por suerte me encontré con otras personas interesadas en este tema.

Tomate un momento para ver y leer el material…
Realmente no sigas sin leer ese material, dime si no te sentís identificado.

Descubrir el máximo potencial propio es una tarea que no sabemos hacer bien, ¿cómo atrevernos como docentes a hacerlo con otros? ¿cómo saber qué fortalezas aprovechar, qué debilidades atender, qué emociones inhibir, qué festejar, qué macana dejar pasar?
Poner una nota en una materia parece sencillo, de 10 preguntas sabes 6 ergo tienes un 6. Pero esa sencillez oculta un mundo de contradicciones y dispara una serie interminable de mecanismos psicológicos que atentan contra el desarrollo y el aprendizaje como bien se explica anteriormente.

El auto-conocimiento temprano es tarea complicada. No poseemos las herramientas psicológicas o de lenguaje para pensarnos, para conocernos. Los cálculos que realizamos previendo las consecuencias de nuestros actos no se basan en elementos objetivos y empíricos, sino mas bien en intuiciones o en sesgos. Así nos movemos entre el síndrome del impostor y el efecto Dunning-Kruger, no merecemos el crédito o somos demasido buenos para estar aquí. Bien nos vendría una mirada externa que sirva de referencia lo mas objetiva posible.

Evaluar un contenido que se presenta desconectado de los saberes previos, de las vivencias presentes o futuras, que se siente como irrelevante por su carente utilidad práctica, es afianzar una idea de éxito falaz. La meta cumplida como única alternativa válida, si sabes tanto como te pedimos que sepas, logras las metas que te imponemos, habrás pasado la prueba, habrás tenido éxito, ya no tendrás que volver a tratar estos temas. El éxito como un lugar y no un estado de la mente. Pero en cambio si te encuentras por debajo de X puntuación, no estás apto para continuar. Se evalúa gradualmente un estado binario, éxito fracaso. Aprobó o no aprobó. La gradualidad pretende funcionar como una escala que motiva a seguir esforzándose a lograr eso que solo a otros les interesa que se logre. Sin embargo solo interesa que se haya incorporado un contenido. Esta contradicción es percibida pero el estudiante toma decisiones estratégicas para hacer menos doloroso el proceso de escolaridad obligatoria.

¿un lado mas humanista?
Evaluar cuánto se conoce a un alumno, cuáles son sus verdaderos intereses y que pueda tener la autonomía necesaria y los recursos para desarrollarlos es una ardua tarea, tanto que no hay forma de poder hacerlo de manera masiva en un sistema educativo dada la baja cohesión entre docentes, estudiantes, funcionarios y población… Y las preguntas vuelven a invadir… ¿es la escuela el lugar para eso o sólo para transimtir y convalidar un determinado nivel de conocimiento sobre algún dominio particular? ¿estamos atascados en esta trampa para siempre?
Creo que hay que intentar algo nuevo… si te abruman estos pensamientos como a mi, asomate a la Parte 2 y te cuento como poner a prueba esos conceptos.

--

--

Gentilmente

Curioso, crítico, acompañante, aprendiz de ser útil a la causa medio ambiental, es nuestra única casa.