Herramientas para el cambio sistémico. Postura crítica sobre proyectos de turismo sostenible con recursos de la cooperación internacional.

El caso de la Costa de Oaxaca-Chiapas, México.

Illuminate Network
20 min readApr 19, 2024

Por: Natalia Tavera Daza y Alejo Heymo

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Este artículo toma como base la implementación del Modelo Market Ready, creado por La Mano del Mono, y es desarrollado desde la perspectiva de la facilitación. Las fotografías y resultados presentados toman datos del reporte final del Proyecto Paisajes Sostenibles, componente Turismo. No refleja la postura de La Mano del Mono, sino que es parte de un ejercicio crítico de dos profesionales independientes.

La cooperación internacional como vehículo estratégico para fomentar la conservación de ecosistemas y desarrollo rural ha sido motivo de fuertes críticas en los últimos años (Mochi Alemán, 2018) (Cardozo, 2023). Si bien posee metas alineadas con la Agenda 2030 y recibe presión de organizaciones, gubernamentales y civiles, para abordar la crisis civilizatoria su propósito no siempre logra adecuarse a las realidades territoriales. En el caso específico del turismo la implementación de los proyectos es, en su gran mayoría, liderada por consultores de renombre quienes son contratados por cortos períodos y exigidos para obtener impactos positivos. Nuestra experiencia en México y Centroamérica permite inferir que estos programas enfocan sus métricas de éxito en relación con indicadores de gestión, se pierde de vista la sostenibilidad de los procesos, o sea, una visión a largo plazo. O, por el contrario, establecen indicadores basados en proyecciones que poco tienen que ver con el territorio.

El resultado en la disciplina turística se repite una y otra vez en diferentes geografías: proyectos extraordinarios de turismo sostenible trazados en oficinas sin una verdadera conexión con el lugar a incidir y procuración de equipos de trabajo de calidad pero que por los tiempos de implementación requieren precipitar procesos y acomodar resultados. El objetivo final suele centrarse en el fortalecimiento de empresas turísticas dónde el desarrollo de modelos de negocio; diseños de productos; y análisis de mercados se ejecuta de manera entusiasta mientras está vigente el recurso del proyecto, pero una vez las personas consultoras regresan a sus hogares, el trabajo se pierde en la cotidianidad.

Para tener mayor contexto sobre el turismo sostenible se recomienda ingresar al portal de Alba Sud y explorar sus diversos contenidos.

La falta de continuidad con este tipo de programas no responde a un desinterés de las comunidades, ni tampoco es una manifestación de resistencia o un fracaso del equipo que implementa; más bien es la respuesta natural a procesos que pierden de vista la base social y el territorio que pretende impactar. Hemos visto con optimismo emplear el concepto de cambio sistémico para describir los resultados de las iniciativas turísticas, pero se requiere más que un proyecto para siquiera pensar en que se modifica algo en un lugar. Los sistemas se comportan de acuerdo a su estructura y tienden a reorganizarse luego de recibir estímulos externos, realizar una ingeniería que modifique esa estructura necesita algo más que un recurso económico y voluntad; necesita de una complejidad de factores que analizaremos a continuación. Por favor téngase en cuenta que esto es un estudio de caso, no quiere decir que sea replicable o escalable, pero sí revela aprendizajes para la disciplina turística.

En este contexto, el Proyecto GEF Paisajes Sostenibles Costa Oaxaca Chiapas (de ahora en adelante Paisajes Sostenibles) implementado por Conservación Internacional (CI) entre 2021 y 2024, en el que tuvimos la oportunidad de participar como facilitadores, trae a la discusión del turismo sostenible grandes hallazgos. Además de marcar un precedente en cuestiones de liderazgo comunitario e inclusión, el proyecto integra acciones clave en diseño y planeación turística que guía a proyectos de esta magnitud y su capacidad de impulsar cambios duraderos.

¿Qué es un proyecto GEF? Son iniciativas específicas que se implementan con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Buscan contribuir al desarrollo sostenible al tiempo que abordan desafíos ambientales críticos a nivel global.

A lo largo de esta investigación, logramos identificar y compartir las claves que hicieron de Paisajes Sostenibles un instrumento de impacto social y ambiental positivo para el territorio. Asimismo, y quizás aún más valioso, presentamos una serie de cuestionamientos que invitan a la persona lectora a reflexionar sobre las variables de éxito, las áreas de oportunidad y los roles necesarios para que este tipo de procesos prosperen. El texto está estructurado en seis apartados: primero partimos de la identificación de puntos claves y retos de la fase inicial; en segundo lugar, abordamos la diversidad de la participación seguido de la coincidencia en un propósito compartido centrado en la conservación; más adelante hablamos de la facilitación y el rol que desempeñamos en el proceso; continuamos con reflexiones en torno a la equidad y género en turismo; y finalizamos con conclusiones en torno al liderazgo colectivo y la importancia de las comunidades de práctica para la sostenibilidad de procesos en turismo.

El turismo desde la colaboración

Una de las claves de éxito de Paisajes Sostenibles radicó en que se insertó en una región donde ya había un avance en temas de conservación, producción agrícola y turismo. En vez de iniciar un proceso nuevo, el proyecto abrió diálogos con actuantes clave del territorio entre ellas organizaciones no gubernamentales y entes de gobierno. Se destacan Fondo Oaxaqueño para la Conservación de la Naturaleza (FOCN), La Mano del Mono (MDM), Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) en sus oficinas regionales, y las respectivas Secretarías de Turismo (SECTUR Oaxaca y Chiapas). En una fase posterior se sumó World Wildlife Fund (WWF) y empresas privadas. El resultado: una perspectiva múltiple que enriqueció el proceso y brindó una visión histórica. No obstante, la sociedad civil y las personas habitantes del territorio que no sienten representación en este tipo de organizaciones quedaron fuera del alcance del proyecto. ¿Es relevante su participación? ¿Cómo se las pudiera incluir?

La vertiente de turismo de Paisajes Sostenibles requería integrar empresas turísticas para completar un programa de formación en conservación. A diferencia del diálogo intersectorial, la convocatoria fue débil y desarticulada. La información llegó a las empresas turísticas como un rumor de otro programa de capacitación para hacer transferencia de información. Hemos visto este patrón repetirse en proyectos implementados en Honduras y el Eje Neovolcánico en México, hay un gran esfuerzo para desarrollar el proyecto pero no son tomadas en cuenta las personas con quien se va a trabajar hasta una fase más avanzada.

Los criterios de selección de la convocatoria exigieron la participación de empresas sociales o cooperativas que realizaran turismo de naturaleza dentro de la región y demostraran participación de mujeres, juventudes o población originaria. La invitación fue abierta y transparente a través de redes sociales, pero sobre todo dirigida por los actuantes claves del territorio. ¿Son las redes sociales y los medios digitales las vías de comunicación idóneas para realizar convocatorias de base comunitaria? ¿Qué otras estrategias de difusión pueden implementarse para contemplar los oficios y las prácticas del lugar? Gracias al trabajo de seguimiento que se realizó con personas gestoras de destino, se logró cumplir el primer indicador: número de empresas participantes. Aunque, ellos mismos reconocen que se podría haber realizado un esfuerzo mayor en esta fase. Es relevante enfatizar que la fase de convocatoria es clave en proyectos de esta magnitud y en su gran mayoría no es algo que se prioriza.

¿Qué es un gestor de destino? Profesionales que interactúan con los diferentes actores de la cadena de valor turística para optimizar la calidad de los servicios al mismo tiempo que conservan el patrimonio biocultural del lugar. En este proyecto GEF, se refiere específicamente a profesionales del sector público.

La diversidad en la participación

El primer encuentro presencial del programa se llevó a cabo en La Escobilla, Puerto Escondido, Oaxaca. Era la primera vez que el equipo se reunía, tanto nosotros como consultores así como las empresas de turismo de naturaleza. El grupo era una muestra de diversidad. Llegaron personas del Museo de la Tortuga desde Mazatán, a unas buenas 11 horas de camino, así como de Madresal, Chacahua, Huatulco y otras partes de la costa. El bagaje era diverso. Venían de ejidos; de áreas rurales; de zonas productivas remotas y fronterizas; de ciudades; de Parques Nacionales y áreas protegidas. Eran personas de la tercera edad, migrantes, mujeres; dedicadas a la pesca y a la artesanía, o que trabajaban la tierra; personas que habían ido a la universidad, o que en algún momento se habían dedicado a labores ilícitas. Lo que había en común: personas interesadas en detonar un cambio a través del turismo y garantizar la conservación de sus ecosistemas. Pero sobre todo: personas.

En el taller no sólo compartimos herramientas técnicas de utilidad, que con seguridad habían sido presentadas en otros cursos de turismo, sino que se abrió un espacio de reconocimiento del otro. De entender que el eslabón más importante en el proceso eran las personas. Gracias a este proceso concluimos que sin naturaleza no hay turismo, pero que para que exista un turismo sostenible se requieren de personas. Es imposible pensar en conservación y en sostenibilidad sin una base social, y ello fue lo que empezó a emerger a partir de este encuentro.

“Normalmente teníamos talleres o capacitaciones muy teóricas que te rebasan como comunidad… Para mí la parte humana que se vivió día a día en estos encuentros fue lo más rescatable”

Héctor Cruz — Guía y socio de la Cooperativa Huatulco Salvaje

La presencia de mujeres fue muy relevante en el proceso, históricamente la asistencia era en su mayoría de hombres y directivos de las empresas así como de facilitadores. El equipo de facilitación (del que hicimos parte), diverso en género, habilitó el servicio de cuidado de menores con niñeras para garantizar la participación de madres cabeza de hogar y la concentración de las mismas. Las sesiones se diseñaron de manera dinámica en la que se aseguraba contar con la participación de las personas asistentes. Tras momentos de compartir información técnica, abríamos debates a través de preguntas detonadoras, siempre con la intención de integrar cada una de las opiniones. ¿Qué cambios se perciben con la integración de mujeres en procesos de formación turística rurales y comunitarios?

Las sesiones fueron marcadas por objetivos específicos que eran presentados de manera clara al inicio de la sesión con el fin de alinear las expectativas de las personas participantes, siempre con apertura al diálogo para tener flexibilidad en agenda y adaptarse a las necesidades que se presentaran. Si bien, este proyecto GEF ya había sido diseñado con un objetivo específico de conservación y era obligatorio cumplir con entregables específicos, la facilitación y el diseño de los encuentros generaron espacios que abonaron al objetivo mayor a la par que se construía un terreno de confianza entre las personas. La clave: utilizar siempre ejemplos de la práctica turística. El enfoque del programa dejó de ser el fortalecimiento de capacidades en turismo para convertirse en la humanización del turismo. La metodología de trabajo generó valor al entender el destino turístico como un conjunto de empresas, que a su vez son un grupo de personas que trabajan por un objetivo común.

“No es una competencia… porque antes así lo veíamos. Ahora me doy cuenta que no, al contrario, es un enlace donde podemos unirnos para que otros turistas nos visiten cada día más”.

Ana Lilia — Socia de la Cooperativa La Salina Escobilla

Un futuro deseado, un propósito compartido

La unificación del grupo fue posible gracias a una identidad trabajada en torno al paisaje más no a límites políticos o estatales. Paisajes Sostenibles utilizó el argumento de la conservación de 15 especies prioritarias para la Costa de Oaxaca- Chiapas que generó condiciones de diálogo y de reconocimiento de diversidad cultural, de oficios y saberes, que compartían un territorio común. Para garantizar la existencia de su ecosistema del que todos dependen (o dependemos) es necesario realizar acciones coordinadas de conservación.

Diferente al turismo tradicional que promueve ambientes altamente competitivos, un ejemplo de ello se ve en Oaxaca de Juárez, la capital del Estado, donde se ha presentado un movimiento importante anti turistas y una fuerte resistencia a la gentrificación y la creciente influencia extranjera. En este caso el turismo ha fungido como una economía de enclave que no da nada a cambio, deteriora el tejido social y el medio ambiente.

Un gran hallazgo con respecto a Paisajes Sostenibles fue encontrar un propósito común entre el proyecto y las personas involucradas, todo con el argumento de la conservación. El viejo paradigma de competidores que traen las economías capitalistas tradicionales se reemplazó por principios de colaboración. El diseñar experiencias turísticas que integren un manejo sustentable para las especies prioritarias, comunes en todo el paisaje costero, posibilitó el intercambio de experiencias entre iniciativas y la novedad de identificarse como empresas colaborativas en busca de un objetivo común que iba más allá de la rentabilidad.

Los esfuerzos de conservación del proyecto se centran en quince especies prioritarias de reptiles, aves, mamíferos y plantas que representan una quinta parte de las especies de importancia mundial de la región. Paisajes Sostenibles

A pesar de que el proyecto no fue diseñado por mecanismo participativos que integró las necesidades del territorio, logró alinearse al objetivo comunitario que era el de la conservación del ecosistema. Y es que el propósito, la razón por el cuál se hace lo que se hace, guía el día a día de las personas y es determinante en los resultados de un proceso. Por ello es imprescindible entender que el turismo, sea tradicional o sostenible (o el apellido que quiera colocarse), es una herramienta más no un fin en sí mismo. El objetivo que se le asigne puede ser el catalizador de diálogo y bienestar social; promover la conservación y abundancia económica; o ser extractivo y acabar, en todo sentido, con un territorio.

¿Cómo se articulan las ideas colaborativas? El rol de la facilitación

Es común encontrarse en espacios donde hay ideas de colaboración pero una gran dificultad para escuchar y construir. En el paisaje costero de Oaxaca y Chiapas existía una década de trabajo en torno al turismo de conservación pero pocas oportunidades de diálogo y convergencia. Lo que hizo posible la articulación en este caso fue la figura del facilitador. Este rol no trata solamente de distribuir la palabra en las sesiones, sino que es una pieza clave que habla el lenguaje del proyecto y del territorio. Éste tiene la capacidad de comunicarse con los múltiples niveles: comunidades, financiadores, gestores de destino y entes gubernamentales. Funciona como puente que teje las voces e intereses de todas las partes involucradas.

“La figura del facilitador es clave, es el engranaje que permite que los proyectos avancen. Actúa como un catalizador, que impulsa tanto los objetivos estructurales como los que trae consigo cada participante y organización…”

Irving Barrera — Coordinador de proyectos en FOCN y gerente general de Costa Magia

Este rol suele compararse con la persona tallerista, sin embargo va más allá. Es diferente a quién participa de manera vertical y transfiere información; se trata de hablar menos y escuchar más, de generar condiciones de diálogo entre las personas participantes. Paisajes Sostenibles contó con múltiples facilitadores, de diversos países y contextos, en su mayoría mujeres donde se destacó Karla Bazán líder operativa de CI. Quizás lo más significativo de este equipo fue el vínculo y compromiso con el lugar. Para tejer redes de cambio, como moderadores, es fundamental relacionarse con el territorio de una manera íntima. Reiteramos que es un proceso de humanización lo que hace la diferencia.

“Conocernos desde lo personal, para desde ahí reconocerme y reconocer a los demás, antes de entendernos como parte del sistema turismo fue lo que hizo la diferencia. Todas esas dinámicas que nos ayudaron a sentirnos como familia, a sentir unión para trabajar en un objetivo común”

Maria Ernestina Rodriguez — CONANP Centro Mexicano de la Tortuga Escobilla

Las personas que fuimos facilitadoras de este proyecto, además de convocar y coordinar talleres presenciales en sedes específicas, realizamos otros esfuerzos para estimular la cohesión y el intercambio de saberes entre participantes como: sesiones individuales de seguimiento vía Zoom o llamada de WhatsApp (según la señal de internet lo permitiese); visitas y recorridas de campo en cada una de las empresas participantes con énfasis en el involucramiento de todos los socios y/o empleados; intercambio de experiencias entre empresas de la región (ver apartado comunidades de práctica); y un levantamiento de imágenes y vídeos in situ que visibilizó las experiencias turísticas diseñadas con el objetivo de realzar los medios de vida del lugar.

Equidad como base para un cambio

La inclusión de la mujer en el turismo es un tema de debate pues se muestran cifras altas de participación con el indicador de empleos ocupados, pero la realidad es que la incidencia en toma de decisiones y puestos de liderazgo es baja. A su vez es preocupante que algunos estudios han encontrado que el ecoturismo, en vez de generar oportunidades para la mujer y poblaciones históricamente excluidas, es un reproductor del rol hegemónico que desvaloriza e invisibiliza el trabajo de cuidados de las mujeres así como profundiza estereotipos de género (Suárez, 2016) (Estrada 2022). Aunque no existe una evaluación al respecto, en los resultados preliminares de Paisajes Sostenibles se tomó una decisión sencilla en la convocatoria que significó grandes cambios en las dinámicas de participación. ¿Has percibido grandes cambios a partir de tomar decisiones pequeñas? Encontramos que aún con los retos de género el tomar una decisión estratégica sencilla, por más pequeña que sea, logró impactar en nuestro universo de estudio y por ello consideramos relevante registrarla.

En una sociedad donde el hombre ha ocupado tradicionalmente los roles públicos y, en el caso específico del turismo, en la toma de decisiones; en cargos directivos; operativos y de contacto con el cliente, resulta ser disruptivo. Pudimos notar el cambio del primer taller cuando más que los hombres directivos de las empresas turísticas comunitarias, asistieron jóvenes y mujeres. Algunas con más intención de hablar que otras, pero con apoyo de la facilitación se abrieron espacios de diálogo e integración. Hoy vemos resultados contundentes como que una de las cooperativas participantes cuenta con una mujer como presidenta; una mujer de una cooperativa rural cuenta con la certificación de guía de naturaleza; y una gestora de destino de CONANP reconoce haber ganado seguridad y se muestra como una mujer empoderada.

Los resultados de Paisajes Sostenibles muestran que no solo se cumplió con un indicador de gestión en el que se pedía que el 50% de las personas participantes se identificaran como mujeres, sino que también generamos un nivel de involucramiento. Aún con áreas de oportunidad en cuanto a la paridad de género y el reforzar estereotipos como de creer que la mujer solo puede estar en la administración y las ventas porque la operación es pesada o muy física, como se han referido algunos de los hombres del programa, sí es real que se ha ganado terreno. Los talleres, que se convirtieron en espacios de intercambio de experiencias, sirvieron para que otras mujeres de otras geografías se inspiraran y entendieran cómo se puede participar en el sector turístico o de cómo es posible realizar labores diferentes a los del cuidado del hogar. Al finalizar el programa se registró que 8 de las 11 empresas contaron con al menos la participación de una mujer en sus rondas de exposición comercial, ellas argumentaban el valor generado por las experiencias turísticas diseñadas con un enfoque de conservación.

Al tomar agencia sobre acciones sencillas como contratar una persona que cuide a los menores, contemplar actividades para niños, incluir menús para vegetarianos o personas de la tercera edad, generamos condiciones físicas para la integración y la colaboración. La diversidad no solo está en las áreas naturales sino también donde hay personas y para que exista una catalogación de equidad es imprescindible que haya pluralidad. Un manejo de lenguaje simplificado con uso de ejemplos cotidianos relacionados al territorio, como la playa, la selva y el mercado, logró comunicar valores importantes del turismo sostenible como es la relación con medios de vida, la integración de jóvenes, la equidad y el reforzamiento de identidad territorial.

“Si bien todavía queda mucho camino por andar, considero que el programa permitió la inclusión de un grupo excluido en estos temas. La foto del inicio versus la del final para estos cuatro años de trabajo, no sólo refleja un mayor número de mujeres; sino también empresas más comprometidas, presentes, con una imágen y comunicación más clara, y un propósito más vivo. El que exista presencia de las chicas en los procesos, abre la oportunidad a que más mujeres se animen a participar y cuestionar sus funciones actuales”.

Karla Bazan, Técnica de Paisajes Sostenibles, CI.

Liderazgo colectivo y comunidades de práctica

Es común que la continuidad de este tipo de programas (sociales, de turismo sostenible o desarrollo rural) sean dependientes a los recursos del ente financiador, sean públicos o privados. Una vez este capital termina o se desvíe con nuevas asignaciones presupuestales, los procesos no se mantienen en el tiempo. Primero, porque fueron realizados sin incluir a las personas que habitan el lugar, y segundo, porque generan relaciones de dependencia. Paisajes Sostenibles llega al fin de su horizonte temporal con entregas de reportes finales y cierres administrativos. ¿Qué ocurre con las dinámicas que empujan día a día la intención de cambio? ¿Cómo sostener las nuevas estrategias de trabajo? Estas preguntas son comunes para todo proceso de carácter exógeno en un sistema.

“Lo de tejernos entre diversos actores fue y es muy valioso. El hecho que ya no continúe CI, que ya no estén ustedes en el territorio no tiene porqué desvincularnos. De hecho seguimos trabajando. Tenemos las herramientas, debemos seguir en diálogo y trabajar en conjunto”.

José Colmenares — CONANP — Lagunas de Chacahua

El diseño de la facilitación en Paisajes Sostenibles fomentó el aprendizaje entre colegas; se procuró una interacción de carácter horizontal para promover el diálogo entre pares. Nunca fue la intención de que la persona facilitadora estableciera lo correcto y ello abonó para dar continuidad a los procesos activos. La comunidad de práctica del FOCN evolucionó para conformar una tour operadora comunitaria. Costa Magia, es hoy un ente autogestionado que reúne a 11 cooperativas de la región para ofrecer experiencias de turismo sostenible. Este grupo de empresas se congrega cada mes en una sede distinta para intercambiar retos y aprendizajes, y ha logrado articular producto turístico propio con una sólida propuesta comercial.

Por otro lado, el grupo de gestores de destino mantiene un contacto fluido para resolver dudas y solicitar consejos de cómo acompañar a nuevos grupos emergentes que quieren incursionar en el ecoturismo. María Ernestina Rodríguez de CONANP comenta que se encuentra “trabajando con un grupo de mujeres en la zona de Escobilla, y la idea es replicar la misma metodología que se abordó con Paisajes Sostenibles”. Entre las diferentes Áreas Naturales Protegidas, se han realizado intercambios de experiencias en base a temáticas similares. Gerardo Galdamez, también de CONANP, nos compartió que “los resultados del encuentro entre tortugueros de Chiapas y Oaxaca fueron muy interesantes, por ello estamos pensando en hacer otro para seguir profundizando en buenas prácticas”.

“Ahora que volví a la costa, después de casi dos años, me encantó poder ver lo mucho que han crecido las empresas y cómo se han ido vinculando entre ellas. Y también cómo ellos han impulsado e inspirado a nuevos emprendedores en su región”.

Sofía de la Cruz — SECTUR Chiapas.

El último encuentro de Paisajes Sostenibles se realizó en Huatulco en un hotel cinco estrellas donde la reacción generalizada del grupo nos tomó por sorpresa. Se criticó la elección del lugar por no estar alineado con sus valores; tuvimos la certeza de una manifestación clara de identidad y toma de conciencia. Poco a poco las personas participantes en el programa se volvieron líderes y referentes en sus equipos fomentando el trabajo colectivo y las formas de vivir congruentes con su origen. Esto nos demuestra que no sólo es necesario atender los resultados directos de la actividad turística, sino también la forma de ser y hacer de las personas en relación a su destino (medios de vida). Nuestro lente de análisis sistémico pide entender las distintas capas que componen un sistema y estudiar sus relaciones; en este caso, vemos una anidación entre las personas, las empresas, las cooperativas y el destino.

“Me enojaba cuando mi madre me llevaba a sembrar, pero ahora me encanta porque es una semilla que es nuestra.”

Vicente Pizza, Cooperativa Aventura y Ecoturismo Lagunas de Chacahua

Conclusiones: las bases necesarias para el cambio sistémico

Encontramos elementos clave que permiten concluir que el proyecto de Paisajes Sostenibles cierra de una forma satisfactoria, tanto para el equipo de facilitación como para las empresas participantes. Ello por los puntos que nos hemos encargado de señalar: la importancia de la colaboración con otros actores en el territorio, sin importar que no sean aliados del proyecto; la participación diversa con la intención de diseñar espacios para escuchar la voz de todas las personas; el empoderamiento de gestores de destino; el compartir un futuro deseado para trabajar por un propósito compartido; el uso del turismo como una herramienta de desarrollo pero no un fin en sí mismo; el rol del facilitador como clave para engranar los proceso y subir y bajar información; la equidad como base para un cambio que se alinee con el objetivo común; y el compartir el liderazgo a través de comunidades de práctica.

Los retos que se enfrentan a nivel territorial son críticos, en este artículo nos hemos enfocado principalmente en nuestra área de estudio que es el turismo, pero queda todo un mundo por explorar y analizar, entre ellas las problemáticas sociales, territoriales y de orden público que enfrenta la costa de Oaxaca-Chiapas. A nivel de manejo turístico enumeramos los siguientes: el cómo aumentar la participación de personas jóvenes y de mujeres; el cómo integrar territorios aislados por las dinámicas del poder Estatal como lo fue el caso de Chiapas, a pesar de su participación, siempre significó un reto la distancia geográfica; el abogar por la promoción de un turismo de bajo impacto ambiental en vez de un interés comercial; el conseguir los recursos para garantizar la conservación de áreas naturales protegidas y especies en riesgo; y, por supuesto, el cómo financiar estrategias de mitigación sobre el cambio climático.

Se destacan hitos importantes para la literatura del turismo sostenible como es la importancia de humanizar la actividad turística, la esfera social va mucho más allá de contemplar a los empleados de una empresa. Es imprescindible entender que es una actividad humana y que debe incluirse a la sociedad civil desde el primer momento de ideación, ya sea a través de un diagnóstico o de participación directa, pues cataliza la cohesión y diversifica las comunidades de práctica que son necesarias para la prosperidad de un proyecto.

Un turismo más humano, que busca incidir de manera sistémica en los destinos donde opera, debe tener presente algunos roles que generalmente no son considerados. ¿Cómo damos fuerza a la voz de las mujeres? ¿Qué estrategias son necesarias para habilitar la participación de la mujer en el turismo? La experiencia nos demuestra que la figura del facilitador juega un papel significativo en la construcción de procesos colectivos; otorga la posibilidad de que cada actor contribuya por igual, alineando su propósito personal con el objetivo del grupo. Pero, ¿qué habilidades necesitan las personas facilitadoras además de los conocimientos técnicos? ¿Existen formaciones específicas para fortalecer y preparar a estas personas? ¿Sería valioso formar facilitadores de las propias comunidades antes de comenzar estos programas de cooperación internacional?

Créditos fotográficos: Ismael Jiménez (El Mosco) / La Mano del Mono

Agradecimientos:

Inmenso agradecimiento a las cooperativas de turismo comunitario y emprendimientos de base comunitaria de la Costa de Oaxaca-Chiapas y una felicitación especial a Costa Magia.

Karla Bazán de Conservación Internacional.

Mauricio Miramontes de La Mano del Mono.

A nuestras antiguas colegas facilitadoras: Vianney y Mariana.

Ismael “El Mosco” Jiménez.

Al gran equipo de Gestores de Destino: Selene, José, Gerardo, Cristina, Sofía.

Raúl y Gise, siempre.

Bibliografía:

Cardozo Álvarez, R. (2023). Fiscalización, control y criminalización de ONG en Venezuela. Disponible en: Deutsche Welle.

Estrada Lugo, E. I., Serrano-Barquín, R., Pastor-Alfonso, M. J., Sánchez Ramírez, G. (2022). El ecoturismo,¿ solución o parte del problema de la economía de cuidados?. Economía, sociedad y territorio, 22(68), 57–85.

Mochi Alemán, P. y Girardo, C. (Eds.) (2018). Otros desarrollos, otra cooperación: retos y perspectivas de la cooperación internacional. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM.

Suárez Gutiérrez, G. M., Bello Baltazar, E., Hernández Cruz, R. E., & Rhodes, A. (2016). Ecoturismo y el trabajo invisibilizado de las mujeres en la Selva Lacandona, Chiapas, México. El periplo sustentable, (31).

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