La tesis, la vida (2)
Me he animado a escribir un segundo post contando cómo fue el depósito y la defensa de mi tesis doctoral.
Hace unos meses escribí La tesis, la vida donde contaba mi decisión de hacer el doctorado y el periplo que supuso hasta el día de depósito de la tesis. Eso fue un 20 de diciembre de 2019. Hoy es 05 de mayo de 2020. Hubo fecha de defensa (marzo), aplazamiento por la pandemia y, finalmente, defensa online de la tesis (a finales de abril).
Tras el depósito de la tesis doctoral en las oficinas del Vicerrectorado de Investigación acompañado por uno de mis directores comenzaban las vacaciones de Navidad. Una vez depositada, dos revisores externos tenían que dar el visto bueno a su defensa. Sin su informe, la tesis no podía ser defendida. Los plazos entre el depósito y la fecha de defensa se cumplen estrictamente. Hay un plazo en el que la tesis se puede revisar abiertamente por quien lo desee (la suben en PDF a la web de la Escuela de Doctorado). Mientras corrían los plazos estuve descansando. Mis directores me recomendaron que no comenzase a preparar la defensa hasta que no tuviese fecha.
Tras la revisión de la tesis por parte de los evaluadores externos y su visto bueno mis directores comenzaron el proceso de configuración del tribunal. Al tratarse de una tesis que aspiraba a mención internacional uno de los miembros del mismo tenía que ser de una universidad no española y no podía ser miembro de ninguna universidad en la que había hecho los tres meses de estancia investigadora previos que esta mención tiene como requisito.
El tribunal se constituyó sin apenas dificultad gracias a la pericia y el buen hacer de mis directores y se fijó una fecha: 25 de marzo de 2020.
Todo iba transcurriendo con normalidad. Fijé una fecha para hacer un ensayo en la sala donde iba a transcurrir el acto, reservé una mesa para 6 personas (tribunal, directores y doctorando) en un restaurante de Murcia y todos los días iba configurando el discurso, la presentación y las posibles preguntas que pensaba que me harían los miembros del tribunal. Todo iba según el plan.
El 13 de marzo fue el último día que pisé la universidad. El 16 de marzo (a nueve días de mi defensa) me comunicaron que por la Covid-19 todos los actos académicos se aplazaban.
Entramos de lleno en la cuarentena y me resigné a defender la tesis a la vuelta del verano. El 25 de marzo que tenía señalado en todos los calendars pasó sin pena ni gloria. El día siguiente uno de mis directores me planteaba desde la Escuela de Doctorado estaban preparando una normativa para tesis online por si había que utilizarla y que se había ofrecido para que la primera prueba fuese conmigo, si se daba el caso.
El 7 de abril recibía un e-mail de la Escuela de Doctorado que me informaba que ante los acontecimientos producidos por la pandemia COVID_19 (Coronavirus), se estaban adoptando medidas de ordenación e instrucción necesarias sobre los procedimientos de depósito y defensa de tesis doctorales y me enviaban una resolución rectoral que habilitaba la posibilidad de realización de estos procesos mediante herramientas telemáticas y videoconferencia. Se abría una vía para no esperar al verano.
El 10 de abril se hacía oficial:
La fecha oficial de defensa sería el 28 de abril, a las 10h. Defendería la tesis en casa, ante una webcam y ante el escrutinio de más gente de la que había pensado de inicio. Los actos de defensa de tesis no suelen ser muy numerosos.
Durante esos días pulí el discurso, afiné la presentación y ensayé en numerosas ocasiones el texto. Quería ajustarme a 35–40 minutos máximo y había mucho que decir en tan poco tiempo. Tenía que adaptar mi discurso a la herramienta y apañarme para que todo fuese lo más fluido posible.
No hubo ensayo en directo con mis directores. Les mandé una grabación de uno de mis ensayos y me enviaron sus apreciaciones.
Ese día amaneció como cualquier otro de los de la pandemia. Todos en casa, los peques con tareas del telecolegio, mi mujer con reuniones telemáticas. Avisé de lo importante que era el acto y de que el wifi tenía que estar poco demandado. Aún así el wifi falló.
La defensa consistía en una exposición, por mi parte, un turno de preguntas y sus consiguientes respuestas. El acto comenzó a las 10h. Se constituyó el tribunal en una sala de videoconferencias aparte. Los miembros del tribunal fueron los profesores Andrés Pedreño (Universidad de Alicante), Mikko Villi (University of Jyväskylä) y Manuel González-Sicilia (UCAM).
El acto transcurrió con fluidez hasta casi la mitad del mismo donde tuve problemas de conexión. Teníamos un plan B (usar otro ordenador) por si mi ordenador fallaba. Pero no teníamos un plan C por si fallaba el wifi. Pensamos que no haría falta tirar de datos. Hizo falta.
Conseguí remontar la situación y llegué al turno de preguntas por parte del tribunal. Fueron exigentes pero honestos. Alabaron mi esfuerzo y criticaron algunos aspectos formales del trabajo. También aportaron su visión sobre el tema que tratamos. Fue un momento muy intenso. Había que escucharles (uno de los miembros del tribunal hizo toda su intervención en inglés), anotar sus consideraciones y esperar turno para la réplica.
En este post de Torrejuana OST hacen un resumen muy amable de la tesis.
Finalmente, el tribunal dio paso a mis directores que fueron muy elogiosos conmigo y con todo el proceso. Me emocioné mucho.
Asistieron más de 50 personas al acto. Entre ellos algunos amigos y familiares. Cuando el tribunal abandonó la sala para deliberar me llovieron un montón de mensajes a través del chat de la aplicación y nos pusimos a esperar en familia. Este es el momento en el que el tribunal comunicó el resultado.
La calificación del tribunal fue de Sobresaliente. Unos días más tarde me llegó el escrutinio de la votación secreta que valoraba positivamente la mención CUM LAUDE.
La originalidad del estilo de defensa motivó que ésta tuviese algo de repercusión en prensa, los periódicos regionales La Opinión y La Verdad reprodujeron una nota de prensa que preparó con antelación el gabinete de comunicación de mi universidad. Me alegró mucho.
Han sido, como decía en mi anterior post, un desafío. Y me ha gustado mucho todo el proceso y la aventura. Ahora, a seguir. Gracias por llegar hasta aquí. 💙
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