Juan Fernández López | Nikon D3300 (6/01/19)

Los restos del paso de la Guerra Civil por Alicante

Juan Fernández
2 min readJan 7, 2019

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La Guerra Civil española (1936–1939) es un tema que sigue levantado ampollas entre partidarios de uno y otro bando. Es historia viva de este país y eso mismo se ve reflejado en las calles de las ciudades que vivieron de primera mano el asedio y el hostigamiento que genera una guerra. Además, son las referencias visuales que actualmente pasan desapercibidas por los habitantes.

Alicante fue un punto importante para el fin de la Segunda República y el establecimiento de una dictadura que duró 40 años y que cambió drásticamente las memorias de un país. Según comenta la historiadora Marta Keller: “Antes, los colegios e institutos de la zona organizaban viajes guiados por los puntos clave de la guerra. Ahora son grupos sueltos los que viajan contratando guías e interesándose por el final del suceso”. A pesar de el distanciamiento de la población, la Ley de Memoria Histórica sigue poniendo el asunto a la orden del día en los plenos municipales.

El 25 de mayo de 1938, el Mercado Central de Alicante fue bombardeado junto a sus calles colindantes por la aviación fascista italiana. Actualmente solo queda el 13% de la estructura original.
Detrás del Mercado, en la plaza 25 de mayo, se inauguró en 2011 una placa que se ilumina con un punto rojo por cada civil fallecido durante el bombardeo.
El árbol milenario Ficus Macrophylla, distribuido por cuatro zonas del centro de Alicante, ha sobrevivido con ayuda al paso de la Guerra Civil por la ciudad.
Los refugios antiaéreos de Séneca y Balmis han perdido una afluencia de un 20% en sus instalaciones tras las reformas de 2017, problema que puede conllevar a su cierre definitivo.
La Plaza de Toros de Alicante se utilizó como cárcel franquista en 1938. En su interior quedó prisionero Jaime Menéndez “El Chato”, uno de los periodistas más influyentes del Siglo XX.
La familia Zuhair visita el Puerto de Alicante, lugar desde donde zarpó el Stanbrook, el último buque con 2638 exiliados republicanos rumbo a la Argelia francesa.
Asunción y Emilio suelen sentarse en el mismo banco cada fin de semana. “Creo que inconscientemente nos nutrimos de todo lo que pasó aquí”, comenta el señor de 71 años.
El galés Archibald Dickson, capitán del Stanbrook, falleció en el buque británico 8 meses después tras una emboscada por parte de navíos alemanes.
Aún quedan erigidos monumentos franquistas como La Cruz de los Caídos en la Avenida Dr. Gadea, obra del arquitecto Miguel López González.

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