Los Elementos del Miedo PT.2

Lucialinsol
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 25, 2022

https://medium.com/@lucialinsol/los-elementos-del-miedo-f9379659d3f3

Tal como veíamos en el anterior corto, este no es el único que hace uso de esos elementos y de esa forma sino que otros también ponen en práctica esas técnicas para inducir miedo.

https://youtu.be/_u6Tt3PqIfQ

Este corto se llama “2AM: The Smiling Man”, es de 2013 y está dirigido por Michael Evans.

Nada más empezar, vemos a un hombre joven andando por un camino rodeado de árboles y plantas, situado al lado de la carretera. Es de noche, según el título del corto serían las 2 de la mañana. Está oscuro, la única iluminación que hay es la creada por las farolas que se observan a cada lado de la carretera, que hacen que esta se vea ligeramente iluminada y así la cara del joven se pueda ver con claridad. Además, la oscuridad va acompañada de tonos y colores fríos. Se observa así el uso del montaje tonal, por que se quieren transmitir los sentimientos del personaje. Lo único que se oye son sus pasos mientras camina. Pocos segundos después frena, extrañado, al ver a un hombre con traje y gorro que parece estar bailando y moviéndose de una forma extraña mientras camina.

El joven, cuando lo ve, hace una mueca como de sonrisa, pero rápidamente se extraña por lo que está viendo y decide que lo mejor es cambiarse de acera. Mientras lo hace, se oye una música grave y continua de fondo, que para cuando llega a la otra acera. Se puede ver que el director juega con el silencio y el sonido, intercalándolos, para crearle más tensión al espectador y hacerle ver y que sienta el miedo que el joven está sintiendo. Cuando llega a la acera contraria, para su sorpresa, mira hacia su derecha y ve al hombre trajeado, parado pero girado hacia él, que parece estar cambiándose de acera también. En ese momento suena un golpe de música muy fuerte, durante un segundo, que se va desvaneciendo. Vemos como el director hace uso también del montaje rítmico, al utilizar música y sonidos en los momentos clave en los que quiere generar el miedo y susto en el espectador.

Continuando, el joven decide seguir caminando, pero se vuelve a girar y se lo encuentra agachado, alejado de él pero en su misma acera. Cuando lo ve, se escucha una música grave y continua que se va intensificando a medida que el hombre trajeado se va levantando del suelo y empieza a andar hacia el joven, haciendo uso de un montaje intelectual. La música se desvanece cuando él para, los dos hombres se encuentran ahora cara a cara. Se puede ver que el director hace uso del montaje métrico, al ir intercalando planos de corta duración centrados en las expresiones faciales de ambos personajes, el joven asustado y el hombre trajeado sonriendo, aunque dirigiendo la mirada hacia arriba, de forma en que no hace contacto visual directo con el joven.

El joven le pregunta: ¿Qué quieres?. Se vuelve a oír un sonido grave y continuo de fondo, con toques leves y agudos de xilófono, que para cuando el hombre se gira y comienza a bailar mientras que anda hacia el lado contrario. Se vuelven a oír solamente sus pasos.

El joven suspira de alivio, al ver que por fin se está alejando de él, entonces se gira y, de repente se escuchan los pasos del hombre en traje, que ha empezado a correr hacia él.

A partir de este momento, en el corto se observa mucha más oscuridad, las figuras de los personajes ya no se ven tan iluminadas, al igual que las calles y los árboles (montaje tonal), el director quiere crearle a las personas que lo están viendo una sensación de más tensión, expectación y miedo por lo que pueda pasar ya que no ven claramente el entorno. Comienza de nuevo una música grave, mientras que el joven está huyendo de él. Cuando la cámara graba al hombre huyendo y los planos se mueven el director quiere crear en los espectadores la sensación de correr que está llevando a cabo el personaje para inducirles aún más la presión y miedo por huir, y convertirlos a ellos en los protagonistas que huyen del hombre trajeado.

Empieza a sonar un sonido que parece simular los latidos del corazón del joven, que continúan cuando el joven frena en seco y observa su alrededor para intentar localizar al otro hombre. No se ve nada, la oscuridad se apodera de la escena y levemente se ve la cara del joven. Esto hace que aumente la tensión del espectador, que no puede averiguar por dónde va a aparecer el otro hombre, si lo hace. Estos latidos frenan cuando el joven gira su cabeza a su izquierda y se encuentra con la cara del otro hombre, a centímetros de él, que le mira sonriendo, esta vez finalmente a los ojos. En el momento en que lo ve se oye una fuerte música, que termina en seco cuando el corto finaliza.

Escrito por: Alicia Hernández Jiménez y Lucía Lineros Solano.

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