Lo que no hablamos se pronuncia a través del cuerpo

El cuerpo habla lo que la boca calla

Nubia Morales
5 min readMay 18, 2023

Somos una trinidad perfecta: Cuerpo, mente y espíritu, funcionamos como una unidad perfecta y compleja ante el entendimiento humano. Como unidad no podemos afectar solo una parte sin afectar al resto, y es así como las enfermedades no logran ser curadas porque la medicina tradicional aborda solo el cuerpo físico, por tanto, esa “cura” es temporal, precisamente es eso: Poner una cura tapando el origen verdadero.

No es que señale o culpe a la medicina tradicional, al final, eso es lo que LA EDUCACION les enseñó y formó mediante conocimiento de tiempos anteriores; hoy, la nueva medicina (integral) incorpora al ser humano en su totalidad y conoce con certeza que cuando el cuerpo físico se enferma es porque el mal viene de adentro, bien de su mente o su espíritu.

Frase célebre de Hipócrates nombrado PADRE DE LA MEDICINA

La gran verdad oculta es que SOMOS PODEROSOS y que podemos enfermarnos a través de nuestros pensamientos y emociones, por tanto, si podemos enfermarnos también podemos curarnos; solo necesitamos empezar por cambiar paradigmas tales como: “La enfermedad procede de factores externos”. “El médico conoce mejor mi cuerpo y dolencias”, lo que se traduce en delegar nuestro poder al médico para que determine qué nos acontece.

Hemos leído o conocido por otras fuentes que muchas veces un simple pronóstico — que no es más que un punto de vista del médico — significa mayor deterioro o hasta la muerte en muchos pacientes, y no es que el médico los haya matado con el pronóstico, sino LA ACTITUD del paciente ante LAS PALABRAS de otra persona, a quien le dio todo el poder sobre su estado de salud. Y eso no es más que la evidencia de que esa persona vivía programada para creer todo lo que le dijeran los demás, programado para pensar que su vida dependía de factores ajenos a él mismo y a la voluntad divina.

Por eso es que las creencias juegan un papel más que esencial en nuestras vidas, y tal como lo dijera Henry Ford: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”, nuestras creencias son el filtro con el cual interpretamos el mundo, la vida. Por tanto, si persistimos en la creencia de que la enfermedad proviene de factores externos nos veremos condenamos a no sanar, a vivir medicados gastando dinero en medicamentos y sin poder estar saludables.

Desde hace como ocho años he venido haciendo el cambio del paradigma en relación a la enfermedad, todo empezó cuando leí el libro: “Obedece tu cuerpo, ámate”, donde el siguiente párrafo me cautivó:

“La enfermedad es un regalo para que podamos equilibrar nuestro SER. El cuerpo físico no es la causa de las enfermedades. Por sí mismo no puede hacer nada. La vida que lo mantiene viene del alma, del espíritu. El cuerpo es simplemente reflejo de lo que sucede en el interior de nuestro verdadero ser. Por ello, todo lo que un cuerpo enfermo busca es restablecer su equilibrio, porque el estado natural del cuerpo es la salud.

Por lo anterior, hoy soy de creer que La enfermedad es un mensaje del alma.” La enfermedad puede ser un indicador de un cambio radical que estás evitando o negando.

Soy adicta al conocimiento y procuro en la mayoria de los casos aplicarlo a mi misma, de ahi que cuando experimento que es verdad, lo dejo incorporado como parte de mis nuevas creencias. El tema de la enfermedad como mensaje del alma lo experimenté por primera vez hace como 8 años, y desde entonces procuro en la medida de mi presencia, o bien de ser consciente, de revisar qué acontecimiento previo a mi malestar he vivido, para poder indagar y liberar esa emoción atascada. Ahora te comentaré mi reciente experiencia sobre un malestar que tuve por un período de doce días.

Empecé a notar que cuando comia quedaba con mi estómago inflamado, aunque no hubiese comido mucho, “logicamente” empecé por evitar ciertos alimentos que me pudieran dejar recargada pensando en una posible colitis, mala digestion, inflamación del colon, etc. y a pesar de ese cuidado mi malestar persistía. Empecé a tomar pastillas digestivas, té de manzanilla para desinflamar y expulsar gases. Fueron días incómodos, sin paz, por el hecho de sentirme inflamada en mi estómago a pesar de las medidas preventivas y medicamento usado.

Fueron cerca de doce días o un poco mas, los que viví con esa dificultad. Cierto día me acosté “liviana” pues opté por no cenar, solo me tomé un vaso de avena, sin embargo me recordé en la madrugada con mi estómago super inflamado, me sentía como con un embarazo de siete meses, ante esa situación y de forma “inconsciente” porque efectivamente siento que no lo hice consciente, puse mis manos sobre mi estómago y mentalmente expresé: El estómago digiere los alimentos, “esto es algo GRANDE que no he podido digerir” y apenas terminé la frase, grandes lágrimas empezaron a rodar por mis mejías, pues mi inconsciente había traído a mi mente que aproximadamente quince días atrás había compartido con todas mis hermanas, incluyendo a la mayor que cuenta con 75 años de edad.

Esa hermana, a quien amo como una segunda madre, está empezando demencia senil, se le olvidan muchas cosas, no nos reconoce a todas las hermanas, a veces siento que hace cosas de niña, y fue así que mi mente trajo muchas escenas de ese día ,como si fuera un tsunami, lo que hizo que rompiera a llorar a mares. Lo comprendí todo en ese mismo momento, ella me reflejaba a mi madre, fallecida en noviembre pasado, quien terminó sus días postrada en una cama, como una niña, totalmente dependiente de sus hijas. Lloré desconsoladamente, mi alma me estaba mostrando eso que no había digerido bien, esa emoción que aún hace sangrar mi alma por la pérdida de mi madre. HABIA TOMADO CONCIENCIA DE MI MAL VERDADERO.

Escribo y aún lloro desconsoladamente, mi duelo en proceso, ese día luego de llorar como 15 minutos fui calmándome poco a poco hasta quedar recogida en posición fetal, pude quedarme dormida en paz, sientiendo que mi estómago se había desinflado como una chimbomba. Amanecí como nueva, mi estómago relajado, tranquilo, pudiendo comer todo lo que antes habia evitado.

Con mi relato lo que pretendo es que puedas tomar conciencia de cualquier dolencia que estás viviendo y permitas que tu alma se pronuncie, escúchala, deja de intoxicarte con tantos medicamentos que no te aportan nada, más bien debilitan tus bolsillos. Tu enfermedad es un desequilibrio interno que desea le prestes atención. “Calla tu mente y escucha tu alma”

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Nubia Morales

Psicóloga Clínica enfocada en temas de crecimiento y desarrollo personal, sanación y espiritualidad. Formación en Bioneuroemoción y Transgeneracional.