¡No se tapen los oídos! Vamos a hablar de género.
Entrevista a la curadora de la segunda edición, Cristina de Middel.
La curadora invitada de SAN JOSE FOTO 2016, Cristina de Middel habla sobre la segunda edición del festival, la elección de los autores que formarán parte de la muestra principal y la relación de sus obras con el tema “Género”. También opina sobre la escena fotográfica actual, la importancia de los festivales de fotografía y los tipos de audiencia a los que están dirigidos.
El tema de la segunda edición de SAN JOSÉ FOTO será “Género”. Cuéntanos porque has elegido solo fotógrafos hombres.
Necesito que todos sean hombres, porque realmente yo, que soy mujer, tengo los ojos un poco más abiertos y soy más sensible a cuál puede ser la problemática, no tanto de género, de ser hombre o mujer, sino de lo que significa ser mujer en el mundo de hombres en el que vivimos. Si tienes un discurso en el que hablas por la mujer, en seguida lo catalogan como feminista, como radical, y así ya te tapan los oídos y te dicen que eres feminista, aunque para mí no es feminista, es simplemente un discurso igualitario, en el que tú reivindicas tener igualdad de derechos.
Entonces, yo entiendo que el cambio, en ese sentido, tiene que venir más por el lado de los hombres que por el de las mujeres, pues nosotras ya tenemos muy claro lo que tenemos que hacer. Por eso el llamado tiene que venir por parte de los hombres. Y como me han dado una posición de poder de comisaría, decidí darle voz a los que para mí pueden hacer más por el cambio: los hombres que hablan sobre el género y los hombres que tratan sobre temáticas femeninas. Los hombres que intentan comprender y explicar a la mujer de una manera otra, no super dramática, sino de una manera normal, relajada. Simplemente hombres hablando de mujeres.
Además de la temática, ¿qué otros aspectos contribuyeron a la hora de escoger los trabajos?
He seleccionado trabajos que pudiesen llegar más al fondo de la problemática tal como yo la entiendo, pero tomando en cuenta que SAN JOSÉ FOTO es un festival en la calle, así que tampoco puedes añadir muchos niveles teóricos. Pues no es como en una sala de un museo donde tienes tu tiempo, puedes leer el texto, y hasta puedes poner hasta música para explicar los trabajos. Así que para el festival tienen que ser imágenes que se entiendan y que se consuman rápidamente. Que a la gente le impacten, le despierten interés y a partir de eso quieran saber más.
¿Puedes comentarnos los aspectos más importantes de los trabajos de los seis fotógrafos invitados?
Pachi Santiago, España. Copying Claudia
Conocí su trabajo en una presentación que hizo en PhotoEspaña, me pareció súper divertido. Habla de la obsesión por el cuerpo, por las modelos. Algo que es típico de las mujeres y que es la semilla de muchísimos males como la anorexia, bulimia, y otros problemas alimenticios casi típicos de las mujeres.
Entonces, me parece muy interesante un hombre que juegue con esa obsesión. Además, el trabajo me parece estéticamente muy interesante: un acercamiento del hombre a la moda y a un universo que es típicamente femenino.
Patrick Willocq, Francia, Superwalés
Patrick es un fotógrafo que conozco hace varios años, ya he expuesto varias veces con él, y estaba conmigo en Nigeria. En su trabajo actual se interna en la selva del Congo durante cuatro o cinco meses al año y trabaja con la tribu de los Walés.
En los primeros capítulos de la serie trabaja sobre la mujer, que tiene un papel importante en esas sociedades casi matriarcales: de hecho son ellas quienes llevan todo el peso de la familia, de la industria y economía de estas tribus . Patrick ha estado documentando el mundo de esas mujeres, desde las ceremonias de iniciación, donde tienen que meterse dentro de la selva, y otros retos. El último capítulo de esa serie trata acerca de cuál sería el futuro de esas mujeres.
La serie tiene bastante sentido del humor y es visualmente muy atractiva. Además Patrick ofrece un punto de vista de África al que no estamos acostumbrados, un punto de vista más optimista, sin drama o “moscas alrededor de la boca”, ni blanco y negro. Pues eso también me interesa.
Bruno Morais, Brasil, Paleta
En este trabajo, Bruno también hace un estudio de la moda, pero llevando todo a la teoría del pantone y a toda la industria de la moda que se basa en paletas de colores. Por ejemplo, ahora es la semana de moda de Milán y todo el mundo se viste de púrpura, o de magenta; cuál es el color del año, el maquillaje del año, etc… Todo eso tiene realmente muy poco que ver con la vida real de las mujeres normales de la calle. Pues el color del año es el que le gusta a cada una.
Entonces es como bajar de nuevo a la realidad esa ficción de la moda, que es más glamour que otra cosa, y hacer un estudio de color en la calle, con señoras normales, en una combinación más o menos acertada en función del gusto de la mujer y supongo también que en función de sus posibilidades.
Bruno está trabajando también sobre un ensayo más grande, creo que tiene al día de hoy tres países, y la idea es hacer como un escaneado en distintos sitios y continentes y ver un poco cuáles son esas paletas. Imagino, por ejemplo, que en París o Amsterdam serían todo grises, porque la gente se viste casi solamente de negro y gris, y luego en África, por ejemplo, es totalmente distinto, y más aún en India. Entonces al final es como hacer un estudio cromático y realista de cuál es la moda de las mujeres.
Eric Gyiamfi, Gambaga Witches
Lo conocí hace no mucho en Amsterdam y lo invité, en primer lugar, porque me apetece hace mucho sacar a la luz fotógrafos de África, ya que siempre vemos los mismos. Algunos de ellos están haciendo cosas muy interesantes, pero aún no tienen la ventana o la plataforma para que se vea su trabajo en otros sitios.
En este caso venía perfecto lo que él ya ha hecho. Es un trabajo documental, de retratos bien clásicos pero que esconden detrás temas muy interesantes. En África Oriental y en otras partes del continente también es muy común, cuando los niños son súper activos, están muy nerviosos, tienen epilepsia o cualquier cosa que les hace actuar de una manera poco normal (sucede también con los ancianos), los acusan de brujería. Les dicen que tienen el demonio dentro y los meten en la cárcel.
Lo interesante es que aunque las brujerías forman parte de religiones antiguas africanas, estos países son ahora en su mayoría católicos o musulmanes. Por eso no hay una manera de solucionar ese problema, porque no entra dentro de lo que es correcto hacer. Entonces, Eric se dedicó a hacer retratos de esas mujeres. Son retratos normales de personas normales, pero que según la ley son brujas, y por eso están en la cárcel. El trabajo me parece muy interesante, porque los retratos son muy dignos y muy bonitos, y no te imaginas toda la historia dramática por detrás, que dice tanto de ese continente.
Nicolás Wormull, Chile, Chocolate on my Jeans
El trabajo de Nicolás es casi un reportaje de su propia experiencia. Él es un chileno que vive en alguna parte de Europa y su núcleo familiar decidió que la mujer volvería al trabajo y que él se encargaría de los hijos. Entonces ha estado documentando todo ese proceso: cómo él mismo se ha vuelto amo de casa, cuidando a sus hijas y encargado de todo. Nicolás nos muestra esa contrapartida del hombre siendo mujer y de una manera muy bonita, muy delicada y que tiene mucho que ver con el tema.
Guillermo Giansanti, Uruguay, Serie en progreso para SAN JOSÉ FOTO 2016
Guillermo es un fotógrafo muy intimista y a mí me fascina bastante porque es un género de fotografía que soy totalmente incapaz de hacer.
Con Guillermo planteamos el desafío de que haga un diario íntimo, pero no como si fuera una mujer; no desde el punto de vista de la mujer, porque eso es muy fácil. Lo que propongo es que simule la actitud de una mujer, aunque sea un poco “fake”. De manera directa sería hacer un diario íntimo de una mujer, siendo él un hombre.
Pero al final no importa tanto si consigue llegar a lo que se espera, lo mejor es el ejercicio de pensar cuál sería el diario íntimo de una mujer hecho por un hombre, el reto de personificar íntimamente una mujer.
¿Qué nos puedes decir sobre la escena fotográfica actual?
Ahora me parece que la escena tanto africana como latinoamericana es muchísimo más innovadora que la escena europea y norteamericana. Están pasando cosas mucho más interesantes.
Francia por ejemplo, está actualmente con muchos proyectos autorreferenciales, proyectos que son sobre la fotografía misma. Juegan con el medio, con la cámara, como si el tema de la fotografía fuera la propia fotografía. Es interesante, pero me parece más interesante seguir describiendo el mundo en el que vivimos.
Estoy bastante al tanto de lo que pasa en Latinoamérica y sobre todo en México, porque mi casa está ahí, y estoy viajando también bastante a Brasil. Veo que todo está evolucionando, unos sitios más que otros. Creo que México va un gran paso adelante, con el nuevo documentalismo que tiene mucho que ver con el realismo mágico. Estoy muy encantada y me hace muy feliz. La exposición que he visto este año en PhotoEspaña, “Develar y detonar”, una colectiva que curaron Ana Casas Broda y Gerardo Montiel Klimt, ha sido una maravilla. El trabajo que está haciendo el Centro de la Imagen con nuevos fotógrafos también es increíble. Están describiendo su realidad, sea verdad, sea mentira, juegan con todo eso, y me pareció muy interesante.
Brasil quizá va más lento a la hora de abrirse a nuevos lenguajes, no sé si porque Sebastião Salgado está ahí, y firma el tradicional… Pero creo que sí, poco a poco está saliendo, un poco más despacio pero estoy bastante ilusionada en ver cosas que cada vez me sorprenden más.
Como fotógrafa y ahora también como curadora, ¿cuál crees que es el papel más importante de un Festival?
Creo que una de las cosas más importantes de un festival, además de la gente que pueda ir y del encuentro que puede crear, es la de dar visibilidad a los fotógrafos invitados que tienen sus trabajos expuestos allí.
Aparte de eso, de lo que es propio del evento, creo que es muy importante que esa visibilidad se extienda más allá del tiempo y espacio que un Festival ocupa. O sea, hay parte de la organización tiene que ser muy activa para que el Festival trascienda esos cuatro o cinco días, y piense en ese sentido cómo puede servir la prensa, cómo generar nuevos proyectos, cómo plantar semillas para que el año siguiente vuelva gente que ha sido invitada con nuevos trabajos, y el público también.
Entonces la idea de tener tantos fotógrafos en una ciudad no sólo es buena por el hecho de tener todos esos nombres, sino por el hecho de que son fotógrafos y que están aquí para que puedan generar más cosas y dar visibilidad a la ciudad, si se maneja bien.
Finalmente creo que esos eventos son muy necesarios y también muy divertidos.
Existe una constante crítica a los festivales: que en su mayoría son hechos por fotógrafos para fotógrafos. ¿Qué piensas de eso?
Creo que la fotografía es igual que cualquier otro oficio, como por ejemplo la medicina, donde un congreso de médicos es para médicos. Y aunque tú consumas medicina todos los días (tomas una aspirina o somníferos), ello no significa que un congreso de medicina te va a interesar.
Lo mismo con el punto de que todo mundo hace fotos, Selfies y todo eso. Mi prima se hace Selfies y no se queda pensando en lo que supone para la fotografía. Ella lo hace porque sus amigos lo hacen, porque parece divertido, pero no hay un debate conceptual en torno a eso, el debate se sitúa en el mundo fotográfico en muchos casos. Entonces podríamos hacer un congreso sobre Selfies pero yo creo que seguirían siendo los fotógrafos los que más opinan, más que la gente usuaria de los Selfies.
Entonces creo que tiene que haber las dos cosas, o sea, el festival tiene que hacer un esfuerzo para que lo que se está trayendo sea entendible para el público, a todos los niveles. Pero eso también es difícil de controlar, porque hay fotógrafos que tienen un lenguaje muy elaborado y que no es fácil de entender y hay fotógrafos que hablan de manera muy simple, y que incluso hablando de fotografía cuántica podrá entenderlos cualquier persona.
En ese sentido lo que el festival quiere es abrir puertas y derribar barreras hacia el público normal. Por eso tiene que hacer un esfuerzo, sobre todo a nivel estético. No puede poner cosas que frustren a la audiencia, que no se entiendan. Pero tampoco poner cosas de “cuatro colores básicos”, no es cuestión de minimizar la capacidad intelectual o de menospreciar a la audiencia, sino encontrar trabajos que hagan un click, que les interesen y que los hagan querer saber más. Es un poco complicado pero es posible.