100% Vegano vs. 99% Vegano

Sentietica
5 min readMar 1, 2017

Vamos a comparar dos tipos hipotéticos de personas: un vegano ideal (100% correcto real no-fake) y uno que obre veganamente un 99.9% (como puede ser alguien que cada tanto consuma una pequeña cantidad de algún derivado).

Para buscar un extremo de referencia, imaginen alguien que consume 2 litros de leche de soja AdeS por mes, el cual contiene unos 6 microgramos de vitamina D3 de origen animal por litro. Esta persona estaría consumiendo indirectamente 1g de lana de oveja cada 8 mil litros de AdeS (podés leer el artículo sobre el AdeS y la D3 aquí) o, lo que es lo mismo, 1g de lana de oveja cada 350 años (y ni el vegano más vegano vive tanto tiempo).

¿Podemos ser tan categóricos de decir la segunda persona no es vegana?
Si la respuesta es “si” basándose en que no importa la cantidad, sino si consume derivados o no, ¿entonces qué es lo que pretendemos ganar con esta distinción tan tajante? ¿Realmente pensamos que ese consumo trae más perjuicio que beneficio? ¿Acaso no somos veganos para acabar con el sufrimiento y la explotación de los demás animales?

Si empezamos a buscar más casos, encontraríamos que muy probablemente una buena cantidad de veganos no lo son al 100% en algún aspecto. Por ejemplo, se me ocurre el consumo de productos de limpieza e higiene personal. Si van a la casa de un no-vegano y no cuenta con jabón apto, seguramente no dejen de lavarse las manos (y dudo que se lleven su jabón así como se llevan el tupper con comida). Lo mismo en vacaciones y viajes; dudo que la mayoría se lleve todos los productos de limpieza e higiene aptos así como se llevan los tuppers y las latas de legumbres. Habrá también quienes no consiguen jabones aptos, o no los pueden pagar, o no quieren pagar precios realmente excesivos teniendo que buscar un vendedor especializado del producto, o no quieren oler a coco todos los días de su vida. Así que vemos cómo casi todos en alguna medida cedemos según la situación, y esto es normal. Se trata de hacer un esfuerzo siendo razonables.

Si estamos más interesados en difundir la etiqueta de “vegano” que en las consecuencias de los cambios de costumbres de los demás, ¿qué estamos buscando? ¿satisfacción y reconocimiento personal?
Cuando en las redes sociales posteamos una foto de una comida con una leyenda de “comida vegana” o cuando usamos una remera de “Veganismo es Justicia”, ¿lo hacemos para que otros no-veganos se interesen y entiendan el mensaje, o simplemente para diferenciarnos y que nos admiren por pertenecer al club del veganismo?

Yo no tengo duda de que la mayoría tenemos buenas intenciones y más allá del ego que en mayor o menor medida todos tenemos, en el fondo prevalece el interés por hacer que más gente entienda el mensaje y se sume a cambiar aquellos hábitos que perjudican a otros.

Ahora imaginemos diferenciar a un rico de alguien que no lo es. Podríamos arbitrariamente escoger un número de dólares de patrimonio a partir del cual alguien entra en esta categoría. Por ejemplo, imaginemos un país/mundo en donde se es rico a partir de 10.000.000 USD (10 millones de dólares) de patrimonio. Los ricos se juntan en clubes de ricos en donde hacen negocios y fondos comunes de inversión, entre otras estrategias económicas para aumentar su patrimonio. Si un no-rico de 9.950.000 USD se quedara afuera del club, los miembros del club se estarían perdiendo de generar más inversiones e incrementar su riqueza con esa persona que quedó afuera, que al fin y al cabo tenía casi las mismas posibilidades que los demás de hacer una inversión suculenta. Lo más lógico para ellos es que la categoría de “rico” sea simbólica y el número arbitrario sea simplemente una referencia a tener en cuenta, y no una regla estricta.

Con el veganismo pasa algo similar. Si logramos sumar más gente que sistemáticamente consuma cada vez menos productos de origen animal aunque no lo hagan al 100%, entonces tenemos doble ganancia. Por un lado, reducimos la demanda de productos que implican sufrimiento y, por el otro, generamos más demanda de productos que no implican sufrimiento.

Dicho de otro modo, frente a un vegano, una persona que es 99% vegana contribuye casi de igual forma (o al menos muy comparable) en términos de reducción de perjuicio/sufrimiento/daño. ¿Por qué entonces nos esforzamos en diferenciarnos tanto? Nuestro club de pertenencia no debería ser tan importante como los resultados de nuestras acciones.

“Está bien para los que están en transición, pero no para los veganos”

Este es un ejemplo de frase que se enuncia en referencia a consumir un producto 99% vegano y la pongo de ejemplo simplemente para mostrar que en el fondo esconde una idea que considero perniciosa.

Si la fundamentación es “porque un vegano no consume productos de origen animal”, me parece que es una distinción algo irrelevante. En todo caso, puede ser útil sugerir una alternativa que sea libre de ingredientes de origen animal (aunque la ganancia sea pequeña), pero remarcar esta diferencia no hace más que reforzar la idea de que el veganismo es un club especial para quienes cumplen estrictamente ciertas normas de conducta.
Y si la fundamentación es “porque somos veganos y debemos dar el ejemplo”, entonces debemos pensar en qué ejemplo tiene más probabilidad de querer ser imitado en la relación costo/beneficio. Si nos ponemos como ejemplo de algo excesivamente minucioso, entonces siempre vamos a seguir siendo vistos como “ellos, los veganos”. Si creemos que es útil que un producto 99% vegano sea consumido como alternativa a uno 99% animal entonces podría ser perfectamente aceptable para “veganos” también. Eso también es dar el ejemplo. Incluso si personalmente no decidiéramos consumir ese producto lo mejor es no hacer esa distinción tan tajante: “Vos consumilo porque todavía no sos vegano. Cuando seas vegano como yo, por favor, no lo consumas”.

Conclusiones

Pongo estos ejemplos para invitar a la reflexión y que consideremos que todo no necesariamente debe ser blanco o negro; que en muchos casos con los grises podemos ganar más terreno en lo más importante/urgente y ajustar más fino a medida que vamos alcanzando una masa crítica de gente que entienda la problemática animal. No necesitamos carnets y credenciales de vegano sino más gente que elija mejor a la hora de consumir.
Esto no significa que debamos dejar de promover productos libres de sufrimiento animal. Por el contrario, siempre está bueno encontrar la opción de menor daño pero nuestro foco debe estar siempre en difundir las alternativas prácticas, aceptar algunas aunque no sean 100% ideales, y dejar de hacer tanto foco en lo que entra en la categoría de “vegano” y lo que no.

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Un blog sobre ética basada en la capacidad de sentir. Temas relacionados al sufrimiento animal, sensocentrismo, veganismo y activismo para mejor difusión.