Los escritores que veían YouTube

¿Te ha influido más Unamuno o el vídeo de Gangnam Style?

Oh! Digital culture
4 min readJul 25, 2017
Si vivimos en una cultura global, ¿por qué necesitamos una actriz blanca para un papel asiático? (Photo credit: Paramount Pictures International)

En la era de Google Translator, vídeos de gatitos que alcanzan instantánea fama mundial y bilingüísmo generalizado, donde todos vemos pelis en YouTube grabadas en la otra punta del planeta y leemos artículos originalmente escritos en chino o japonés, ¿por qué seguimos empeñados en agrupar artistas según su origen (cine de autor húngaro, escultura europea) o su lengua materna (literatura española, alemana, inglesa)? ¿No tiene más sentido hablar de generaciones de artistas a nivel global, agruparlos por afinidades, influencias, temas, estilos? (Yo propongo la gifgeneration y los youtubísimos).

Si preguntamos a cualquier escritor hispano actual por sus influencias, ¿no nos dirá que las series americanas y las novelas traducidas del inglés le han influido de manera mucho más directa que los clásicos de la literatura española o latinoamericana? Confesemos: la fuerza del mercado editorial anglosajón, su predominancia en el canon, la facilidad para encontrar traducciones de grandes obras disponibles en cualquier librería, la omnipresencia del cine y la cultura audiovisual estadounidense… nos desbordan.

Históricamente, la tradición asociada a una geografía y a una lengua tuvo sentido porque los artistas solo tenían acceso a un número limitado de obras. Los escritores, por supuesto, solo podían leer libros en su lengua materna, los que les llegaran traducidos y aquellos en los dos o tres idiomas que pudieran manejar. Sin embargo, en esta era global y de superabundancia cultural, no solo hay más traducciones profesionales disponibles en cualquier idioma de las que uno podría llegar a leer nunca, sino que hasta los aficionados se coordinan en la red para traducir sus textos favoritos.

En resumen, en esta era global la diversidad de las culturas tradicionales ha quedado encajada en un gran movimiento transnacional… que nos promete multiculturalidad pero más bien nos entrega un nuevo sabor del viejo imperialismo.

Cultura global y capitalismo

Hoy en día todas las expresiones y símbolos de naciones y etnias diversas se han integrado en la la red de la hipertecnología, el capitalismo global y el paradigma de una cultura internacional. La globalización cultural se suele ver como un fenómeno positivo de liberación , intercambio de ideas, enriquecimiento mutuo… pero todo esto se produce en un entorno de descentralización forzada por una economía mundial y sistemas tecnológicos impuestos de forma acelerada para fomentar industrias y comercios. Es decir, la unificación hacia una cultura global implica también, por defecto, el abandono a mera manifestación residual y exótica de diferencias nacionales.

La globalización cultural se suele ver como un fenómeno positivo de liberación , intercambio de ideas, enriquecimiento mutuo… pero todo esto se produce en un entorno de descentralización forzada por una economía mundial y sistemas tecnológicos impuestos de forma acelerada para fomentar industrias y comercios.

En otras palabras, aun en este mundo globalizado, el mercado anglosajón sigue siendo el más importante y el inglés su lengua de comunicación transnacional. De hecho, no es solo que la cultura estadounidense continúe ejerciendo una influencia excesiva en temas, perspectivas y estilos hasta hoy en día, es que todo lo anglosajón sigue siendo el término no marcado cuando se habla de cultura (el mercado entiende por defecto que se habla del canon anglosajón; si se habla de otras tradiciones, es inevitable ver títulos como “ciencia ficción de autores caribeños”, “fantasía de autoras asiáticas homosexuales”, etcétera).

Esta perspectiva tal vez irá cambiando en el nuevo mercado de la cultura global, pero lo cierto es que la transformación será compleja porque el mercado anglosajón sigue viviendo de espaldas a la producción original en otras lenguas: películas como Ringu necesitaron un remake estadounidense para ser presentables al público anglosajón; Ghost in the Shell acude al whitewashing de personajes orientales; en literatura, tras un breve boom de traducciones en los sesenta y setenta, los lectores y editores estadounidenses siguen esperando que sean los demás los que entren en el circuito de la lengua inglesa. Esto lleva a que, en la actualidad, el inglés se haya convertido no solo en lengua de lectura/visionado para los creadores hispanos, sino también de producción, ya que por exigencias del mercado cada vez más artistas eligen crear en inglés para incrementar sus oportunidades de acceder al mercado profesional.

La imagen será nuestra lengua común

Si la cultura es un concepto antropológico que solía estar ligado a una geografía y una lengua, la nueva cultura global se mueve en un paradigma cada vez más internacional: las tradiciones regionales van quedando en meras peculiaridades y que además debe ajustarse a las exigencias del inglés y del poderoso mercado capitalista anglosajón.

Sin embargo, la predominancia del inglés será, como no, solo una fase más. Istvan Csicsery-Ronay, Jr. augura que géneros popularess como la ciencia ficción global tendrá menos de forma textual y más de actitud específica hacia el mundo, y que los autores de tradiciones heterogéneas que están llegando al género aportarán concepciones narrativas variadas, formas de racionalización alternativas, concepciones del mundo premodernas que saltan directamente al posmodernismo… todo lo cual se traducirá en una expansión de la ciencia ficción clásica hacia la fantasía. Además, Csicsery-Ronay también augura que, por influencia de lo visual sobre las generaciones que se han educado en internet y no en los textos, la imagen sustituirá posiblemente al inglés como lengua común del futuro; todo ello en nuevas formas narrativas donde el videojuego y el cine se mezclarán con lo narrativo.

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