JAV 14: Experiencias — 2da Parte

Despegar Tech
Despegar Ingeniería
11 min readMay 27, 2022

Estamos en la víspera de la edición 15 de Jóvenes de Alto Vuelo, y creemos que es un momento apropiado para compartirles otras experiencias de personas que pasaron por nuestra última edición. Por qué? Porque creemos en el valor que aportan las vivencias de sus protagonistas para quienes aún no deciden si quieren formar parte de nuestro programa.

Ya les contamos sobre Ana, Fede y Javi. Y en esta ocasión les compartimos los relatos de Santi, Valentina y Aldo. Gracias por sus palabras!

Santi

Experiencia Santi

Etapa uno
No sé qué tan extraño es afirmar que un proceso de selección es disfrutable. Luego de una entrevista inicial y de una prueba online donde naturalmente ocurre que algunos siguen en el proceso y otros no, me tocó una entrevista técnica en la que me sentí muy a gusto y confirmé mis ganas de poder ser uno de los seleccionados para entrar en JAV. Lo primero que me dijo uno de ellos (Diego) fue: “si querés aprovechá a buscarte un vaso de agua o algo, porque vamos a estar un rato charlando, yo me voy a aprontar el mate”, eso ya me pareció copado, un trato humano y real. La segunda frase (de Nazareno) poco convencional para una entrevista de este nivel fue: “No vimos tu CV, así nos contás vos y vamos viendo”, atiné a pensar lo obvio, no lo vieron porque no tuvieron tiempo o algo parecido, pero después en el correr de la entrevista me di cuenta que era cierto, no me estaban midiendo “la chapa” de programador con el CV sino que me estaban conversando de igual a igual interesados en lo que yo hacía, estudiaba, mis hobbies, cómo pensaba las soluciones a los problemas, etc. Incluso en uno de los ejercicios que me plantearon no les pesó lo más mínimo reconocer y decirme que no estaban muy acostumbrados a utilizar el lenguaje con el que yo había resuelto el ejercicio pero que confiaban y les convencía mi explicación del código. Valoré mucho esa entrevista.

Etapa uno y medio
La espera. El resto del proceso de recursos humanos lo hice acompañado de Mariela, y aprovecho este espacio para dejar de manera pública mi agradecimiento para con ella. Yo hacía poco tiempo, dos o tres meses, había entrado en otra empresa de tecnología casi que al mismo tiempo en que había enviado mi CV para JAV. La primera entrevista que me pautó caía en mi horario laboral y casi que con vergüenza y culpa le pregunté si no había posibilidades de cambiarla a otro momento explicándole el contexto, entendió mi situación a la perfección y a partir de allí ella misma era la que se preocupaba por no interferir en mi trabajo y trataba de generar la menor complicación posible para poder seguir con todo el proceso.
Y un día, me llega un mail de ella para hablar unos minutos, me comunicó que estaba seleccionado (felicidad interna automática) pero…increíble, que “los muchachos” (Diego y Naza) le habían manifestado su preocupación porque no querían producirme falsas expectativas con relación a la empresa, esto debido a que yo soy estudiante de Ingeniería Eléctrica y no querían que yo pensara que iba a realizar tareas relacionadas y deje mi trabajo actual por eso. Repito, increíble, o al menos en mi corta experiencia nunca me había pasado algo similar. Me generó una risa automática pero de agradecimiento, yo eso ya lo tenía claro pero que ellos mismos se preocuparan por esos aspectos me hizo confiar más en la decisión de unirme a Despegar.

Etapa dos
Sin pruebas pero tampoco dudas, el mejor grupo de JAV de todas las ediciones. Y lo más raro, todo virtual gracias a la pandemia. Ninguno salvo un par de personas se conocían mutuamente, pero todos actuaban como que sí con la confianza y calidez desde el minuto uno. Lucio y Pablo liderando a la manada, como si fueran uno más, bancando el mostrador y atajando todas las preguntas e inquietudes sin esquivar ninguna.
En mi caso fue un aprendizaje continuo, más viniendo de otra área que no es la ingeniería en sistemas o computación. En todo el curso no hubo una clase en la que sintiera que no me servía, al contrario, en más de una sentía que iba atrás de varios que ya dominaban esos temas o los habían visto en sus facultades. Y aún así, preguntando muchas veces cosas seguramente obvias o triviales, nunca obtuve una respuesta a medias o desganada, todo lo contrario, siempre quien daba la clase tenía la carpeta suficiente para responder haciéndose entender y haciéndome entender, que es mucho más complicado.
Segunda mención y agradecimiento, a mis dos tutores que siempre se preocuparon por preguntar cómo venía con las clases, trabajos, etc. y se tomaron su trabajo con mucha dedicación.

Etapa tres
Con mucha “suerte” (no lo creo) me tocó ingresar dentro de Riesgo al equipo de Data y Machine Learning, que casualmente mi área de estudio es la de Procesamiento de Señales y Aprendizaje Automático. Dudoso, que justo me asignen a un equipo que trabaja en temas de mi interés, gracias también por eso.
Desde mi jefe hasta mis compañeros me dieron la mejor bienvenida, como si me estuvieran esperando desde hace tiempo y contentos de que al fin llegue al equipo. Hasta este momento en que escribo esto sigo inundando los chats y salas con preguntas y en todas obtengo ayuda y respuesta. No sé en cuántos trabajos sucederá lo mismo, pero jamás me había pasado que mis aportes sean considerados tan valiosos como los de alguien con más experiencia, y no solo mis compañeros, jefes, jefes de mis jefes, o cualquier persona. Esas señales de aceptación y respeto valen tanto o más que lo que uno pueda aprender y desarrollar técnicamente en una empresa de estas dimensiones. Y hablando de esto último, la sensación es que no veo un tope para poder evolucionar como profesional en Despegar. Posiblemente porque no lo haya.

Epílogo
Estuve un rato tratando de ordenar y sintetizar las ideas mirando el documento en blanco antes de escribir esto. Estoy seguro que omití involuntariamente en este relato muchas otras reflexiones y experiencias, y por eso quiero aclarar que de lo que se desprenda en los párrafos anteriores, estén seguros que faltan varias y todas ellas igual de positivas.

Valen

Experiencia Valen

Faltaban alrededor de 2 o 3 días para el cierre de la convocatoria de JAV, cuando de casualidad vi el link de la postulación en un grupo de la facu. Hacía poco que había comenzado mi primera búsqueda laboral, así que se veía como la oportunidad perfecta. De todas formas, me lo tomé bastante relajado, ya que dada la magnitud que luego vi que tenía, honestamente no me veía siendo una de las seleccionadas.

Así fueron pasando los días, semanas, meses. Confieso que a medida que iba transitando las distintas instancias de evaluación, me fui sintiendo cada vez con un poquito más de confianza. Ahora se empezaban a hacer recurrentes los mails de invitación a una nueva etapa. ‘¿Y si en una de esas…?’

Imagen del mail felicitando por el avance en el programa

Era viernes a la tardecita. Miro mi teléfono, y me estaba llamando la chica de recursos humanos con la cual había hecho todo el proceso de selección, ‘¡Bienvenida Valen!’. No lo podía creer. Entre toda la gente que se postuló ¡Me habían elegido a mí!

Finalmente llegó el esperado 9 de agosto. Estaba super ansiosa por arrancar, aunque con los clásicos nervios que aparecen antes de encarar algo nuevo. Destaco que desde el primer día, se sintió la organización, ganas y esmero que hubo detrás del programa. Personalmente, bastantes temas fueron nuevos para mí, pero gracias a la predisposición de todos a dar una mano (tanto de parte de los chicos que nos daban las clases como de mis compañeros) puedo afirmar que estos meses aprendí muchísimo.

Hoy en día, me encuentro trabajando en el equipo al cual se me designó dentro de la gerencia de Loyalty, y más allá de que JAV haya terminado ya hace un tiempo, siento que igualmente continuo aprendiendo cosas nuevas todos los días. Mirando hacia atrás, puedo asegurar que sin dudas me llevo una gran experiencia. ¡Gracias a todos los que formaron parte para que así sea!

Aldo

Experiencia Aldo

La primera experiencia laboral como Desarrollador de Software: una frontera intimidante, ¿necesariamente?
Podría afirmar casi con total seguridad que la mayoría de los que un día decidimos comenzar a dar nuestros primeros pasos profesionalmente como Desarrolladores de Software, tuvimos que lidiar con esa frontera que nos intimida a la hora de dar el salto desde el mundo académico al entorno profesional.

Independientemente de las skills que hayas desarrollado y del conocimiento que tengas, es posible que llegada la hora de aplicar al primer empleo como Dev varias dudas te asalten: ¿podré integrarme con agilidad suficiente a un equipo ya establecido?, ¿y si utilizan tecnologías que aún no conozco?, los proyectos tal vez sean considerablemente más grandes que todo lo que desarrollé hasta ahora ¿cómo lo manejaré?, entre otras.

En este artículo pretendo explicar de primera mano por qué considero que Despegar ha encontrado la forma mediante el programa de Jóvenes de Alto Vuelo de lograr que ese camino no solo sea amigable, sino que se convierta en un círculo virtuoso entre el desarrollador que recién comienza y los equipos que le recibirán.

Pero antes un poco de contexto:
Ingresé a Despegar en 2017 en una posición no técnica en las oficinas de Uruguay, pero donde pude aprender bastante del negocio.
Luego de un tiempo en la compañía y atraído por el universo de los medios de pago comencé a desarrollarme como Product Owner en el equipo de Payments, posición que me acercó mucho más al equipo de IT, mientras continuaba la carrera académica en sistemas.

Al lanzarse la 14va edición de Jóvenes de Alto Vuelo (alias “la escuelita”) se sumó una nueva oficina al proyecto: Uruguay. (Para saber más sobre esta gran iniciativa se puede consultar este artículo de Leo Cesario, uno de nuestros mentores en JAV, que lo detalla muy bien).
Me pareció una oportunidad interesante para dar mis primeros pasos como Desarrollador en el ámbito laboral. Tras plantear a mi líder de Producto la intención de participar en dicho programa y comenzar mi transición a Desarrollo, recibí una respuesta que es constante en la cultura de Despegar cuando del crecimiento y desarrollo de los colaboradores se trata: Si!

Así comenzó mi proceso en un programa que allanaría el camino para convertirme en Dev profesionalmente y me dejaría un sin fin de enseñanzas.

La 14va edición de Jóvenes de Alto Vuelo enfrentaba un desafío nuevo que no se había presentado antes: se dictaría 100% remoto en un contexto de pandemia.
Sin embargo, esto no significó un problema en el aprendizaje de quienes transitamos el proceso. Por el contrario, el equipo de mentores supo aprovechar la oportunidad para adicionar mejoras. Por ejemplo, contar con un respaldo de las ponencias en video para consultar más tarde en caso de que deseáramos profundizar en un tema o repasar conceptos, uso de salas de chats organizadas por hilos temáticos donde podríamos volver a revisar discusiones pasadas, entre otras.

Lo primero que sorprende al pasar por JAV es que todas las clases son dictadas por desarrolladores de la compañía desde su área de expertise y no por personas ajenas al negocio en que luego te deberás insertar. Esto es clave, porque el proceso de aprendizaje en JAV va más allá de tecnologías que pueden aprenderse por cuenta propia, sino que profundizan en formas de trabajo, buenas prácticas que los equipos de élite de Despegar utilizan tras mucho tiempo de experiencia y otro tipo de enseñanzas, más allá de lo técnico, que harán nuestro día a día más productivo. Un ejemplo de esto último es la gestión del tiempo y el ritmo de trabajo para que la jornada sea productiva, a la vez que motivadora.

El hecho de que las clases durante el proceso sean dictadas por desarrolladores de la compañía nos permitió además generar cierta cercanía con colaboradores que luego se convirtieron en compañeros de equipo o con quienes de alguna u otra forma compartimos proyectos una vez fuimos asignados a nuestros roles finales. Esto te transmite mucha confianza cuando recién comienzas, te sientes bastante acompañado.

Por otra parte, en cuanto a la enseñanza técnica, no sólo recibimos un entrenamiento general sino que también se hace foco en aquellas tecnologías que más se utilizan en la compañía y que se convertirán en skills muy útiles en nuestro día a día. Así se genera una base de conocimiento que derriba en gran medida algunas de aquellas dudas que planteaba al inicio del artículo.
En el mismo sentido, otro detalle destacable que como JAV aprecié, fue que las distintas ponencias técnicas estuvieron estratégicamente ordenadas para que el conocimiento sea incremental y el desafío ajustado a cada etapa en el proceso de aprendizaje. Esto me resultó especialmente interesante, dado que es clave para evitar la frustración en los participantes, ya que recibimos desafíos con una dificultad acorde a la etapa que transitamos y no superior.

Reafirmando el proceso pedagógico, tras cada píldora de información que recibimos, nos enfrentamos a pequeños desafíos prácticos que ponían a prueba lo aprendido. En estos casos, siempre se apuntaba a la discusión en pequeños sub equipos, como si de un simulacro de un día en un equipo de Desarrollo se tratara. Discutir con compañeros distintas soluciones a un mismo problema resultó ser una parte casi tan educativa como las ponencias mismas.

Contar con ponentes de altísimo nivel en cada clase, personas que ya transitaron el camino que ahora nosotros comenzamos, fue sumamente enriquecedor. Mentores que más allá de su nivel de experiencia simplificaron sus ponencias a lo más básico y trivial si era necesario para que un concepto sea comprendido por todos los participantes, evidenciando una premisa que durante todos estos años siempre percibí en el ADN de Despegar: sin Juniors no hay Seniors.

Una vez finalizado el proceso de Jóvenes de Alto Vuelo pusimos a prueba lo aprendido en un proyecto de mayor porte que los prácticos diarios (muy entretenido por cierto). Cada uno de los participantes contaba con un mentor que nos acompañó durante esta etapa, no para solucionar problemas que ya podríamos solucionar por nosotros mismos, sino para enriquecer y complementar la solución haciendo de guía cuando era necesario.

El siguiente paso fue la asignación al que sería de ahora en más nuestro nuevo equipo de Desarrollo.
Llegado este punto la gran mayoría de las dudas que planteaba al inicio del artículo habían desaparecido. Lo que al principio parecía una barrera a superar, ahora se veía como un pequeño paso más a dar, en armonía con el proceso que ya había comenzado unos meses atrás.

Si bien el aprendizaje continúa siempre (y esa es una de las virtudes de esta profesión) los siguientes pasos se dan con mucha más seguridad. Te integras a un equipo del que conoces su forma de trabajo, sus tecnologías, su cultura, un equipo donde te sientes cómodo desde el inicio.

Jóvenes de Alto Vuelo demuestra que la primera experiencia en IT no tiene por qué ser una frontera intimidante, cuando puede ser un camino armónico y repleto de aprendizaje.
Una razón más que convierte a Despegar en un lugar excepcional para crecer y desarrollarse profesionalmente, un negocio tan amplio que ofrece desafíos apasionantes a profesionales de cualquier nivel de experiencia y motiva a hacer que las cosas pasen.

Despegar — Jóvenes de Alto Vuelo — Somos Escuela

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