Los 4 grandes mitos de la Inteligencia Artificial

Rodrigo Sandoval
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5 min readSep 1, 2017

Personalmente me involucré con la Inteligencia Artificial (IA) en la década del ’90, cuando se venía recién saliendo del llamado “invierno de la IA”. En ese entonces, y no hasta hace muchos años, hablar de IA era atípico. Sonaba todavía a un experimento académico; nada que pudiera tener relevancia en el día a día de las personas.

Hoy, en mi percepción, hay una furia mediática, muchas veces desvirtuada, que habla permanentemente de la inteligencia artificial y cómo nos afecta como ciudadanos.

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Como profesional de ciencia de la computación, me veo en la posición de intentar despejar algunas percepciones erradas que se han ido generando, con la idea de mejorar el entendimiento de las virtudes y limitaciones de las nuevas tecnologías, como ésta, ofrecen realmente. Las resumo en los siguientes 4 mitos.

Mito 1 — La IA es una Nueva Tecnología

La inteligencia artificial es una rama de la ciencia de la computación, que desde la década de 1950 ha ido desarrollando técnicas para resolver, gracias a computadores, problemas que tradicionalmente requieren inteligencia humana para ser enfrentados.

El auge moderno de estas técnicas se debe a que se han logrado grandes avances prácticos en los últimos años, en que la capacidad computacional accesible (servicios en la nube, computadores y dispositivos personales de mucho mayor potencia), pero especialmente la cantidad de información disponible (Big Data), ha permitido explotar drásticamente las técnicas de aprendizaje de máquina o aprendizaje automático.

Por ej, un chatbot, que actualmente permite a un usuario resolver una serie de dudas respecto a un producto o servicio, puede operar gracias a todo el entrenamiento que se ha hecho en interpretación de lenguaje natural, el cual se basa en una fuerte capacidad computacional y cientos de miles de ejemplos de referencia.

Mito 2 — La IA es una versión tecnológica de la inteligencia humana

Nada puede ser más lejano de la realidad y el desarrollo de estas técnicas sigue la misma idea que, por ejemplo, permitió a nuestra civilización conquistar el vuelo: cuando se dejó de imitar el vuelo (aleteo) de las aves y se estudió la aerodinámica, se pudo desarrollar lo que hoy conocemos como avión.

La inteligencia artificial moderna engloba una serie de técnicas y algoritmos que permiten resolver problemas puntuales, no necesariamente de la misma forma en que los resolvería una persona.

Más aún, el gran auge de inteligencia artificial que vemos hoy en día se centra en soluciones de lo que se conoce como Inteligencia Artificial Estrecha o Débil, en que cada solución es capaz de resolver un problema puntual, pero no varios problemas diferentes.

Por ejemplo, el reconocido AlphaGo, desarrollado por Google Deep Mind es un notable ejemplo de la capacidad moderna para resolver problemas que se pensó tomaría un par de décadas más en resolverse, por la complejidad del juego Go, pero esa misma tecnología no es capaz de reconocer un perro en una foto, o entender lo que cualquiera de nosotros le podría decir en lenguaje natural.

Existen iniciativas en el desarrollo de la IA General o AGI, por sus siglas en inglés, que apuntan a desarrollar tecnología que logre acercarse a lo que los humanos entendemos como inteligencia real, pero aún no se ve cerca lo que podríamos identificar como un “humano inteligente artificial”.

Mito 3 — El desarrollo de la IA moderna va a hacer que se pierdan muchos empleos básicos

Se habla de que el desarrollo actual de la IA es una nueva revolución industrial. Y como en las revoluciones industriales anteriores, inevitablemente habrá cambios de efecto social. Parte de esos cambios será la desaparición de diversos trabajos que hoy se consideran parte del día a día. Incluso esta semana escuché en radio a gente del mundo político preocupados por cómo enfrentar la posible transición.

Pero la realidad no es tan apocalíptica.

Personalmente, creo que hay que ser algo más práctico, antes de entrar en pánico y que cada uno averigüe si su empleo será tomado por robots en un futuro cercano. Yo sé que resulta fácil decirlo desde la vereda de la tranquilidad en relación a mi profesión, pero parte de esa tranquilidad sale mi permanente motivación de ser más bien un investigador, más que sólo un programador de computadores, cuyas tareas más básicas están siendo reemplazadas en Google y también en nuestra empresa R:Solver.

En la práctica, se espera que varios empleos sean efectivamente reemplazados por automatización, como ya ha ocurrido antes, pero también se espera que las personas que sean reemplazadas, tengan la oportunidad de enfocarse en nuevas tareas, que tienen el valor agregado de ser realizadas por un humano.

Un par de ejemplos.

Un operario de call center o de telemarketing sin duda será reemplazado por un chatbot u otra tecnología. Pero un profesor o instructor, en que se requiere conocimiento y, especialmente, experiencia para lograr sus objetivos, difícilmente podría ser reemplazado por una máquina en un plazo cercano.

Un ejemplo curioso. Los empleados de un local de comida podrían verse salvados por un tiempo, por dos razones: su bajo costo y la preferencia de los consumidores en ser atendidos por una persona antes que por una máquina, pero las tareas de asignación de trabajo y programación de turnos y tareas que realizan supervisores de primera línea, pueden ser perfectamente automatizadas, además por un costo mucho menor.

¿Otro ejemplo obvio? El conductor de un camión.

En resumen, hay empleos que desaparecerán en el corto plazo, pero como sociedad, estamos ante la real posibilidad de transformar muchos de estos empleos en alternativas de mayor valor.

Mito 4 — La IA es peligrosa y no es controlable

El famoso y respetadísimo Elon Musk ha manifestado los peligros del desarrollo descontrolado de la IA, al igual que Bill Gates y Stephen Hawking. Más allá, otros personajes como Sam Harris y Jay Tuck han expuesto una serie de peligros, mientras que otros como el reconocido gurú de la ingeniería de software, Grady Booch, tiene una posición diferente.

Personalmente, como dedicado investigador y desarrollador de este tipo de tecnologías, veo que hay mucho pánico infundado. El desarrollo actual no va siguiendo los pasos de Skynet, ni nada por el estilo.

Pero efectivamente hay un peligro, real, vigente, y actual, que quienes recuerdan la película ochentera “Juegos de Guerra”, protagonizada por Matthew Broderick, podrían asimilar rápidamente. Se trata de darle a la IA el poder de tomar decisiones de alto calibre, como — por ejemplo — en escenarios y condiciones de guerra, tal como el mismo Jay Tuck lo explica en su charla de tecnología y armamento.

Al final, es evidente que no es la tecnología la que es inherentemente peligrosa para la humanidad, sino que el uso que la humanidad hace de ella.

Por lo mismo, no entender realmente las características de la tecnología es lo que nos lleva a que unos pocos puedan tomar decisiones, a pesar del resto.

Por mi parte es éste mi mensaje central: entendamos lo que hace y no hace la tecnología, para que podamos — políticamente hablando — tomar las decisiones correctas como sociedad.

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Not quite rants, but opinions and analysis about high tech and innovation

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Written by Rodrigo Sandoval

Published photographer, author and computer scientist, based in Santiago, Chile