– Algunas veces me llama tan poderosamente la atención el canto de ciertos pájaros cerca de mi ventana.
– Me encanta usar el canto de los pájaros para confirmarte mi presencia.
– 😳
– 😀
– A veces me sorprende la cantidad de información que llega a mí y sin duda me transforma.
– Tú lo pediste.
– Sí. Lo sé. Pero no deja de sorprenderme.
– Hay veces en que siento que… ¡necesito tanto hablar contigo!
– A mí me sorprende por qué simplemente no empiezas en ese instante.
– A veces me entra tristeza y frustración de que la gente no entiende el gran daño que se hace aún cuando le enseñas, por ejemplo, cómo ciertos alimentos favorecen enfermedad.
– Comprueba y acepta cómo nadie puede enseñarle nada a nadie. Tu tristeza y…
Los días.
– Un día vamos a morir
– Y todos los demás no.
El dolor físico.
– A veces me duele aquí…
– Sí, te tienes que atender, pero tú mejor que nadie sabes que desde hace mucho tiempo te advertí que debías cuidar de tu salud y mejorar tus hábitos. Te envié muchos mensajeros y varias señales. Si tu cuerpo empieza a manifestar dolor físico, de verdad que…
Qué hacer.
– A veces no sé qué hacer
– En ese momento habla con alguien e invítale a salir, tan solo a caminar juntos y dialogar, a tomar un café. Verás que grandioso hacer es eso.
Llamar.
– A momentos la extraño mucho, y es que la quiero tanto…
– ¿Y que te parece si mejor le llamas en ese momento y se lo dices?
Ver.
– ¡Déjame ver lo que yo quiera!
– Entonces apaga ese televisor.