Si te sientes en picada, lee esto

Santiago Valdés
Crying Man (Esp)
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9 min readJul 31, 2020

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Photo by Taylor Young on Unsplash

Gracias a COVID, virtualmente todos tenemos alguna complicación psicológica. Entre más se extiende la pandemia, más me toca escuchar en mis pláticas virtuales a la gente sin ánimos, harta de no poder salir de sus hogares, perdiendo la esperanza con el futuro, y/o deprimida de alguna tragedia que esta situación haya traído. Tanto psicólogos como plataformas de ayuda mental han visto un incremento sustancial durante esta temporada.

Independientemente de si crees que eres de los más afectados o privilegiados durante esta etapa de la humanidad, probablemente compartes al menos parcialmente este sentir de ansiedad, depresión, deficiencia anímica, etc. Y es algo completamente normal, dado todos los muy interesantes retos que esta pandemia nos ha puesto enfrente.

Lo que quiero discutir en esta entrada es una mentalidad que puede ayudarnos a salir adelante. Esto lo propongo después de meses de sentirme en bajada, y semanas de notar mejoras. Este conjunto de observaciones te ayudará a tu resiliencia, y espero te ayude llegar a donde quieres estar de forma eficiente.

Cómo empecé a decaer

Verán, cuando empezó la pandemia en mi región, para mí que estoy acostumbrado a recurrir a la tecnología para cosas cotidianas (como muchos de mi generación), la dolencia era más que nada no poder ver a mis amigos y a mi novia por un tiempo incierto. Aunque molesto, no era algo crítico. Con tanto trabajo en manos estaba hasta algo contento con ganarle horas al día al no tener que vivir el tráfico, al poder levantarme directo a trabajar, al reducir las interacciones no productivas en la oficina, entre otras cosas que ahora extraño y veo que aportaban a mi salud mental.

No obstante, después de 4 meses de cambios drásticos en la dinámica de mi vida, e incluso considerándome privilegiado dentro de la pandemia, hoy puedo decir sin miedo a equivocarme que este año he experimentado mi peor estado psicológico en toda mi corta vida. Haciendo un poco de introspección, veo que esto me agarró de sorpresa por las señales que no pude ver en su momento y que me llevaron “lento pero seguro” a quebrarme.

Una analogía que te puede servir

Hace unos meses, una amiga tuvo un ataque de pánico. Acababa de regresar a México, interrumpiendo su intercambio académico por COVID. Aquí buscó ayuda y los ataques habían parado. “Iba tan bien, pensé que había mejorado…”, decía mientras hiperventilaba, habiendo perdido la fe en su progreso. “Vas muy bien, no puedes esperar de un día para otro estar libre de un problema que lleva meses presente. Lo importante es que sigues mejorando y con el tiempo pasará…” le dije. Pareció ayudar, pues además le puse un ejemplo con un problema propio de insomnio crónico, cosa que le hizo ver que no está sola en estas situaciones.

Ayer, cuando decidí escribir este blog, pensaba en cómo podría ilustrar lo que me pasó, y lo que me está pasando. No soy psicólogo, pero partiendo un poco del “fake it till you become it, y simplificando mucho nuestro funcionamiento neuro-psicológico, pensé en esta analogía:

Imaginemos que nuestra salud mental es esta esfera que ponemos en una rampa. Conforme movamos la inclinación de la rampa, la esfera cederá a la gravedad, acelerando su paso entre más dejemos que siga una misma ruta. Ahora pensemos en los soportes que dan inclinación a esta rampa. Si ponemos soportes de la misma altura en ambos lados, la rampa no tendrá inclinación y la esfera no se moverá, pero conforme creamos un diferencial entre el soporte inicial y el final de la rampa, logramos que la esfera ruede hacia cualquiera de las dos direcciones.

De modo que, observando la escala simplificada que va desde “ciclo vicioso” (donde sentimos que empeoramos, de acuerdo con nuestros propios parámetros) hasta “ciclo virtuoso” (donde mejoramos), lo que todos queremos es generar situaciones y hábitos constructivos que inclinen la rampa y muevan la esfera de salud mental hacia el lado derecho. Entonces tenemos dos tendencias con esta analogía: tendencia al vicio mental y tendencia al crecimiento mental.

¿Y por qué me serviría esto?

“El hombre que mueve montañas comienza cargando las piedras más pequeñas”

- Confucio

Pensando en esta analogía, me queda muy claro lo que me pasó a mí: sin darme cuenta, el COVID-19 (y otro tanto de problemas que corrieron paralelamente) agregaron altura en los soportes del lado derecho, inclinando levemente la rampa y deteriorando mi salud mental sin que me diera cuenta.

Noten cómo lo que más importa en el largo plazo es la tendencia (flecha amarilla). Como buen millennial, una vez entendiendo que estaba en el fondo del pozo que cavé, quise salir con unas cuantas búsquedas en Google, sesiones de llanto frecuentes, melatonina, tres sesiones de mediocres de meditación, y muchas quejas. Básicamente, quise (como muchos) hacer esto:

No importa si llegaste ahí gradualmente como yo, o súbitamente como muchos otros. La realidad es que es algo bastante intimidante el darte cuenta de que te encuentras en un ciclo vicioso. Especialmente cuando no viste la tendencia a tiempo. Y más aun cuando decides hacer algo al respecto y no logras el salto cuántico que esperabas. “¿Qué me pasa?”, “yo no soy así”, “¿por qué hice/dije eso?”, “normalmente yo…”. Asusta. Y, por cierto, no importa si crees que este miedo está justificado o no. Tienes derecho a sentirte como te sientes. Sin embargo, así como para tumbarnos el COVID tardó días, semanas, meses… nosotros también tenemos que tomarnos nuestro tiempo con acciones que “lento pero seguro” nos va a llevar a sentirnos mejor.

Si queremos lograr mover nuestra esfera mental hacia el ciclo virtuoso, tenemos que buscar dos tipos de esfuerzos:

1.Frecuencia alta, impacto moderado

Busca cosas que puedas hacer diariamente e incrementen tu energía. Empieza con lo más fácil para ti en la lista. Esto lo podemos ver como cosas que podrían ser parte cotidiana de tiempos “pre-covid”, o adaptaciones a las reglas del juego impuesto por el virus. Aunque para cada quien será diferente, aquí hay algunos ejemplos que se me ocurren en esta categoría:

  • Buenos hábitos: ya sabemos cuáles son. Dormir/levantarse temprano, sí desayunar, terminar el trabajo temprano en el día (quítate estrés), comer saludable, la lista sigue y sigue.
  • Ejercicio: lo sé, no es lo que muchos queremos escuchar cuando estamos decaídos. Perdón.
  • Lectura: cualquier cosa que alimente a nuestro cerebro nutritivamente. También identifica el efecto de las noticias en ti. Insisto, hay que ser cautelosos de qué información le damos al cerebro hoy en día. Si ver noticias te sirve, excelente. Si solo te mal vibra, mejor buscar un alimento mental constructivo.
  • Escritura: no tiene que ser un blog ni un libro, pero la literapia a mí me funciona excelentemente. Empieza un diario, o solo escribe cuando te sientas abrumado. Aunque no es necesario, algo de estructura hará esto más efectivo.
  • Meditación: personalmente, he revisado Headspace y a Juan Lucas, pero hay miles de recursos en esta área.
  • Trabaja al aire libre: si tienes oportunidad de recibir luz solar, la vitamina D puede ayudar. Ponte bloqueador.
  • Terapia psicológica: es algo muy positivo (con o sin problemas mentales fuertes), y ya no me toca ver el tabú hacia buscar a un psicólogo. Pero no está de más decir que se pueden aprovechar las sesiones virtuales para ahorrarse la pena que algunos puedan sentir de pedir ayuda. Hay soluciones relativamente económicas para esto. Y a mí me ha ayudado mucho.
  • Busca a tu red: háblale a gente con la que hayas perdido contacto. Busca tantos amigos como puedas, y haz unos nuevos. Platícales lo que te pasa, y escucha su lado también. Verás que estás acompañado. Si de algo sirve, estoy disponible para platicar.
  • Agradece: busca lo que puedes agradecer a tu alrededor. Está comprobado que, así como el ser servicial, el ser agradecido está correlacionado con la felicidad. Te ayudará a recibir lo que sea que venga con una predisposición positiva.
  • Aprende “algo”: lo que sea. muchos de nosotros nos sentimos bien cuando sentimos que mejoramos o tenemos un propósito. Si bien, esto servirá como terapia ocupacional, también ayudará a darle un poco más de sentido a la situación.

Como estos, hay muchos otros ejemplos. Empieza con el que más sencillo te parezca. Lo importante es tener consistencia en este tipo de esfuerzos. No digo que todos los días repitas lo mismo, pero sí que constantemente busques hacer algo de tu lista. Recuerda, necesitamos darle soporte a nuestra rampa, no darle un golpe una vez para que la bola brinque y regrese después de unos días a su lugar original.

2.Frecuencia baja, impacto alto

Con esto me refiero a cosas más especiales que puedan darnos un buen boost de energía.

  • Vacaciones en casa
  • Alguna cena especial en familia
  • Compras para consentirte
  • Sesiones masivas de videollamada
  • Asiste a un concierto virtual
  • Un día sin pantallas

Repito, el hecho de que sean cosas de alto impacto no significa que nos llevarán a sentirnos al 100% de golpe, pero le imprimirán algo memorable a los días, para que no se mezclen entre sí. Además, ayudará a tener algo que esperar, y agregará diversidad a las conversaciones. ¡La vida no se detiene, solo hay que ponerse creativo!

Conclusión

Personalmente, me tomó más de un mes de hacer alguno de estos cambios para notar mejoras.

Independientemente de lo que decidas hacer, acéptate y perdónate: todos estamos pasando por algo. Date la oportunidad de sentir lo que sea que estás sintiendo, y tener las deficiencias que sientas que tienes. Es y eres normal, y a la vez muy especial.

Personalmente, me tomó más de un mes de hacer alguno de estos cambios para sentir que estaba mejorando. Y todavía tengo días muy malos. Sin embargo, pensar que estoy mejorando y ver los resultados es lo que me da paz. No puedo esperar tener puros días de arcoíris de aquí en adelante. Este no es el caso ni en un estado de ciclo virtuoso. Pero sé que estaré mejor porque sé que mi esfera mental va en la dirección correcta gracias a la perseverancia.

Aunque el camino tome tiempo, los resultados son notorios relativamente rápido cuando los estás esperando. Los cambios que he notado van desde mejorar el sueño y reducir la agrura estomacal, hasta sentirme feliz y con esperanza al enfrentarme a situaciones que solían tumbarme. Puede no ser mucho, pero son precisamente este tipo de mejoras sutiles (por más insignificantes que parezcan) las que nos dan las bases para retomar el control de nuestra salud mental.

Entonces, para recapitular:

  1. Pregúntate qué tendencia estás apoyando con tus decisiones diarias. ¿Dónde agregan soportes en la rampa? ¡Intenta identificar la tendencia en sus inicios!
  2. Mentalízate: no va a suceder de la noche a la mañana. Pero si quieres mover esa montaña, empieza por lo que sí puedas hacer. Si sabemos que esto, como todo, pasará, más vale ayudarnos a seguir disfrutando el camino.
  3. Elige algo de la lista que te guste, y hazlo: la solución es hacer algo al respecto, por más mínimo que sea. No paralizarse. Yo sé que intimida ver el tamaño del problema, pero la solución será la misma. La acción generará progreso, el progreso seguridad, y la seguridad, más acción. ¡Muévete al ciclo virtuoso!
  4. Si en algún momento te sientes abrumado incluso después de hacer cambios, solo recuerda que llevas el ángulo correcto hacia la neutralidad y hacia el ciclo virtuoso. SÍ está funcionando, SÍ vas a llegar, y SÍ lo estás haciendo bien.

Con cariño,

Santiago.

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Santiago Valdés
Crying Man (Esp)

Management Consultant and lifetime Drummer, passionate of the different forms of expression and the everlasting social instrospection and improvement.