Stablecoins: La solución a la volatilidad de las criptomonedas (Parte 1)

CTF Capital
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7 min readNov 12, 2018

Entre 2009 y fines de 2018, el mercado cripto paso de no existir a ser una industria valuada en más de 200 miles de millones de dólares. Le llevó diez años a esta nueva tecnología en lograr dar el paso de ser un mero grupo de especialistas, hackers y otros pocos interesados a una comunidad global consolidada. La atención de los principales medios de comunicación ha comenzado a centrarse en esta industria y cada vez más personas ya saben al menos lo que significa un Bitcoin..

Sin embargo, cuando analizamos la cantidad de usuarios reales de criptomonedas se estima que sólo 20 millones de personas alrededor del mundo utilizan algún tipo de criptomoneda, y casi todos lo hacen de forma especulativa o solo comercializando activos en los exchanges más populares. Algunas estimaciones indican que solo un millón de usuarios utiliza realmente las criptomonedas para otra cosa que no sea la inversión meramente especulativa. Para que la industria se asiente y podamos afirmar que “llegó para quedarse”, resulta imprescindible que pueda atraer nuevos usuarios y sumar nuevas funcionalidades.

Si consideramos que internet tiene 4 miles de millones de usuarios diarios y consideramos que a la blockchain como una extensión de internet, podríamos inferir que el potencial de crecimiento de la blockchain en términos de adopción es extremadamente alto.

Cantidad de cuentas activas por dia (valor medio)

Se ha hablado mucho de las ventajas tecnológicas, políticas y filosóficas de la descentralización, pero tenemos que tener cuenta que ese discurso, por más de ser válido, atrae solo a un nicho muy específico de usuarios. Para apuntar a una adopción masiva, blockchain tiene que presentar soluciones prácticas, simples y sostenibles en el tiempo a los problemas del dia a dia de la gente.

Un conjunto de soluciones para atacar diferentes problemas que presenta el ecosistema “cripto” ha empezado a aparecer: desde nuevos tipos de tokens como NFTs , hasta soluciones de escalabilidad como Lightning Network en Bitcoin o Casper en Ethereum. Las “stablecoins son unas de estas soluciones que pueden atraer nuevos usuarios.

Las stablecoins, como lo indica su significado en inglés, son tokens que buscan tener un precio estable a lo largo del tiempo. Para lograrlo, suelen utilizar el respaldo de un activo en conjunto con un sistema algorítmico de política monetaria específica para regular el control de la emisión y quemado de tokens.

El mercado total de stablecoins en la actualidad ronda los US$ 3 miles de millones, lo cual representa cerca del 1.5% del mercado total de criptoactivos.

Lo que difiere en cada stablecoin es el formato utilizado para garantizar la estabilidad del precio. Mientras algunos tokens utilizan como colateral activos tradicionales como dólares u oro, otros proyectos utilizan otras criptomonedas e, incluso, otros buscan basar su precio en la confianza en la tecnología y los algoritmos que regulan la emisión. En el siguiente artículo estudiaremos el problema de la volatilidad, así como también los diferentes tipos de stablecoins que se encuentran hoy en el mercado.

El problema (?) de la volatilidad

Uno de los principales problemas que puede presentar cualquier sistema económico (ya sea tradicional o “cripto”) es una volatilidad excesiva. Para que un sistema pueda crecer los actores deben ser capaces de planificar ahorro o inversiones en el mediano y largo plazo y, para ello, resulta fundamental contar con cierta estabilidad que les de seguridad.

Esto no significa que la volatilidad deba ser nula, sino que debe entrar dentro de ciertos parámetros que permitan un crecimiento estable, sostenido y, principalmente, predecible.

Si observamos las economías tradicionales, podemos observar que cuentan con dos tipos de ciclos: expansionarios y regresivos. Analizándolos desde el punto de vista de un inversor, podemos considerar que los primeros son aquellos en los cuales la disponibilidad de crédito aumenta, permitiendo la expansión de la economía. Generalmente, este efecto tendrá vigencia hasta que las inversiones no sean capaces de generar los rendimientos esperados. En ese momento, los inversores empezaran a retirar sus ganancias, lo que llevaría a una contracción en la disponibilidad y toma de crédito y, consecuentemente, a una caída del mercado hasta que el sistema alcance un mínimo (recomendamos ver esta explicación de Ray Dalio sobre los ciclos económicos).

En la actualidad, el mercado cripto presenta una volatilidad considerable, quizás propia de una economía basada en una tecnología cuyo ciclo de adopción está en sus inicios. Las principales criptomonedas vienen presentando grandes fluctuaciones que, año a año, se van reduciendo, pero que no por eso dejan de ser relevantes . Durante lo que va del 2018 Bitcoin tuvo una fluctuación diaria cercana al 5% la cual, si bien es considerablemente menor a la volatilidad de años anteriores, sigue siendo muy alta en comparación a otros activos tradicionales. Por ejemplo, la relación USD/EUR solo cuenta con un desvío estándar promedio menor al 1%.

https://www.buybitcoinworldwide.com/es/indice-de-volatilidad/

Esta volatilidad es lo que hace tan tentador a este activo para traders y especuladores, ya que gracias a ella pueden generar ganancias extraordinarias comprando y vendiendo con un timing adecuado. . Sin embargo, esta volatilidad también impide la planificación de negocios a mediano o largo plazo y espanta a inversores cuyo objetivo principal es la reserva de valor y el ahorro.

En esta etapa de desarrollo uno puede pensar en las cripto como si fuesen una moneda latinoamericana. Durante este año el peso argentino, ha presentado una devaluación de casi 60%, o el real brasileño, con casi un 20%.

Esto no significa que las monedas como el Dólar o el Euro no presenten volatilidad. De hecho, en lo que va del año la tasa de cambio USD/EUR se movió casi un 13%. Sin embargo, lo que presentan estas monedas es que la tasa cambia a tal velocidad que los inversores pueden estar seguros de que sus pérdidas (o ganancias) no serán abismales de un dia para el otro.

Las criptomonedas deben apuntar a conseguir en principio una estabilidad que, aunque sea imperfecta, resulte lo suficientemente buena como para poder ser utilizada como medio de pago, reserva de valor y no solo como un activo de inversiones especulativas.. En la actualidad, la expectativa que existe sobre varias de las grandes criptomonedas como Bitcoin y Ethereum hace que los inversores prefieran mantener sus posiciones antes que gastarlas.

Desde cierta perspectiva, las stablecoins vendrían a aplicar el modelo de convertibilidad aplicado durante la década del ’90 y ’80 en los sistemas de economías emergentes como Argentina o Mexico. Básicamente, son criptomonedas cuyo precio está asociado al valor de otro activo que transmita confianza a los inversores. Lógicamente asociarlo a un dólar es la forma más común, pero hay otros tipos de activos tradicionales e incluso criptoactivos que pueden utilizarse como garantía y respaldo del precio que buscan mantener.

El problema que presentaron estos modelos de convertibilidad es que tienden a ser inflexibles y se vuelven muy difíciles de mantener, especialmente cuando hay una presión a la venta muy fuerte. Resulta imposible mantener una relación perfecta con el valor que buscan cuidar, ya que siempre habrá oscilaciones según los movimientos del mercado. Lo importante es obtener una banda de flotación en un margen contenido (entre un 1% y 2%) y asegurar que se mantenga en el tiempo para que los inversores adquieran cierto nivel básico de confianza.

El asunto más complicado de abordar al intentar mantener un sistema de convertibilidad entre dos activos se presenta en determinar qué medidas tomar, y en qué momento. La ventaja de tener un activo 100% registrado en una blockchain es que podemos trackear constantemente el stock exacto que hay en la red, lo cual resulta vital para poder crear algoritmos que ayuden a regular el precio.

Tanto una stablecoin como un sistema de convertibilidad ideales deberían contar con las siguientes cuatro propiedades:

  1. Ser capaz de soportar una fuerte volatilidad del mercado: incluso frente a una intensa presión a la venta, el sistema es capaz de resistir y retornar a su precio. Este es el punto más importante, dado que si el sistema no es capaz de mantenerse en esa condición, se puede generar una corrida que lleve a la destrucción del sistema.
  2. No debe ser costos de mantener: cuando el precio fluctua, las medidas necesarias para que el precio se mantenga en la media deben poder realizarse con los fondos con que cuenta el ente emisor.
  3. Fácil de analizar: Los traders y usuarios deben ser capaces de entender rápidamente si la moneda está por debajo o por arriba de su precio ideal.
  4. Información transparente y confiable: La forma de establecer el precio al que se comercia el activo debe ser lo más transparente posible y los usuarios deben confiar en la información que se les provee.

Como vemos, este tipo de criptoactivos pueden llegar a ser claves para poder atraer usuarios y en el mediano plazo actuar como medios de pago mientras las otras criptomonedas llegan a precios más estables. En la próxima entrega discutiremos del mercado actual de las stablecoins y cómo se diferencias unas de otras.

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