Roce

Abril 2024

El vello erizado, la piel sensible, sudor, ardor… es la reacción natural frente a ese toque, esa levedad que anticipa la intimidad. Un simple contacto que pone nuestros cuerpos en sincronía, listos para responder al otro, resultado de todas las reacciones químicas que el sentido del tacto desencadena de forma inmediata en su función. Una brizna de la presencia del ser amado que nos sintoniza con ese cariño.

Un soplo, una intuición quizás, que nos pone en alerta, esperando el peligro que nos acecha en una esquina, agazapado para interferir en cualquiera que sea nuestro cometido. Esa sensación que nos salva de las peores consecuencias que nos aguardaban y que nos hace dar una respuesta medida, sensata y, a veces, hasta brutal para evitar sucumbir a esa oscuridad.

La fricción que causa una erupción molesta, que no nos deja vivir, el calor de la zona irritada por el contacto con el irritante en cuestión y nos lleva a la desmedida y acalorada discusión por la palabra más insignificante y dicha en un tono distintivo que ha causado ese eccema, ya sea físico o figurado. Cuanto más si lo que hemos rascado es la chapa de nuestro flamante coche nuevo…

Porque a menudo es el roce más leve el que provoca una tempestad incontrolable, una pasión irrefrenable o una salvación extrema de un peligro irrevocable. Y este es precisamente el tema del que os proponemos escribir este mes. Esperamos vuestros relatos de entre 200 y 400 palabras el lunes 29 de abril, entre las 0:00 y las 23:55, con mención a @divagacionistas y el hashtag #relatosRoce. Más info aquí.