El atrevimiento de la ignorancia

Guillermo Peris
El blog de Melquíades
3 min readOct 8, 2015

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Sabios de doble titulación

Os he de confesar una cosa: soy un ignorante. No soy realmente un experto en muchas de las cosas que hablo, y las pocas que sé las aprendo de los grandes divulgadores de cada materia. Así, si alguna vez discuto sobre nutrición, probablemente habré tomado las ideas de Juan Revenga, Julio Basulto o Aitor Sánchez. Si hablo de neurociencia es porque algo habré aprendido leyendo al gran JR Alonso. Si menciono algo de química, materia que tengo bastante olvidada pese a haber cursado esta titulación, quizás consultaría a José Manuel López Nicolás o Fernando Gomollón. Y si es de física… bueno, no hablo mucho de física. Y en todo caso, siempre puedo acudir a Francis Villatoro, que es un crack y sabe absolutamente de todo.

Mi espíritu escéptico, sin embargo, me recuerda constantemente que ni siquiera estos grandes divulgadores están libres de equivocarse, por lo que en casos concretos podría revisar las fuentes originales para corroborar la certeza de sus afirmaciones. Aún así, antes de atreverme a discutir con ellos en sus respectivas materias tendría que leer mucha documentación para tener alguna idea sobre de qué estoy hablando, y no hacer un ridículo monumental.

Sin embargo este comportamiento no es el habitual en mucha de la gente que me rodea. Personas que, sin ningún pudor, se permiten dar lecciones sobre física y termodinámica — deben de ser expertos cuando me hablan de energías y bloqueos energéticos — , fisiología vegetal y farmacología — cuando me aconsejan tal o cual planta para una determinada dolencia — o expertos en electromagnetismo y medicina — cuando van diciendo que el Wifi y los móviles causan cáncer. Al parecer, todos ello han cursado lo que en el mundo universitario llamamos una doble titulación.

Y yo, pobre de mí, en mi absoluta ignorancia, me atrevo a hablarles a ellos — sí, yo, a ellos — de efecto placebo, regresión a la media, radiaciones no ionizantes, doble ciego con grupos de control y diversos sesgos cognitivos. Y me miran con cara de sorpresa, de abajo a arriba, y en su condición de doctorados por la vida me dicen: “¿Pero tú lo has probado? A mí me ha funcionado.” o “Pues en internet dicen que es malo.” Y claro, qué les voy a decir, cómo sigo la discusión. La sabiduría popular ganó a la ignorancia científica.

Y esto que me encuentro entre la gente que conozco ocurre también otros niveles. Al parecer en otros estudios universitarios también se expide simultáneamente el título de científico, como ocurre en periodismo. Por ejemplo, en este fragmento de audio (a partir del minuto 4:10) Isabel Gemio insta a Antonio Martínez Ron a buscar más estudios sobre la influencia de la meditación para la cura de enfermedades y (a partir del minuto 6:00) la presentadora le tilda de “poco humilde” por discutir la existencia del alma (vía Rodrigo Antipo).

Aunque Isabel Gemio no es la única que dispone de dicha doble titulación. Aquí tenéis al periodista Esteban Hernández, al parecer doctorado en filosofía de la ciencia, arremetiendo contra divulgadores y escépticos porque su “integrismo está destruyendo el conocimiento”. Quién hubiera imaginado que el plan oculto de tantas personas que trabajan en sus ratos libres de forma gratuita por difundir el conocimiento científico y desmontar bulos y timos fuera ese.

Y lo más triste de todo es que estas personas tienen todas las de ganar en las discusiones sobre ciencia, al menos conmigo. Porque yo no sé nada, admito que me puedo equivocar en algunas de mis afirmaciones. Soy un ignorante. Pero ellos no. Ellos son sabios con doble titulación universitaria y doctorados por la vida.

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Guillermo Peris
El blog de Melquíades

Aprendiendo a divulgar ciencia y desmontar pseudociencias. A veces escribo cuentos. Y a veces bailo. Cientifista (eso me dicen).