Culpa

Angel Medinilla
Errando Ando
Published in
5 min readOct 11, 2018

“Todo hombre es culpable de todo lo bueno que no hizo”

-Voltaire

Comencé hace unos días a escribir sobre algo en lo que estoy trabajando mucho últimamente: perdonarse uno mismo. A los cuatro o cinco párrafos me di cuenta de que había mordido mucho más de lo que podía tragar. No se puede hablar de perdonarse uno mismo si primero no se habla de perdonar, no se puede hablar de perdonar si primero no hablamos de culpa, de compasión, de amor propio, de valores y principios… de muchas cosas.

Así que hoy, culpa.

Es un concepto que me resulta antipático. En general lo asocio a la moral judeo-cristiana, y me es muy difícil dejar de pensar en las docenas de generaciones que han visto sus existencias arruinadas por la doctrina del pecado y de la culpa – «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa». En ese contexto de cuasi-tortura psicológica, el confesor aparecía como un proto-psicoanalísta: cuéntame tus culpas, cuéntame tus pecados, verbaliza lo que te tortura, observa el milagro del perdón y la penitencia. Otro ser humano, es más, un ser humano tocado por la divinidad, es capaz de ver lo oscuro de tu ser y a pesar de ello mostrar compasión y perdonarte por lo que eres – «ve y no peques más».

Y… como en todas las profesiones, habría gente muy buena en hacer esto y luego ha habido mucho cantamañanas, mucho torpe y, aderezado por todo el andamiaje de la religión organizada, mucho corrupto, mucho sádico aprovechándose de su posición. Que me digan que no.

En fin… Que la culpa despierta en mí esa acepción tan negativa. Intento en la medida de lo posible reemplazar culpa por responsabilidad – no «ha sido culpa mía» o «es tu culpa» sino «soy / eres responsable». La principal diferencia entre estos dos conceptos es que la culpa es una emoción, mientras que la responsabilidad es más racional. La culpa lleva además aparejada conceptos como la vergüenza o los remordimientos; la responsabilidad torna la atención hacia qué puedo hacer yo para resolver esta situación o no permitir que se repita-

En general, hablamos de culpa cuando uno traspasa sus valores o sus principios, cuando haces algo que compromete aquello en lo que crees. Hasta hace poco, siempre pensé que uno sólo rompía sus principios o valores por egoísmo, por debilidad o por falta de moral, pero recientemente escuché un Podcast de Tony Robbins en el que explica su modelo de necesidades humanas, y en él decía, más o menos literalmente, que estas necesidades son tan importantes que, cuando un ser humano siente que le faltan, pasará por encima de valores y principios con tal de satisfacerla.

https://www.youtube.com/watch?v=duIu68QMzhQ

En mi caso, tengo muchas culpas que no acabo de solucionar, casi todas ellas relacionadas con otras personas, algunas conmigo mismo, creo que ninguna relativa a la sociedad o a aspectos materiales – otro concepto interesante en torno a la culpa, sólo nos sentimos culpables de lo que le hacemos a otras personas o a otros seres sensibles.

Mi culpa se acentúa por mi naturaleza obsesiva – no se si más o menos obsesiva que el estándar de los seres humanos, pero la verdad es que soy capaz de girar en espiral sobre un tema durante días y días, generalmente derivando en narrativas negativas y destructivas al respecto – mi mente de mono.

“El hombre que falto de enemigos y resistencias exteriores, encajonado en una opresora estrechez y regularidad de las costumbres, se desgarraba, se perseguía, se mordía, se roía, se sobresaltaba, se maltrataba impacientemente a sí mismo, este animal al que se quiere “domesticar” y que se golpea furioso contra los barrotes de su jaula, este ser al que le falta algo, devorado por la nostalgia del desierto, que tuvo que crearse a base de sí mismo una aventura, una cámara de suplicios, una selva insegura y peligrosa -este loco, este prisionero añorante y desesperado fue el inventor de la “mala conciencia”.”

Friedrich Nietzsche; La genealogía de la moral

Desde un punto de vista evolutivo, incluso antropológico, la culpa desempeña una función importante – promover el altruismo y mantener una estructura social en la que podamos convivir. Al traspasar las convenciones y los principios de convivencia aparecen los sentimientos de vergüenza y de culpa, que nos llevan a no repetir dichos comportamientos. Quien no siente culpa, es generalmente un psicópata, incapaz de sentir empatía por los demás.

El problema pues no es sentirse culpable. El problema es no ser capaz de trasladar esa culpa (sentimiento) a responsabilidad (acción). El problema es seguir repitiendo las conductas que te llevan a sentirte culpable sin alterar esos hábitos. El problema está en ser consciente de lo que hiciste “mal”, enmendarte, y aun así seguir sintiéndote culpable por lo que hiciste, en una especie de penitencia perpetua y obsesiva – y ahí es donde aparece la necesidad del perdón, de perdonar a otros y de perdonarnos a nosotros mismos siempre que hayamos entendido las razones que nos llevaron a generar la culpa y sepamos cómo enfrentarnos a esas circunstancias la próxima vez.

El problema es que, por mucho que uno racionalice (como yo mismo acabo de hacer en estos párrafos), hay una parte emocional, casi diría espiritual, en la resolución de la culpa. Hay partes de ese remordimiento que no pueden solucionarse simplemente razonando sobre ellas. Estar en paz con uno mismo va más allá de leer y comprender — hay una parte que pertenece al alma y al corazón… ¿Cómo trabajar con ellos? En eso ando. Errando.

“El sufrimiento y el dolor van necesariamente unidos a un gran corazón y a una elevada inteligencia”

Fiodor Dostoeivski — “Crimen y Castigo”

--

--

Angel Medinilla
Errando Ando

Founder & Head Consultant at Improvement 21. Agile trainer and consultant. Author, 'Agile Management' and 'Agile Kaizen'. Public speaker.