El estilo de Charly García Vol II.
(en coautoría con Germán Rosati)
¿Cómo compone? Análisis de audio features
La segunda dimensión que habíamos definido como parte de nuestra aproximación al estilo de Charly era la música. Ahora bien, para acercarnos a la pregunta “¿cómo es la música de Charly?” podríamos bajar sus canciones y procesar el audio… y lo mismo del resto de las canciones de otros artistsas que forman nuestro dataset. Se nos iba un poco de escala.
Por suerte, la maléfica corporación Spotify nos dió la solución: a API de Spotify permite obtener métricas sobre distintas dimensiones de una canción. Entre ellas están la valencia, el tempo, la energía, la “instrumentalidad” y el nivel de habla, y la bailabilidad. Acá se puede ver la documentación (un tanto escueta) de Spotify al respecto.
Los distintos valores de cada canción en estas métricas permiten darnos una idea sobre la tonalidad de los temas musicales: si son más subidores o negativos. Ahora bien, para hacer esto es necesario encontrar una manera de “agrupar” estas variables para que en un indicador podamos ver el “tono” general de la canción. Esto lo logramos a través de un PCA (Principal Components Analysis).
La lógica de PCA es que se logra reducir el número de variables originales en un número más pequeño según dimensiones que expliquen su mayor variabilidad. Toma como input las variables que deseamos agrupar y hace una reducción de la dimensionalidad de los datos según su variabilidad. Nos devuelve un número n de componentes, donde cada componente es una representación lineal de las combinaciones de variables que capta el mayor porcentaje de variabilidad posible.
Esto se puede ver con mejor claridad en el gráfico 1. Aquí se aprecian los dos primeros componentes del modelo y el valor e intensidad de los audio features de Spotify.
- El primer componente está caracterizado por una baja valencia (que en la API de Spotify se describe como “la positividad que transmite una canción”), bajo tempo, ruido y energía.
- El segundo componente indica también una baja valencia, baja “bailabilidad”, y altos niveles de música instrumental.
Ambos componentes nos hablan del tono musicalmente negativo de una canción: nos muestran temas lentos, bajos, con poca valencia. A fines prácticos, se invirtieron los valores para que ambos queden como índices simples de la tonalidad melódica y la tonalidad rítmica de las canciones (de manera que a mayores valores, sean más positivos).
El gráfico 2 representa la ubicación de los artistas en un scatterplot de los índices. Aquellos artistas que se encuentran más hacia la derecha poseen mayor positividad melódica (en este sector podemos encontrar a artistas como Sandro y La Renga), y aquellos que están más hacia arriba poseen más positividad rítmica (aquí encontramos a Los Fabulosos Cadillacs y Viejas Locas). En este sentido, encontraríamos a los artistas más “subidores” en la esquina superior derecha, y aquellos artistas más “bajadores” en la esquina inferior izquierda. Los artistas “neutrales” se encuentran en la intersección de las dos líneas, en el punto 0,0.
Charly se encuentra en una posición levemente inclinada hacia la derecha y el margen superior, de lo que podemos interpretar que tiene canciones positivas, sobre todo en los ritmos. Se encuentra cercano a artistas contemporáneos como El Kuelgue y Nahuel Briones.
Ahora bien, ¿cómo se posiciona Charly en sus distintas bandas, a lo largo del tiempo?
Podemos ver que a lo largo del tiempo, Charly va moviéndose por el índice de la izquierda a la derecha. Su primera etapa, con Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros está caracterizada por melodías negativas con ritmos bajos. No hay mucha distinción entre la tonalidad de las dos bandas. Entre los ‘80-’90, con Serú Girán se posiciona en tonalidades más neutras, y como solista comienza a separarse de los ritmos y melodías que tiene en su banda para orientarse hacia los ritmos más positivos. Finalmente, entre los 2000 y 2010 Charly baja su tonalidad rítmica, pero se orienta más hacia una tonalidad melódica positiva.
Aclaración técnica (la misma del post anterior): hay un desbalance fuerte entre las dos categorías. Tenemos unas 130 letras de Charly sobre más de 15.800 en el resto. Es por eso que tratamos de suavizar fuertemente las series con un método que se llama LOESS y mirar el intervalo de confianza
El gráfico 4 muestra un análisis longitudinal de las variaciones de estos índices. Podemos observar que Charly (tanto como solista como en banda) comienza con tonalidades melódicas considerablemente más bajas que el resto del rock nacional. Comienza a acercarse a los niveles generales a medida que pasa el tiempo.
Ahora bien, Charly tiene varios cambios en lo que respecta a índice rítmico. Podemos ver que empieza a niveles altos, incluso superiores al resto del rock, pero cae en picada hasta mediados de los ’90. Es a partir de ahí que retoma los niveles positivos al día de hoy.
Efectivamente podemos pensar que Charly marcó (y marca) su diferencia con respecto al resto del espectro. Si queremos conectar con la sensibilidad, quizás es una buena idea escuchar sus canciones de los últimos años del milenio anterior, y si queremos escuchar algo que nos saque de la melancolía quizás es mejor escuchar a un Charly más contemporáneo.
Lo único que podemos afirmar con certeza es que hay un Charly para todo.
