El inicio del camino

Guillermo Peris
Fuga de pensamientos
2 min readJun 19, 2017

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Sujetó la puerta del restaurante en el que habían cenado, de forma que ella pudiera salir sin esfuerzo. Aún andaba perdida organizando su bolso después de que él, con su torpeza habitual, volcara su contenido bajo la mesa en la que acababan de degustar unos huevos rotos.

En el exterior les esperaba el denso aire de la noche, la noche de un verano prematuro. Se detuvieron para que ella encendiera un cigarrillo y, tras dar dos caladas intensas, empezaron a caminar cogidos de la mano en dirección al hotel. Pese a que era martes la calle rezumaba algarabía, en un preludio estival al que se sumaba la elevada temperatura. Pero ellos andaban demasiado inmersos el uno en el otro como para apreciar ese detalle.

Hablaban de los planes de futuro, de cuándo se volverían a ver, de cómo sobrellevarían la espera acuciante de dos cuerpos que apenas habían empezado a conocerse y deseaban explorar un sinfín de recovecos.

Mientras caminaban, él empezó a preguntarse si ese nuevo viaje duraría o no, si llegaría lejos, a un buen término. O si, como en otras ocasiones, acabaría en una vía muerta o cambiando de estación a lo largo del recorrido. Era consciente de que las circunstancias personales de ambos no favorecían una relación «normal» —como si acaso existieran relaciones de ese tipo, como si cualquier relación no fuera una singularidad del universo, con peculiaridades que la convertían en única— y de que esa burbuja de fantasía que les envolvía podía estallar en cualquier momento.

En ese momento, ella terminó su cigarro, se acercó a él e introdujo la mano izquierda en uno de los bolsillos traseros de sus vaqueros mientras le atravesaba con una mirada penetrante. Y bastó con eso. Con ese gesto. No necesitó nada más para resolver sus dudas.

La entrada del hotel estaba infestada de turistas preparados para explorar la noche. Ellos avanzaron en contracorriente, remontando el río de cámaras, planos de la ciudad arrugados y paloselfis, hasta llegar a un ascensor al que no esperaba nadie más. Y de ahí al remanso de inquieta paz de su habitación.

Este relato participa en la convocatoria de @divagacionistas sobre #relatosBolsillos de junio 2017.

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Guillermo Peris
Fuga de pensamientos

Aprendiendo a divulgar ciencia y desmontar pseudociencias. A veces escribo cuentos. Y a veces bailo. Cientifista (eso me dicen).