¿Quién es el ser humano del futuro?

¿Para qué realizamos esta pregunta? ¿Cómo representamos este ideal? ¿Qué habilidades lo caracterizan? y ¿Cómo podemos proyectarlo activamente?

Arthur Parra
La búsqueda del ser humano del futuro
6 min readOct 4, 2019

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Esta publicación busca inspirar al lector a repensar las preguntas planteadas en el título… Aquí intentaré reflexionar por escrito sobre las mismas, mientras, simultáneamente, invito al lector a publicar historias adicionales en las que pueda profundizar sobre temas que considere dignos de trabajo adicional o alguna aclaración teórica. Se aspira construir una discusión abierta que gire en torno a estas preguntas y pueda iniciar acciones reales que puedan proyectar este ideal: el ser humano del futuro.

Como ya hemos mencionado el metadiscurso de nuestra era tiende a resaltar las distopías cuando se piensa en el futuro. Las publicaciones de ciencia ficción tienden a resaltar el carácter apocalíptico del desenlace humano (guerras nucleares, virus que acaban con la especie humana, etc.) o a proyectar una sociedad donde el control político no permite el libre desarrollo humano. También existen algunos futuristas adictos a la ciencia que perciben el futuro con incuestionable optimismo pensando en las infinitas posibilidades de la inteligencia artificial o el uso de energías alternativas.

Esto impone un reto a la hora de realizar nuestra pregunta: escribir sobre el futuro es escribir sobre la nada. El futuro es un ser indeterminado lleno de posibles y presentes en potencia. Si lo planteáramos desde la cotidianidad podríamos proyectar nuestros sueños en el tiempo; pero la realización de los mismos siempre resulta fracturada. Algunos objetivos son olvidados en el devenir y nuestra visión va mutando conforme se va realizando nuestro presente. Cuando hablamos de futuro también hablamos de indefinido, incierto, complejo e impredecible.

Este carácter (sobre el pensamiento futuro) es propio de la existencia humana. El ser humano convive y construye desde la posibilidad y la incertidumbre: la vida y la muerte. Con este fin han devenido áreas del conocimiento como la jurisprudencia y el derecho, que desde el análisis de la conducta humana en su interacción con la ley han logrado postular modelos punitivos y de gobierno que permiten un orden colectivo que tiende a autorregularse. Este control es necesario para una organización que trascienda las opiniones y modas del momento, y pueda ofrecer desde sus estructuras un nivel de vida digno para la totalidad de los habitantes del planeta tierra.

Bien hizo Paulo Freire al proyectar la pedagogía como una práctica de la libertad. Ya que es la educación la que puede trascender las barreras sociales desde una alfabetización que revele la realidad social y política de su presente para producir el deseo humano de fracturar las estructuras que no nos permiten aprender desde la responsabilidad, la comunicación, el diálogo y los acuerdos tácitos; y evitar desde esta conciencientización la dominación, la objetivización del ser humano y la violencia.

Mientras que el derecho y la jurisprudencia generalmente se han manifestado en estructuras de control político, la pedagogía se proyecta aquí como un agente que explota la potencialidad implícita de todo ser humano: ser un ser inacabado.

Este es el ser humano del futuro, aquel que se determina a sí mismo y su realidad usando sus habilidades plenamente.

Sus habilidades:

  1. Creatividad.
  2. Uso apropiado del conocimiento o “pensamiento crítico”.
  3. Espiritualidad positiva.
  4. Sentido comunitario y colaborativo.

Estas habilidades son fundamentales para afrontar la incertidumbre y construir opciones viables que contrarresten la tendencia natural a la autodestrucción, mientras fortalecemos el sentido comunitario apropiado para el cuidado de cada uno de sus miembros y proyectamos un gobierno abierto y colaborativo afrontando la complejidad de esta época de crecimiento exponencial de la tecnología.

La creatividad: más que una habilidad es un estado mental que debe poder ser invocado a voluntad para la resolución de problemas. Cuando ninguna herramienta aparece como suficiente es la creatividad la que en muchos casos presenta una solución o nos permite ver el problema desde una nueva perspectiva para encontrarla. Además es un estado que se construye y fortalece con el tiempo, terminar una primera creación puede ser un proceso tortuoso, pero conforme se logra crear una primera obra (un escrito, un chip, una ley, una canción, etc) este proceso va mutando y con él el creador que se alimenta de la experiencia creativa.

La información tiende a hacerse más accesible, lo que hace posible experimentaciones surgidas de la investigación empírica y el surgimiento de negocios desde pequeños espacios y con pocos recursos. El camino para sacar provecho a las nuevas posibilidades lo ilumina la creatividad y la pasión por un sueño que se materializan con trabajo duro, perseverancia y esfuerzo.

Uso apropiado del conocimiento: Si bien estamos en la era de la información y del crecimiento exponencial de las tecnologías, gracias al excelente entretenimiento y el fácil acceso a la información carecemos de una actitud pro activa hacia el conocimiento. Primero, la facilidad con que podemos acceder a la información nos condiciona a evitar las búsquedas profundas y de información adecuada para lo que nos compete. Y segundo, las opiniones variadas sobre diversos temas nos sumergen en una realidad líquida en la que la verdad se ha perdido en un mar de verdades falsas que asumimos desde el misticismo.

En este contexto, no debemos guiarnos únicamente por la intuición ni el facilismo, el conocimiento debe asumirse de manera crítica y con una actitud inquisitiva; el ser humano del futuro debe ser un detective en su área: tener en cuenta varias perspectivas sobre las problemáticas, tener atención hacia los detalles y hallar las preguntas adecuadas.

Espiritualidad positiva: La salud física y mental perdieron protagonismo a finales del S.XX gracias a las comodidades y facilidades ofrecidas por la industria y el mercado. La felicidad ha llegado incluso a mercantilizarse como si fuera algo que se puede comprar.

Esta búsqueda de salud quise resumirla en la palabra espiritualidad, ya que es la capacidad de encontrar un equilibrio entre lo mental y lo físico, es la manera en la que el individuo se asume o comprende a sí mismo en la realidad. Desde esta comprensión surge la moralidad de las personas. conceptos como la responsabilidad, la justicia o la equidad sólo pueden ser defendidos cuando el individuo se percibe a sí mismo como participe de una realidad que lo sobrecoge, define y, por ello mismo, quiere proyectar estos ideales en su actuar político y social a futuro.

Sentido comunitario y colaborativo: Vivimos en la ilusión de poder valernos por nosotros mismos, esta ilusión está fundada en el fetiche de que el dinero puede satisfacer nuestras necesidades y cumplir nuestros más recónditos sueños. Olvidamos la necesidad que tenemos de los demás miembros de nuestra comunidad y preferimos vivir en apatía hacia las problemáticas que nos rodean. El ser humano del futuro debe fortalecer su sentido comunitario y hacerse consciente de la necesidad de trabajar en equipo y colaborar para proyectar nuevas estructuras sociales.

La corrupción es el resultado del desinterés por los efectos que tienen los acciones políticas en nuestras comunidades y la primacía del interés por enriquecimiento y acumulación de capital. Esta tendencia natural a la corrupción en Latino américa debe tener un contrapeso en la participación política de ciudadanos responsables y conscientes de su entorno.

¿Cómo proyectamos este ser humano del futuro?

Esta enumeración de habilidades se plantea desde un horizonte ético y, como tal, no pretende ser definitiva o determinada. Aspira generar el deseo de pensar en opciones que promuevan estas habilidades, junto con innovaciones que contrarresten las problemáticas antes expuestas. Este preguntar busca generar conciencia sobre cuáles son los ideales que deben guiarnos hacia una sociedad mejor y con base a ellos la realización de acciones comunitarias o individuales que permitan el surgir de nuevos seres humanos que se asuman en este contexto.

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Arthur Parra
La búsqueda del ser humano del futuro

Un extraña histeria, reconocida popularmente como inspiración, suele abatir mi existencia. Hacer música, dibujar y escribir son el producto de esta posesión.