HackSpace (Parte II): un espacio en el que compartimos, aprendemos, jugamos y hacemos

Alvaro Concha
HackSpace Perú
Published in
7 min readNov 19, 2014

Esta es el segundo de nuestros posts introductorios sobre el HackSpace, si deseas puedes leer la primera parte aquí.

Y así empezamos a planear todo.

Fue a mediados del 2013 cuando nos reunimos por primera vez en el FabLab UNI para pensar en cómo empoderamos a los jóvenes para que puedan crear y hacer sus ideas realidad por medio de la tecnología. Sabíamos que era necesario generar espacios donde todo interesado pudiera experimentar y jugar con la tecnología, y empezar a crear de manera libre y comunitaria. No conocíamos espacios específicamente con ese fin, es así que decidimos iniciar uno en base a la dinámica de las hackatones. Una hackaton es un encuentro de programadores y aficionados a la programación cuyo objetivo es el desarrollo colaborativo de software o hardware durante 12, 18 o más horas; y esta era la actividad más cercana en la que sentíamos que nos retábamos, compartíamos y realmente creábamos junto a otras personas. Y sí, la dinámica de las hackatones eran muy interesantes, pero la mayoría de jóvenes que quería crear aún no sabían qué hacer ni por dónde empezar.

Esta es una de las sesiones de Backend que dictó Carlos Salvatierra en el CTIC.

Es por esto que organizamos un entrenamiento gratuito dividido en dos partes: una primera parte virtual a manera de filtro y una segunda presencial. Es de esta manera que de 1000 inscritos seleccionamos a los 50 que más se esforzaron y cumplieron con los retos que les planteamos para que puedan participar en las sesiones presenciales.

Empezando con una de las primeras amanecidas un miércoles

Fue a la par de estas sesiones presenciales que iniciamos a amanecernos para hacer y compartir en comunidad en el FabLab de la Universidad Nacional de Ingeniería.

Es así que ahora todos los viernes de 8 pm a 8 am jóvenes — y no tan jóvenes — nos reunimos en el FabLab UNI de Lima, Perú para hacer. En un espacio esencialmente formativo y completamente libre, gratuito y abierto, en el que nos amanecemos para retarnos a nosotros mismos, para ayudarnos y compartir, para que cada amanecida realmente sea valiosa y valga la pena para cada persona que asiste. Se pueden hacer equipos, trabajar de manera individual y buscar mentoría para hacer proyectos que, en su mayoría, son pequeños y que sirven para formar y consolidar en los participantes habilidades de autoaprendizaje y de confianza en que realmente pueden hacer lo que se propongan, para que le pierdan el miedo a hacer con tecnología o no pierdan la costumbre.

Y no hemos parado hasta ahora, que seguimos fortaleciendo una comunidad de jóvenes creadores y consolidando nuestras dinámicas de desarrollo. Solo en este último año ya hemos organizado amanecidas junto al Ministerio de la Producción, en universidades como la UNI o la PUCP y también actividades en Arequipa, Chiclayo y Trujillo; hemos presentado frente al Congreso de la República las aplicaciones que desarrollamos para promover la participación ciudadana con el Congreso; se han desarrollados muchos otros proyectos durante nuestras amanecidas; hacemos actividades de voluntariado en Pamplona Alta para enseñarle desarrollo de videojuegos a niños una vez por semana; y tenemos muchísimos casos de éxito donde participantes de nuestra comunidad ahora trabajan en empresas grandes como la Red Científica Peruana o Phantasia, que están en el Recurse Center de Nueva York (antes conocido como HackerSchool) o que tienen proyectos muy interesantes de impacto nacional como Tullpi.

El gran valor del espacio y la dinámica que se desarrolla reside en cuatro puntos clave:

  1. No vamos en contra del sistema educativo actual, lo potenciamos y esto se tiene que desarrollar en un espacio paralelo que no choque con sus actividades.
  2. Encuentras un entorno que te motiva a construir, a seguir aprendiendo mediante el hacer y que te invita a retarte viernes a viernes. Existe un gran valor en el poder juntarte con otras personas con tus mismos intereses, que se motivan mutuamente con esa pasión por hacer, aprender y crear valor, todos reunidos en un mismo lugar, trabajando al mismo tiempo, apoyándose y compartiendo.
  3. Es fundamental no solo ponerse a hacer, sino también tener a mano mayor conocimiento y mentoría en el tema que estás trabajando. De esta manera seas quien seas, siempre vas a poder contar con el consejo y ayuda de alguien que ya ha hecho algo parecido o que sabe cómo lo podrías solucionar o dónde podrías buscar referencias, y así seguirás aprendiendo y construyendo de una manera mucho más rápida.
  4. Nos interesa que participe gente realmente apasionada con el hacer y que desee seguir aprendiendo y compartiendo constantemente. Este filtro se consigue mediante el esfuerzo que cada uno tiene que hacer para dejar otras actividades y dedicar su viernes a la noche a crear y compartir en comunidad.

Uno podría decir que el espacio y el ambiente que se crean en él son los alicientes para que más de 30 personas decidan amanecerse viernes tras viernes para ponerse a crear, compartir y aprender haciendo. Pero la verdad es que lo más importante es estar en un mismo lugar con tanta gente dispuesta a poner manos en la masa y hacer realidad proyectos de todo tipo, compartir y apoyarse mutuamente. Estamos acostumbrados a que ir a aprender a un lugar sea sentarnos y escuchar una clase, en el HackSpace se trata de sentarse y empezar a desarrollar aquello que te haz propuesto, investigar si es que tienes alguna duda y preguntar a quienes más saben si es que deseas algún consejo, todo alrededor de un reto o una meta que te planteas resolver o desarrollar amanecida tras amanecida.

No tenemos líneas de investigación, pero tenemos gente que maneja ampliamente desarrollo de software, de hardware y fabricación digital, y los proyectos más interesantes los realizan aquellos que desean experimentar por primera vez con tecnologías que nadie en el grupo ha tocado. Mientras mayor capital humano se sienta lo suficientemente seguro como para explorar una nueva tecnología, pues entonces el conocimiento estará más al alcance de todos.

Esto es super valioso si consideramos que cuando uno del grupo obtiene un nuevo conocimiento que ninguno de nosotros teníamos anteriormente, este nuevo conocimiento es asimilado más rápidamente y utilizado por cualquiera de nosotros cuando lo necesite. Esto es lo que sucedió desde un inicio gracias a Giorgio, autodidacta y uno de los fundadores del HackSpace quien desde los 13 años se dedicó al desarrollo, nunca llegó a pasar por una Universidad, pero fue justamente gracias a este desconocimiento de qué temas eran realmente considerados retos que tuvo la seguridad necesaria para aprender cualquier tema que le interesara fuera este complicado o no, y después de unos años estuvo trabajando como desarrollador a tiempo completo en la Red Científica Peruana y actualmente es alumni de la Hacker School, el retiro de desarrolladores más importante del mundo que se da en Nueva York. Giorgio se dedicó a compartir su conocimiento y a realizar pequeñas charlas sobre qué lenguajes y frameworks utilizar, y qué es lo último con lo que se está trabajando en el mundo. Estas exposiciones, que asombraban a quienes lo escuchaban, dieron pie a que la gente investigue más sobre cada tema en sus casas y tiempo libre, y vayan aprendiendo y trabajando ya no solo en crear mediante nuevas herramientas, sino a personalizar su entorno de trabajo y optimizar su código.

Fue gracias a Giorgio que Luis Cairampoma y Fredy Morales aceptaron el reto de utilizar Firebase cuando nadie más en el HackSpace lo conocía, pues ellos recién empezaban a desarrollar webs y no sabían cómo trabajar con backend. Es por ellos que ahora Firebase se ha vuelto una herramienta común para la gente que recién empieza y necesita trabajar con una base de datos sin saber cómo implementar o configurar un servidor. Este es también el caso de Diego Berrocal, quien decidió personalizar ya no solamente su editor de texto, como Giorgio lo hacía con su configuración de Emacs, sino también todo su sistema operativo. Es de esta manera que ya contamos con un grupo de desarrolladores que comparte sus configuraciones y entornos de trabajo. Otro ejemplo lo tenemos gracias a Eduardo Yallico, un electrónico recién egresado con vocación de profesor, él implementó durante las amanecidas las clases de electrónica básica, de soldadura, de Arduino, entre otros. Es gracias a él que ahora contamos con diversos equipos dentro del HackSpace que hacen diversos proyectos con electrónica, desarman juguetes, hacen circuit blending y hasta mezclan web con electrónica y hacen proyectos aún más interesantes.

Esto es el HackSpace. Un espacio de formación, de aprendizaje y de compartir con otros jóvenes que tienen los mismos anhelos por hacer cosas con tecnología, que quieren perderle el miedo, dejar el “no puedo hacerlo” y empezar a investigar juntos y a hacer realidad lo que se propongan. Un espacio en el que aprenden a utilizar a la tecnología como una herramienta y en el que los empoderamos para que posteriormente puedan crear valor mediante ella; pues el HackSpace es, antes que todo, un espacio en el que comparten, aprenden, juegan y hacen.

<< Ver Parte 1

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