pfc 07: Una propuesta muy particular

“Correcciones”

arQtistic
Historia de un proyecto
5 min readNov 24, 2013

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Esta es la séptima parte, la historia empieza aquí

El 22 de febrero llevé todo lo que he explicado dibujado e impreso. Añadí a esos dibujos una maqueta a 1/50 en la que empezaba a trabajar sobre la materialidad de los espacios, y con la que comprobaba su proporción, y su relación con el espacio de circulación de la escuela. Recuperé la maqueta a 1/200 del edificio completo, con las perforaciones planteadas; completándola y construyendo también los edificios del entorno, y el zócalo completo; para poder estudiar el soleamiento de una manera inmediata, y la proporción del lleno-vacío que proponía. A todo esto le añadí las fotos de la primera maqueta del aula y el dibujo con el que comenzaba esta historia; además de la maqueta de madera a 1/600 con la volumetría de la zona, y el dossier con el análisis del emplazamiento, al que adjunté imágenes y dibujos de la propuesto, así como algunas fotografías que había realizado durante alguna que otra visita al conjunto.

Maqueta 1/50
Planta de la escuela y entorno
Planta de la escuela, ejes, y sección longitudinal
Sección por el comedor/gimnasio
Aula detallada

Todos estos dibujos son los que se entregaron ese 22 de febrero, no los “finales”

Parecen muchas cosas, y la verdad es que fueron muchas, y ocupé varias mesas y algunos metros cuadrados de pared. Lo conté, esta vez mucho más tranquilo, sin prisa, y desde el principio. Se me olvidó decir muchas cosas, porque no había preparado nada; pero creo que lo que tenía que explicar lo expliqué bien; y los que estaban escuchando lo entendieron. Salva dijo que no era una idea feliz, que estaba argumentada y trabajada desde el principio, y que había una respuesta al lugar, y al programa, y a la construcción. Clara aprovecho para animar al resto de alumnos que trabajaban en el mismo emplazamiento a que no dieran por solución única la estrategia de utilizar el zócalo, y agujerearlo; y dijo que mi propuesta era muy particular, y muy razonada, y que actuaba en el zócalo por una serie de razones que habían surgido a lo largo del proceso. La verdad es que lo que más me gustó fue lo que dijo Jorge. Y por eso mismo, me lo guardo para mí, y para los que lo escucharon.

Sobre lo que se me olvidó decir pero sí que había pensado, se me olvidó hablar de las instalaciones, a las que he dedicado buena parte del tiempo; y aunque comenté algo de esa banda de 115 cm que es de los niños, y la otra que es de los profesores, no profundicé mucho en lo que quería decir. En ese momento intuía que los espacios eran distintos para los niños y para los adultos, como ya propuse en la maqueta del aula en octubre. Esta idea la llevé al límite al delimitar una línea a 115 cm. Debajo de esa línea es el mundo de los niños, delimitado visualmente, en el que los espacios se experimentan de uno en uno. Esa banda recoge todo lo que los niños utilizan diariamente, sus juegos, colchonetas, material de dibujo. También hay zonas para dibujar en la pared, o para colgar dibujos hechos en papel. Toda esa zona, por tanto, estará sujeta a las leyes de lo muy cercano, de lo que se ve, pero también se toca y se acaricia. Por encima, está el mundo de los adultos, que ha perdido muchas cualidades táctiles y ganado muchas visuales. Que se basa en otras leyes, que tienen que ver con el almacenamiento de las cosas necesarias, con el control sobre todos los niños, con la colocación de interruptores, o pestillos, o picaportes. Es un mundo en el que la función prima sobre lo demás, porque los adultos no están hechos para perder el tiempo. Una verdadera pena, pero verdadera.

La maqueta, por ser anterior a los dibujos a 1/50 del aula, y por las propias limitaciones impuestas por el tamaño de mis dedos y falta de precisión; no cuenta demasiado bien la escala de lo muy cercano. Cuando en la corrección decía resinas, me refería únicamente al exterior, y solo como ejemplo de material que, con el sistema constructivo que pretendo utilizar; podía resolver la exposición a la lluvia y al poco sol. Y además me imaginaba un acabado muy concreto que precisamente ha utilizado Miguel en algunos lugares de su casa. En el interior hablaba de paneles, de madera, lacados o no; ranurados o no, en piezas más pequeñas (en la banda de los niños) o más grandes. Todo esto quedó sin decir, sencillamente por que se me olvidó, y porque tenía miedo de extenderme demasiado (y de revelarlo todo muy de golpe). A veces, cuando dibujo en CAD y el programa me pide continuamente una distancia, me da miedo hacer mucho zoom y perder de vista lo general.

La estructura es también algo de lo que no hablé. Al hacer la maqueta, en lugar de construir en primer lugar los pilares, los dejé para el final, cuando todos los espacios estuvieran delimitados y materializados; pensando que no eran importantes para la definición de los rincones de la escuela. Creía que la maqueta iba a estar peor cuando los colocara, que sin ellos. Sorprendentemente fue al contrario; y cuando los dispuse en retícula, añadieron a los espacios una componente más, como si fuera otra capa; que hizo que se enraizaran más en ese lugar. Es un poco raro, pero una vez colocados pensé que los pilares le sentaban muy bien a la escuela, y que entender dónde estaban en relación a los cerramientos que yo proponía, era muy importante. Hablaban de la medida de ese lugar, y de alguna forma enfatizaban el hecho de que efectivamente era un zócalo muy flexible. Me he dado cuenta de que cuando hacemos una “planta libre” sin pilares, a veces es menos libre que con ellos. Curioso.

Clara dice que es muy particular. Y yo pienso: “Cuando llueve se moja, como los demás”

Información relacionada: Entrega del 22 de febrero

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Le gusta el silencio que se esconde entre las notas del piano más dulce, el blanco y negro de la fotografía de época y el cinemascope de las películas antiguas.