La creatividad ni se crea ni se destruye

Lirios Flores
Idean Spain
Published in
4 min readFeb 12, 2020

Por Lirios Flores, UI Designer en Idean Spain

Aprender a crear una atmósfera favorable a la generación de ideas también es nuestra tarea.

Creatividad es, por definición, la capacidad de crear o inventar. Para muchos un talentoespecial aptitud para aprender las cosas con facilidad o la capacidad de desarrollar una actividad con mucha habilidad — y para otros, entre los que me incluyo, una pasiónsentimiento vehemente capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón.

Sin acotarla exclusivamente a unos pocos, dicha aptitud es, de forma natural, una capacidad propia del ser (como) humano y es por ello que puede cultivarse desde la motivación, la humildad, el valor y la inocencia (propia de un niño).

Pero, ¿qué tienen los niños que les hace más creativos? Es la falta de miedo, la sensación de libertad, el tiempo del que disponen para el aburrimiento y la protección que se les ofrece, lo que fomenta un entorno favorable para la creación y generación de soluciones creativas.

Al contrario que un adulto, un niño es capaz de regenerarse a través de la frustración porque ésta no le avergüenza (al menos no de la misma manera que a un adulto) y sin miedo a equivocarse, ni grandes expectativas (ya que son novatos en casi todo) vuelven a intentarlo lejos de la presión por hacerlo mejor. Es la protección del entorno la que le aporta seguridad y ésta la que le ayuda a crear, equivocarse y volver a crear, sin parar, que al final es cómo surgen las buenas ideas.

“La falta de miedo, la libertad y el tiempo para el aburrimiento favorecen la creación y generación de soluciones creativas”

“La falta de miedo, la libertad y el tiempo para el aburrimiento favorecen la creación y generación de soluciones creativas”

Entonces los adultos, ¿qué necesitamos volver a sentir para ser más creativos, sobre todo cuando nos dedicamos a esto?

Resultaría difícil pedirle a un diseñador que deje de tener miedo, sentirse inseguro o vivir la frustración. Estos son sentimientos que, aunque a veces son incontrolables, nos ayudan a tomar decisiones de forma consciente y madura. Pero, ¿es posible crear un entorno favorable a la curiosidad y la creatividad sin olvidarnos de nuestras obligaciones profesionales? La respuesta es sí, a través de la autoestima.

Soltando las expectativas y exigencias y sabiendo que autoestima es la visión (la cual incluye juicio) que tenemos sobre nuestra propia valía me gustaría introducir el concepto de autocompasión (self-compassion).

La autocompasión (que no es compadecerse de uno mismo) es la capacidad natural de reconocer nuestras faltas, comprenderlas y aceptarlas. Es una de las bases del mindfulness (y una herramienta cada vez más de moda en psicología) e inspira en muchas ocasiones la inteligencia emocional. Tiene como objetivo incrementar el nivel de resiliencia y concretamente, ayudar a los adultos a conocerse y adaptarse positivamente a las distintas situaciones de forma sana.

“No debemos tener miedo a equivocarnos, hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.” Charles Chaplin

En este caso la autocompasión sustituye al concepto de autoestima con el objetivo de alejarnos de los juicios, la objetividad, la infravaloración, y las exigencias de cambio. En muchas ocasiones, focalizarnos en este cambio, luchar por ser mejores, alimenta el egocentrismo y el narcisismo — las redes sociales son un ejemplo — y producen estrés emocional, además de crearnos incomodidad en el día a día de nuestra profesión.

La autocompasión es la capacidad natural de reconocer nuestras faltas, comprenderlas y aceptarlas

Los diseñadores somos creadores y como tal, creativos. Lo somos porque resolvemos problemas a través de la empatía, contamos historias , y solemos tener, más en cuenta que otros adultos, la opinión de los niños. Somos y sentimos, entre otras emociones, la desmotivación y el miedo, y aquí viene la parte interesante de nuestro trabajo (personal y profesional): ¿cómo transformar esos sentimientos para generar ideas?

Me aventuraría a hacer una propuesta. Si lo que queremos es incrementar nuestra creatividad, pasar un “bloqueo creativo” o simplemente empezar a generar ideas de forma rentable y saludable con nuestras exigencias podemos empezar desde el reconocimiento de nuestros fallos a través del amor y el respeto. Practicar algunos ejercicios de autocompasión o aprendiendo a través de la visión sana de nosotros mismos podemos huir de juicios y comparaciones. Podemos conocernos, para entendernos y cuidarnos como lo haríamos a un niño de 3 años, con cariño y respeto. Esto nos ayudará a no juzgar nuestros errores.

“Es absurdo condenar la ignorancia pasada desde la sabiduría presente.” Biografía del Silencio. Pablo d’Ors

Propongo observar lo que hicimos mal como la única solución posible con los recursos de los que disponíamos en ese momento en vez de pensar que “podríamos haberlo hecho mejor”, eso es un juicio y además no es verdad. Propongo no forzarnos a cambiar, sino admirar cada momento y crear una atmósfera de confianza, como en una clase de meditación: observar y admirar el momento, confiar. Sin duda, nos llevará a eso que sienten los niños y les ayuda a ser más creativos.

No forzarnos a cambiar, sino admirar cada momento y crear una atmósfera de confianza

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