Hola

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
5 min readOct 20, 2021
Cajamarca. Agosto 2011.

“Exploremos el mundo. ¿Estás preparado?”

Jonathan Martell.

¿En qué trabajas? ¿Qué haces por la vida? ¿Qué estudiaste? ¿Qué profesión tienes? ¿Dónde trabajas? Preguntas que suelen hacernos tan pronto nos conocen. ¿Quizás es una manera de ayudar a nuestro cerebro a relajarse y predecir quiénes somos? Una especie de etiqueta o caja al cual debemos adaptarnos y cumplir con lo esperado.

Si digo que soy Ingeniero, ¿qué pensarías de mí?, ¿quizás analítico?, ¿clásico?, ¿pensamiento no tan flexible?, ¿que amo a los números?, ¿o quizás pienses sobre mi trabajo?, ¿cuánto dinero puedo estar ganando?, ¿trabajaré mucho?

Si digo que soy Diseñador, ¿qué pensarías en cambio?, ¿quizás creativo, ¿rompo moldes?, ¿pensamiento divergente?, ¿amo la diversidad?, ¿trabajo por proyectos?, ¿me gusta que todo se vea bonito?, ¿relajado?, ¿disfruto hablar con personas?, ¿busco nuevas experiencias?

Si digo que soy Profesor, ¿ahora qué pensarías?, ¿leer mucho?, ¿reflexivo?, ¿comunicador?, ¿me gusta ayudar?, ¿en dónde enseño?, ¿seré divertido o aburrido?, ¿o quizás me imagines como el profesor de la serie ‘Casa de Papel’?

Si digo que soy Emprendedor, ¿cambiaría en algo?, ¿quizás piensas que tengo tiempo?, ¿que me gusta probar nuevos escenarios?, ¿que me gusta el riesgo?, ¿que me disgusta el trabajo a tiempo completo?, ¿que busco mi independencia económica?, ¿o quizás que adquirí algún negocio de la familia?

Si digo que soy Escritor, ¿ahora qué sucede?, ¿quizás me gusta fumar?, ¿que disfruto la lectura y escritura?, ¿amo crear historias en mi cabeza?, ¿acudir a diferentes exposiciones de arte?, ¿me imaginas un sábado por la noche con una copa de vino, música de fondo y un buen libro?, ¿piensas que soy observador?, ¿o quizás veo el mundo desde otra perspectiva?

Si por el contrario, digo que soy Nada, ¿qué pasaría?, ¿vago?, ¿cuál es mi propósito de vida?, ¿entonces cuál es el sentido de lo que hago?, ¿no quiero tener un trabajo?, ¿cómo haré para comprarme cosas?, ¿cómo haré para luego tener una familia o hijos?, ¿estoy tomando alucinógenos?, ¿o es que he perdido la razón por no hacer nada?

¿Y qué sucede si digo que soy todos los anteriores en uno solo? ¿Rompe tu manera de verme y entenderme? ¿Quizás ahora puedas percibir que vemos la vida desde otra dirección? Quizás podamos comprender que cada persona es distinta. Que la profesión no nos define como personas, solo es una parte de las muchas actividades con las que cumplimos en el día a día.

En algunos casos, tenemos suerte y podemos trabajar en lo que nos gusta, en otros, se realiza por responsabilidad. De todos modos, encajarse con patrones no ayuda ni al entendimiento, ni a comprender la diversidad y complejidad del ser humano.

Usualmente suelen preguntarme qué hago, incluso cuando lleno los formularios de asistencia a eventos existe un campo “Profesión”, el cual siempre tengo dificultad para llenar. No me siento identificado con una, me siento identificado con todas las descritas anteriormente. Es más, aquellas respuestas son solo el análisis desde el punto de vista de una profesión. Si agregamos otros niveles más personales sobre quién soy como pareja, hermano, hijo, amigo, etc. se hace aún más complejo el análisis de quién soy.

¿Hemos pensado quiénes somos o cómo nos identificamos?

El Buda comentaba que el ‘yo’ no existe. Que el crear una ficción como la identidad de una persona, solo trae sufrimiento. ¿Por qué? Por el hecho de crearnos expectativas, buscar encajar con estos patrones y buscar la autorrealización como vía para lograr la felicidad. Terminamos preocupándonos por nuestros deseos, miedos e identidades, creando una prisión.

En un viaje que realicé hace unas semanas, conviví con personas por más de cinco días y en ningún momento me preguntaron qué hacía ni de dónde venía. Fue muy refrescante. No tenía que dar explicaciones, detalles de mi vida, ni menos lograr que me encasillen en algunas de las cajas. Solo nos dedicamos a conocernos, a construir una imagen del ‘Jonathan’ en el momento. No importaba el pasado, ni el futuro.

Algo similar sucedió cuando conocí a alguien hace poco, no hubo preguntas sobre el pasado, menos sobre el profesional. Es más, fue la excusa perfecta para conocernos. Aquella situación me trajo buenas sensaciones. Al pasar los días, preguntas sobre mi pasado finalmente emergieron. Claro, es natural sumergirse en hechos anteriores para, de nuevo, proyectar una imagen conocida o intentar predecir el futuro, mitigar el riesgo. Algo que haga sentido para nuestra manera de ver la vida.

Si bien es divertido hablar sobre el pasado, ya sea a nivel profesional como personal, las personas estamos en constante cambio. Lo que hice en el pasado, no necesariamente lo repetiré en el futuro. Sea bueno o malo. Quiero pensar que siempre estoy evolucionando para ‘bien’, aprendiendo de errores, y tomando mejores decisiones a futuro.

Pero ¿quién soy? Eso se construye en el momento, en el presente. El pasado y el futuro realmente no importan. Uno, ya pasó y el otro, no sabremos si llegará. ¿Quieres conocerme? Pues conozcámonos pero sin etiquetas, sin cajas, sin un checklist por el cual deba cumplir cada uno de los requisitos.

¿Hay incertidumbre? ¿no puedes predecir quién soy? Pienso que ahí radica lo interesante, puede permitir construir una relación diferente, que evoluciona, cambia, aprende, falla pero se recupera y continúa. Donde lo más excitante es seguir aprendiendo y explorando el mundo. Sí, el mundo y sus experiencias. No en una caja enmarcada con todas las actividades por realizar, en donde todo ya está definido.

Hola, soy Jonathan. Ingeniero, diseñador, profesor, escritor, busco ser emprendedor, soy nadie. ¿Qué más puedo ser? Hay muchas posibilidades, por lo que la pregunta realmente adecuada sería: ¿qué puedo ser contigo?, ¿qué podemos crear juntos?

Estaré aquí esperando con el corazón abierto, curioso, honesto, y con las ganas de explorar juntos un mundo lleno de posibilidades. ¿Estás preparada/o?

“No habites en el pasado, no sueñes con el futuro, concentra la mente en el momento presente”. Gautama Buda.

¡Que tengas un buen día!

--

--