Imagina la muerte

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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3 min readNov 6, 2023

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Holborn, Londres. Octubre 2017.
Escucha aquí la historia.

“Aprender a mirar lo banal para convertirlo en extraordinario es darte cuenta de que nada es banal”.

Agnés Varda, directora de cine y guionista francés.

¿Has reflexionado alguna vez sobre tu propia muerte? No me refiero a hacerlo en un momento de tristeza o preocupación, sino simplemente por curiosidad. Es una técnica que personalmente encuentro efectiva para disfrutar más del presente y dejar de preocuparme por cosas fuera de mi control o problemas pasajeros.

Los estoicos practicaban la meditación sobre la muerte, conocida como “memento mori” (recuerda que vas a morir), para enriquecer su experiencia en el presente. Esta reflexión les permitía valorar cada momento, siendo conscientes de la finitud de la vida. Al reconocer que la muerte es inevitable, creían que uno podía aprender a apreciar y valorar cada instante. Esto puede motivarnos a vivir de manera más consciente y a darle importancia a lo que realmente cuenta.

Los estoicos también defendían la importancia de enfocarse en lo que podemos controlar y aceptar lo que está fuera de nuestro control. Al recordar la naturaleza efímera de la vida, evitamos aferrarnos en exceso a cosas materiales o a eventos externos, ya que todo es temporal.

Además, esta reflexión nos puede impulsar a vivir en armonía con nuestros valores y perseguir lo que realmente nos importa, pues, al final, todo llega a su fin.

Séneca, uno de los filósofos estoicos más destacados, escribió frases que nos ayudan a reflexionar:

“A menudo, cuando nos encontramos en medio de los negocios, es útil pensar en la muerte; cuando estamos alegres, es útil pensar en la muerte; cuando estamos tristes, es útil pensar en la muerte”. Cartas a Lucilio.

“El recuerdo de la muerte nos ayudará a evitar los excesos y a concentrarnos en las cosas que son realmente importantes”. (Cartas a Lucilio).

“La muerte no es algo de lo que debamos tener miedo; es algo que nos debe recordar que debemos vivir nuestras vidas al máximo”. (De la brevedad de la vida).

Personalmente, practico este ejercicio, si no a diario, al menos cada dos días. Cuando lo comparto, a veces noto sorpresa en las personas, como si pensaran que busco la muerte o tengo pensamientos negativos. En realidad, es todo lo contrario: imaginar un futuro que no deseo me ayuda a vivir de la manera que realmente quiero.

Pensar en la muerte tiene más beneficios de los que puedes imaginar. Te trae al presente, te permite ver la vida desde una perspectiva diferente y te da el coraje para tomar riesgos que antes considerabas inalcanzables. Tómate un tiempo para reflexionar sobre la idea de que todo llega a su fin, y verás cómo rápidamente adquieres la energía necesaria para cambiar tu presente.

Recuerda que el tiempo es el recurso más valioso que poseemos.

PD: Si quieres conocer más sobre la filosofía estoica te invito a leer el libro “El Arte de la Buena Vida: Un Camino Hacia la Alegría Estoica” escrito por William B. Irvine.

“Para un árbol, cambiar de sitio es la muerte; para un hombre, cambiar de sitio es la vida”.

Mo Yan, novelista chino.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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