La admiración
“Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón”.
Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo.
¿Alguna vez has sentido una admiración profunda por alguien más? ¿Qué emociones te generó en ese momento? ¿Es realmente una auténtica admiración?
Recuerdo que hace tiempo una amiga me hizo una pregunta: “¿Qué tipo de personas te atraen?”. Mi respuesta solía ser simple, centrada en lo superficial: que fuera atractiva físicamente, cuidara su imagen pero compartiera ciertos valores conmigo.
Pero algo cambió el año pasado cuando volví a escuchar esa misma pregunta. Esta vez añadí un ingrediente adicional: la admiración.
Analizando mis anteriores relaciones, me di cuenta de que quizás no las admiraba en la medida que ahora comprendo. Sin duda, valoraba muchas cualidades en ellas y algunas cosas incluso me impresionaban, pero faltaba ese asombro que te deja sin palabras.
¿Cómo lo descubrí? El año pasado, conocí a alguien que redefinió mis expectativas. Algo en ella iba más allá de lo habitual. Usualmente me dejaba llevar por la dulzura de una sonrisa y la sinceridad, pero esta vez era diferente; existía un factor adicional que luego supe que era la admiración.
Me sorprendí al encontrar tantas coincidencias: compartíamos lecturas, monitoreábamos nuestras calorías usando la misma aplicación, se entregaba apasionadamente a sus hobbies. Y, por supuesto, tenía una belleza natural y una personalidad encantadora.
Una combinación que raramente había encontrado. Nuestras conversaciones eran fascinantes y eso hizo que me replanteara mi enfoque.
¿Qué sucedió? diferentes motivos y el contexto, impidieron que nos llegáramos a conocer más. Por un momento lo lamenté pero, como todo en la vida, todo sucede por algo y continué mi camino.
Sin embargo, esa grata experiencia me permitió conocerme más y comprender que hay factores más allá de lo obvio a considerar en una relación.
Quizás esto también fue lo que faltó en mi experiencia anterior a principios de año. Fue increíble, pero la admiración no llegó en la medida necesaria para lanzarme a una aventura radical como mudarme a Bangkok.
Además, me di cuenta de que la admiración no solo surge de similitudes, sino también de los aspectos en los que deseamos mejorar o lo que nos hace falta. Además, esa persona debería ser como un motor que nos impulsa hacia adelante, y no al revés.
No estoy en busca de alguien en específico, pero tengo claras las variables para considerar una relación. Además, agregaría otras: tener metas de vida claras, ser optimista y honesta, tener mente abierta al cambio y a múltiples perspectivas, y la determinación de explorar el mundo no como un escape ocasional durante vacaciones, sino como estilo de vida. Alguien que, en definitiva, me inspire a través de la admiración.
Sin embargo, aún me pregunto si estas son razones suficientes para estar exclusivamente con una persona. A veces pienso que es difícil encontrar todas esas características en una sola persona y que es mejor diversificar para encontrar lo que uno busca.
Pero también tengo presente el dicho que indica que si uno se enamora de verdad, es capaz de dejarlo todo. Aunque, en ocasiones, dudo si es una idealización de las películas o una realidad. Solo el tiempo y mis futuras vivencias podrán confirmarlo o refutarlo. Ya veremos.
¿Y tú? ¿A quién admiras? La vida es corta para apegarte a alguien por inseguridades o el miedo a la soledad. El conformismo o “peor es nada” es el enemigo de la felicidad.
Sal ahí y busca lo que resuene con tu corazón y energía. Tu yo futuro te lo agradecerá. Vive la vida como una aventura, no como una serie de pasos predeterminados culturalmente. ¿Lo intentas?
“Algunas cosas pueden parecer nada y lo son todo. Hay que saber ver, aprender a apreciar lo menudo y a despreciar lo que sólo hace bulto. Nada que parece grande ni que reluce en exceso tiene gran validez. Lo bueno es aquello que sin grandes destellos lo llena todo”.
Carmen Laforet, escritora española.
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¡Que tengas un buen día!
