Lo material

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
4 min readAug 24, 2023
Sheung Wan, Hong Kong, Marzo 2023.

“Ya vendrán días mejores. Hay que vivir para verlos, ante todo hay que vivir”.

Irène Némirovsky, novelista ucraniana.

¿Te has detenido a considerar cuán importante es el papel de lo material en tu vida? Desde lujosas cenas y objetos de gran valor, hasta viajes que agotan tus ahorros anuales. ¿Cómo está impactando todo esto en tu bienestar?, ¿te brinda auténtica felicidad?, ¿te ofrece paz interior?, ¿compartes estos gastos o los enfrentas sola?

En mi caso, hace un tiempo decidí adoptar el minimalismo hasta cierto punto, e incluso adopté algo de la filosofía estoica, donde la escasez me permite apreciar lo que tengo y el momento presente en el que vivo.

Pero más importante aún, siento que esta elección se generó porque mi meta era explorar diferentes países. Desde esa perspectiva, lo material carece de sentido. Pero, ¿cómo inició?

Un Viaje al Pasado

Recientemente reflexioné sobre el juego materialista en el que fui parte hace años. Alrededor de los 25 años compré mi primer auto del año, dos años después construí mi propio departamento adaptado a mis propias necesidades (en el 3er piso de una casa familiar) y pude disfrutar de productos que satisfacían mis necesidades del momento. Además, como un extra, estaba con una enamorada súper linda con la que compartía esos aspectos materiales, realizaba viajes y me iba bien en el trabajo.

Pero algo faltaba. Una intuición me impulsó a buscar algo más. Esa búsqueda me llevó a realizar una maestría en el extranjero, y ahí todo cambió.

Empecé a ver la vida desde una perspectiva más amplia, mucho más allá de lo material. Descubrí las diversas formas de vivir, las variaciones de pensamiento, las experiencias que trascienden y permanecen con nosotros.

Ese fue el momento en que tomé la decisión de explorar el mundo. Es por esto que mis elecciones actuales están encaminadas hacia esta dirección. Mi vida está moldeada para seguir viajando, y lo material no guarda conexión con mi esencia.

Recuerdo ver a un profesor en la universidad llegar en autobús. Pensé: “No quiero estar en esa posición cuando llegue a su edad”. Pero la vida me mostró otra perspectiva. ¡Qué equivocado estaba!

Pasaron los años y fui yo el que fue en bus como postulante a profesor en la universidad. Estaba feliz e, incluso, lo disfruté mucho más que cuando iba en mi carro propio. ¡Tantas experiencias que había perdido viajando solo!

Algunos se sorprenden al ver mi número de WhatsApp con un código de Londres. Este número me recuerda constantemente mi deseo de seguir explorando el mundo, de no quedarme solamente en Perú.

Mi silla de trabajo es de plástico, no de gamer, ni acolchada. Esta elección me hace sentir incómodo al sentarme, y eso es intencional. Mi objetivo es no sentirme completamente a gusto en mi propio espacio, ya que esto me impulsa a moverme.

Tengo una roomate, que es mi hermana. Esto significa que no tengo total privacidad. Pero, nuevamente, esta elección está diseñada para recordarme que mi camino es seguir viajando.

Ya no tengo carro, ahora solo me movilizo por aplicación de autos. Si bien pierdo algo de privacidad, esta opción me resulta más práctica.

Intento limitar mis posesiones, incluyendo ropa y otros artículos, para no sentirme atado en caso de mudarme.

Siento que las experiencias son las que me llenan, y hasta ahora, la única forma que he encontrado de buscarlas es explorando las maravillas de este mundo.

Ya no es jugar ese juego material de tenerlo todo, de decir “yo tengo esto, lo otro y aquello”, ya no. Ahora es el “yo hice esto, lo otro y aquello”.

Cambié el yo tengo por el yo he experimentado. Cambié el sentirme orgulloso por mis posesiones a sentirme orgulloso por la experiencia de mis fracasos. Cambié la estabilidad por la exploración constante. Cambié lo planificado por vivir el día a día. Simplemente cambié.

La vida es corta para quedarnos en la duda y no hacer lo que realmente queremos con ella.

He pensado muchas veces en dejarlo todo y simplemente viajar, explorar, y ver qué sucede. Realmente no hay nada que perder.

En las personas, ya no me sorprende lo material, pero sí me asombra cuando escucho historias fuera de lo común. Admiro a quienes toman riesgos, experimentan y se aventuran hasta el límite. Aquellas que son curiosas, que buscan nuevas formas de vivir cada día, dándole algo de sentido a esta vida tan alborotada y cambiante.

¿Y tú?, ¿sabes lo que te hace feliz?, ¿cómo reaccionarías si te vieras privada de la mayoría de las comodidades materiales? Un viaje o el acto de soltar ciertas posesiones podría brindarte una perspectiva completamente nueva.

“El último paso de la razón es reconocer que hay una infinitud de cosas que la superan… El corazón sabe de razones que la mente ignora”.

Blaise Pascal, matemático francés.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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