Meditación (III)

Jonathan Martell
Jonathan Martell
Published in
5 min readJun 10, 2024

--

Retiro Vipassana — Valle Sagrado, Cusco. Julio 2022.

“La segunda mitad de la vida de un hombre está hecha únicamente de los hábitos adquiridos en la primera mitad”.

Fiodor Dostoievski, novelista ruso.

Lee el anterior artículo aquí.

En general, no podemos hablar de los detalles de lo que ocurrió en aquel lugar para básicamente no sesgar a las nuevas personas que lo realicen, pero fue mágico.

Hubo un día en el que básicamente me sentí Superman. Aquel día, mientras meditaba y al llegar casi a la hora, las piernas me comenzaron a temblar. Ya no resistía hasta que llegó un punto donde sentí una explosión por todo mi cuerpo, sentí que pasé el umbral del dolor porque dejé de sentir cualquier tipo de dolor. Se sintió una paz repentina por todo mi cuerpo.

A partir de ahí comencé a meditar por una hora sin problemas. Antes de eso me costaba mucho, pero a partir de ese momento, fue increíble. Claro, hasta que llegó un momento en que me paré muy rápido y me volvió a doler la pierna.

Realmente no soy Superman. Eso me devolvió a la realidad, pero me dio la confianza de poder meditar por más tiempo.

Hubo un episodio también en que quizás en el sexto o séptimo día de meditación, recuerdo que estaba echado en mi cama y de un momento a otro sentí que me salía de mi cuerpo.

Fue una sensación rara, no sé, quizás una ilusión ya que ese resultado no se espera de la técnica de meditación. Dejé de sentir mi cuerpo material y me convertí en una energía que miraba cómo estaba mi cuerpo, que daba vueltas pero sin sentirse parte del cuerpo.

Es como si mi cuerpo se hubiera convertido en un ente externo a mí, ya no era una parte mía, y yo era solamente energía.

Sí, pudo haber sido una ilusión, no lo sé, pero fue una sensación increíble. Más increíble también fue cuando comencé a poder sentir cada parte de mi cuerpo, solamente con mi respiración, simplemente por centrarme en lo que siento y en lo que sucede en el momento.

En realidad, cada día fue bastante revelador, descubrí algo más de mí, descubrí que el dolor termina por pasar. Tarde o temprano pasa y lo mismo sucede con los problemas: suceden y pasan.

Finalmente, lo que buscamos es el balance, la paz, la tranquilidad para que todo se alinee. Eso es lo que uno busca: paz y tranquilidad.

Aprendí que también los momentos increíbles o nuevas experiencias que uno vive también pasan.

Entonces, todo pasa, lo importante es mantenerse equilibrado y calmado, sea bueno o malo.

Vuelvo a recordar este tema de la meditación porque siento que conforme pasó el tiempo, dejé de meditar. Me dejé llevar por el día a día y siento que en el 2024 hasta perdí un poco esa tranquilidad que había adquirido años atrás.

Me dejé gobernar por los problemas, a dejarme llevar, a reaccionar, de una manera más impulsiva. Llegó un momento donde me dije: ¿Qué me pasa? ¿Por qué me he perdido?

Probablemente cuando estaba de viaje fuera del país, el contexto o el entorno me ayudaba a mantenerme en tranquilidad, pero cuando volvía a la normalidad, por ejemplo, en Lima, pues otra vez comenzaba a sentir algo raro.

Motivo por el cual desde hace unos días decidí volver a meditar con una mayor constancia. Si bien solo han pasado ya once días, siento que estoy volviendo a sentir esa paz que antes sentía.

Veremos cómo me va por este camino, pero hay que trabajarlo, así como trabajamos el cuerpo, siento que hay que trabajar la mente.

La mente siempre va a estar agitada, va a estar pensando, va a estar a mil por hora y también siempre habrá problemas. Esto último está difícil de controlar, algunos sí, otros no, pero lo que sí podemos controlar es nuestra mente.

Está en nuestro poder cómo nos sentimos y cómo afrontamos esos problemas. Yo sí creo que es nuestra responsabilidad y es algo para lo cual me vengo preparando por años.

Sé que en el último tiempo me sentía en un espacio donde podía controlar lo que sucede externamente. Pensé que como ya me encontraba tranquilo, no era necesario meditar, pero una vez que lo dejé de hacer, pues, como cualquier actividad que uno hace, uno pierde forma. Tal cual ocurre con el ejercicio físico o comer de más, uno pierde forma y sube de peso.

La realidad es que uno debe seguir practicando, tiene que seguir meditando, tiene que seguir haciendo ejercicio físico. Si uno sigue haciendo ejercicio físico, el músculo se va haciendo cada vez más fuerte y lo mismo sucede con la mente.

Y eso es lo que creo que es fundamental en cómo uno afronta los problemas. Prepararse para lo que se viene, entrenar y estar fuerte. Eso es lo que siento y mi manera de afrontarlo.

Si bien se habla mucho de sentir las emociones que nos ocurren y está bien, también siento que hay mucha responsabilidad en cómo nosotros nos manejamos ante los problemas y en cómo reaccionamos. Depende de nosotros estar en tranquilidad, en calma.

Y para estar en tranquilidad y calma, pues tenemos que entrenar nuestra mente, tenemos que hacerlo de la manera que uno quiera, pero hay que entrenarla.

En mi caso, funciona la meditación vipassana. Siento que en estos días sí he notado una diferencia en mí. Mi entorno no ha cambiado, pero sí cambié y quizás ahí está la clave de encontrar la gran tranquilidad.

El entorno no siempre es perfecto, pero si uno mismo trabaja en cómo se siente, en cómo reacciona, en cómo busca la tranquilidad, al final uno tendrá mejores herramientas para superar cualquier problema que llegue en el futuro. Es nuestra responsabilidad.

Por eso he vuelto a recordar lo que sucedió hace dos años en Cusco, un momento de grandes revelaciones, de gran entendimiento, de gran paz, de saber que uno lo puede todo, tanto a nivel físico como a nivel mental.

Lo importante es tomar la decisión y hacerlo.

¿Tú estás dispuesto a hacerlo?

“Las cosas pequeñas hacen la suma de la vida”.

Charles Dickens, novelista y crítico social inglés.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

--

--