Ser directos
“Lo fácil es complicarse la vida, inventar historias. Lo difícil es mantener una coherencia, ser directo y que todo el mundo te pueda entender. Y que de una frase sencilla puedas sacar un contexto maravilloso”.
― Franco De Vita, cantautor venezolano.
¿Cuántas veces realmente te abres y expresas tus necesidades de manera sincera? Te invito a reflexionar, pues a menudo pareces ocultar lo que realmente necesitas. Buscas dar pistas, insinuaciones, frases ambiguas y miradas que esperas que los demás descifren para satisfacer tus deseos.
Pero seamos realistas, ¿quién puede leer mentes? Bueno, al menos no por ahora. Entonces, ¿por qué complicar las cosas evitando decir lo que realmente queremos o sentimos?
Hace poco, una amiga intentó descubrir ciertas cosas sobre mí poniéndome a prueba. Pero en realidad, no tenía detalles, solo buscaba información de manera indirecta. Francamente, creo que si hay confianza, no es necesario dar tantas vueltas; basta con preguntar y ya.
Si te cuesta comunicar lo que necesitas o lo que piensas, es hora de tomar acción. Como dijo un niño en Argentina: “andá a terapia”. Y estoy completamente de acuerdo. Trabaja en tus temas, busca mejorar y luego construye relaciones más sólidas. No al revés.
Los resentimientos y la falta de apoyo en momentos de necesidad no son indicativos de una verdadera amistad; más bien revelan personas que solo piensan en sí mismas sin considerar el impacto en los demás.
A decir verdad, la vida puede ser más sencilla de lo que parece. Y esto también aplica a todas las áreas: amistades, parejas, hijos, trabajo o estudios. Comunicar es la clave, incluso es preferible sobrecomunicar que quedarse con las cosas dentro y asumir que los demás nos entenderán.
Es cierto, sería maravilloso si alguien pudiera leer nuestras mentes, anticipar nuestros deseos y hacer que todo fluya sin esfuerzo. Pero eso no es lo normal; en realidad, debemos esforzarnos y expresar nuestros temores, sueños y necesidades para conseguir lo que queremos.
¿Recuerdas la última vez que expresaste lo que deseabas y lo conseguiste? ¿Cómo te sentiste? ¿Con quién fue? ¿En qué situación? ¿Qué hiciste para repetir esa experiencia?
Hace un tiempo, alguien me dijo: “No quiero que te enamores de mí, solo busco divertirme porque en unos años me voy a casar y no quiero engañar a mi futuro esposo”. ¿No es claro el mensaje?
Las preguntas directas, como aquella que me hicieron sobre un nuevo proyecto: “¿Qué buscas de este trabajo? ¿Cuál es tu ideal?” son de gran ayuda. Comunicar expectativas y necesidades alinea las cosas y es la única manera de entendernos realmente.
A veces, por miedo al rechazo, nos resistimos a decir lo que queremos. Pero lanzar indirectas, leer entre líneas y hacer gestos solo complica la comunicación en lugar de mejorarla.
La claridad y sinceridad son una poderosa combinación para comprendernos mutuamente y crear experiencias significativas. ¿No te parece que es hora de empezar a practicarla?
“Todo el mundo quiere ser apreciado. Entonces, si aprecias a alguien, no lo mantengas en secreto”.
— May Kay Ash, empresaria estadounidense.
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¡Que tengas un buen día!