Volviendo a sentir (II)

Jonathan Martell
Jonathan Martell
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5 min readSep 7, 2023

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Khlong Toei, Bangkok. Febrero 2023.
Escucha aquí la historia.

“… algo me dice que la vida no es más que una quimera; una ilusión, un sueño sin orillas, una pequeña nube pasajera”.

Nicanor Parra, poeta chileno.

Lee la primera parte aquí.

Y sí, fue un cuento de hadas la manera en que nos conocimos. Una energía nueva, diría yo, una energía que lo único que me transmitía era calma, una calma inexplicable pero que solo te hace sentir bien y listo.

Desde aquel primer mágico día, acordamos seguir conociéndonos y volver a vernos.

Bangkok. Febrero 2023.

Exploramos de todo: fuimos a caminar al parque, a mirar lo que ocurría allí, a los centros comerciales, al cine, a comer algo, también a tomar algo o a ver toda la ciudad desde un rascacielos. Caminábamos tomados de la mano sin dudar. Sí, tomados de la mano. Nos conocíamos hacía muy poco pero, extrañamente, estar juntos se sentía muy bien. Nos hacía bien.

La naturalidad con la que congeniábamos me sorprendía. Parecía que nuestras mentes estaban conectadas de alguna manera por la forma en que nos comunicábamos. Solo me provocaba abrazarla y sentir esa energía que estaba en el ambiente. Por más extraño que parezca, eso era todo.

La única explicación lógica a todo lo que ocurría era que compartíamos la misma vibración de energías.

Quizás también sucedió porque compartíamos algunos puntos en común. Ella podía trabajar casi de forma remota, había estudiado una maestría en EE. UU. durante dos años, lo que le había ayudado a perfeccionar el idioma y a que nos pudiéramos entender con facilidad (no me pasaba con todas las personas).

Bangkok. Febrero 2023.

Motivo por el cual comenzamos a vernos casi todos los días en un café para trabajar de forma remota. Hasta que ella comenzó a sumarme a las actividades que ella hacía, como capoeira. O ir a la piscina de su condominio para darme un chapuzón y hacer algo de ejercicio.

Así comenzaron a pasar los días, ambos volando en este entusiasmo que habíamos creado. Fue entonces cuando ella me invitó a un matrimonio a las afueras de la ciudad. Iba a ser un matrimonio tradicional, y su amiga ya había dado el visto bueno para que yo fuera. Solo sería un fin de semana, pero se trataba de conocer a sus amigos cercanos y, sobre todo, a su familia.

Destino: Suphan Buri.

Aquel sábado tuve que levantarme temprano. Solía hacerlo tarde porque trabajaba hasta las 2 am. En este caso, a las 8 am ya tenía que estar en camino hacia su departamento.

Bangkok. Febrero 2023.

Ella radiante, me recibió con una sonrisa y un gran abrazo para luego comenzar el recorrido. Seguí sintiendo la gran conexión que teníamos. Ella era bastante servicial pero con un gran equilibrio, no notaba que lo hiciera por interés (como podía notar con otras personas), ella simplemente era así, era bastante natural y eso me gustaba.

Pude manejar durante el camino, lo que me permitió conectarme con el entorno. Muy a pesar de que todo estuviera en el lado opuesto al que estaba acostumbrado.

Bangkok. Febrero 2023.

Al llegar al lugar almorzamos con sus papás (que no hablaban inglés), pero fue una experiencia muy interesante debido a la forma en que nos comunicamos con señas. La situación fue tan inesperada que terminé enviando un meme relacionado con el tema a mis amigos.

Imagen enviada a mis amigos.

Más tarde paseamos por la ciudad, luego fuimos al lugar de la boda donde conocí a sus amigos. Había demasiada comida para el día siguiente. Quedé repleto porque todo el mundo me daba comida. No podía negarme. Realmente todas eran personas muy serviciales.

Suphan Buri, Tailandia. Febrero 2023.

Tan pronto terminamos, llegamos al hospedaje. Tocaba descansar, cada uno en su cuarto, para ir al día siguiente a la boda. Antes, ayudé a sus amigos con temas de tecnología. Ella me miró asombrada, incluso con admiración por mis habilidades en un juego de computadora. Para mí, era natural. Con un beso nos despedimos.

El día llegó, nos pusimos vestimentas tradicionales y nos embarcamos hacia la boda. Mientras ella manejaba, la cogí de las manos, sonreí y me sentí muy agradecido por vivir todo lo que estaba viviendo. No importaba qué iba a suceder luego. Solo ese momento valía los casi 20,000 kilómetros que recorrí para llegar allí después de 3 días.

Suphan Buri, Tailandia. Febrero 2023.

Por esos momentos, estoy muy agradecido por la vida que voy experimentando. Por sentir esa tranquilidad, esa energía tan positiva, por esos momentos que realmente nos hacen sentir en las nubes. Son esos momentos que hacen que cada problema del pasado tenga sentido en el presente. Todo se alinea y es mágico. No hay más palabras que lo describan.

Suphan Buri, Tailandia. Febrero 2023.

Casi me salieron lágrimas mientras disfrutaba del momento. Dejé de mirarla, miré hacia la carretera y pensé en qué pasaría en el futuro. Realmente, en ese preciso momento, no tenía ni idea de las nuevas historias que nos esperaban.

Esta historia continuará…

Suphan Buri, Tailandia. Febrero 2023.

“Algunas cosas pueden parecer nada y lo son todo. Hay que saber ver, aprender a apreciar lo menudo y a despreciar lo que sólo hace bulto. Nada que parece grande ni que reluce en exceso tiene gran validez. Lo bueno es aquello que sin grandes destellos lo llena todo”.

Carmen Laforet, escritora española.

Publico nuevas historias, todos los miércoles y domingos. Léelas aquí.

¡Que tengas un buen día!

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