Paco Rabal lleva Barbour

Y le sienta muy bien. Es un dandy del mileniarismo.

Los crisantemos de los dolores lucen sus blancos capullos a punto de florecer. Se acerca Todos los Santos, época en la que es tradicional representar Don Juan Tenorio. ¿Hubo alguno mejor que Paco Rabal?

Me habla hoy de la película francesa de los 70 en la que aparecía “ese actor español” y tardo en identificarlo. El círculo se cierra. Solo en mis ensoñaciones posteriores, justo hoy, tan cerca de Todos los Santos, me doy cuenta de que me ha hablado justo él de Paco Rabal, esa metáfora que se encargó de impersonar con elegancia e inseguridad. Demasiado complejo y comprometedor contárselo, y además hay cosas que hay que hacer en caliente.

Ni es tan guapo, ni es tan canalla. Mejor así.

Mejor alguien que te haga reir transformando un lema franquista en chiste verde. Microrgasmos mentales, impío combustible para derrochar en nuestras tristes noches de sábado separados por un Via Crucis, dos mutilados a los que nos cuesta dormir.