No ser una misma
Abandonar por poco más de una hora la mismidad. Ser solo Lady Paquete, la última de la fila para el saludo al sensei: ni la madre, ni la viuda, ni la chair. Olvidar que la casa está manga por hombro. Aparcar un rato el sifoneo del acuario. Dejar para otro día lo de rellenar el hueco del pan bimbo…