Señales ¿equivocadas?

La pluma durmiente
La vida en sueños
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2 min readMar 6, 2016

Eres tan cautivador, tan aparentemente perfecto, que generas una atracción peligrosa. ¿Y luego somos nosotras las mujeres quienes con nuestra extraña “complejidad” mandamos señales equivocadas?

Odio los interrogantes en mi vida, pues no me gusta llenar mis días de “¿y si hubiera…?” pues viviría infeliz y repleta de incertidumbres sin encanto. Incertidumbres de esas que se prolongan demasiado y que ya perdieron su belleza por el camino. Porque si la vida te ha mandado esa señal, es porque definitivamente tenía que pasar.

No existen las casualidades, sólo el miedo de no haberlas sabido interpretar. No temas intentar descubrir, el NO ya existe.

Date el placer de tener la seguridad suficiente para descartarlo totalmente, de ver con tus propios ojos y sentir con tu propio corazón que no es para ti. Ve un paso más allá de lo que te intenten decir aquellos que se esfuerzan tanto por prevenirte porque, seamos sinceros, hasta que no nos llevamos la gran decepción, no nos quedamos satisfechos. Los humanos somos así de “imperfectos”.

Sé selectiva, que no te valga cualquiera, porque te infravalorarás a ti misma y nunca te tocará nadie el alma al 100%. No permitas que el tiempo y el conformismo te hagan olvidar lo que es realmente el amor.

Muchas personas dicen que quien bien te quiere te hará llorar. Pero cada día lo tengo más claro. Soy de las que prefieren pensar que en esta vida merece la pena quien te la quita.

Mejor pasar página con la conciencia tranquila porque lo hemos intentado, y que si ha salido mal, no ha sido por nuestra cobardía. Me gustan las personas leales sus principios, consecuentes y con un equilibrio entre sus momentos de cordura y de locura. Pero me gustan más aquellos que no prometen lo que cumplen porque, al fin y al cabo, las palabras son una forma preciosa de llegar a ninguna parte.

La vida está llena de señales, pero tu vida la vives tú, no dejes que nadie lo haga por ti. Escucha, eso siempre, pero no olvides que no te daña lo que te falta sino la creencia de que lo necesitas.

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La pluma durmiente
La vida en sueños

Nos pasamos la vida intentando encontrar la cordura cuando a veces, para ser feliz, lo único que necesitas es perderla.