Historias mínimas
Estoy en el periódico y me llama un tío diciendo que ha cazado un cuervo que se había escapado hacía dos meses del zoo de Barcelona. Ha llegado el bichejo, se ve, hasta Tarragona. Ya estoy palote. Agarro papel y boli; y grabadora, no sea que el pajarraco esté parlanchín. Salgo pitando para allá…